Armas y salud mental: murió la policía que hace 19 meses atacó a tiros a sus hijos
Luego de atravesar una agonía que se extendió por más de 19 meses, en las últimas horas finalmente murió la mujer policía que, en medio de una crisis psiquiátrica, se encerró en su casa y atacó con la pistola reglamentaria a sus dos hijos. El varón, de 10 años, murió. La nena sobrevivió afortunadamente a los impactos. Tras consumar el ataque, la mujer se disparó a sí misma con el arma.
Sucedió el 4 de diciembre de 2022 en un hogar de barrio Observatorio, en la ciudad de Córdoba.
Desde entonces, la agente policial Maira Tamara Barreto, una formoseña de 32 años, permanecía conectada a un respirador artificial en el Hospital Ferreyra de la Capital provincial.
Estaba en estado vegetativo.
El pasado 10 de julio, 19 meses después de todo, su corazón se apagó definitivamente producto de un shock cardiogénico.
El tremendo episodio de violencia, además de pulverizar a la familia de las víctimas, puso y vuelve a poner de relieve los controles psicológicos que deben realizarse de manera permanente a las y a los miembros de la Policía de Córdoba.
No menos crucial, reactiva la discusión sobre el estado mental de los que ingresaron a la fuerza y actualmente están en las calles y, en paralelo, reaviva la conveniencia o no de que se lleven el arma reglamentaria a casa, fuera del horario de trabajo.
Hay dos puntos centrales: la agente había entrado a la Policía tras haber sido dado de baja del Ejército por haber amenazado a una compañera con un fusil.
Muerta ya la mujer policía, se cierra la causa judicial (estaba acusada por homicidio calificado y por tentativa de homicidio calificado) y se extingue su responsabilidad penal.
La expareja y padre de las criaturas, querellante en toda esta dramática historia, no quiere que el caso quede en el olvido, reclama respuestas y hace un llamado abierto para que quienes deben controlar a los uniformados lo hagan bien y a fondo.
El hombre está a cargo de su hija, quien vio todo aquella jornada, y pugna con ella por salir adelante.
La chica, ya de 9 años, continúa con tratamiento psicológico.
“Esto que sucedió se podría haber evitado. Esto nunca debería haber pasado. Nunca. En la Policía dejaron entrar a mi ex, pese a que había sido dada de baja del Ejército por amenazar a otra soldada con un FAL. Después de ese hecho, estuvo internada semanas en un instituto psiquiátrico. Mi ex tenía problemas psiquiátricos severos. Tenía altibajos. Y entró a la Policía y le dieron un arma. Con esa arma causó el desastre”, dijo Horacio.
“Y lo que pasó con Maira no fue algo aislado. Varios policías han hecho desastres con sus armas. Mirá el que mató a Blas… O el otro que mató a sus hijitos en un departamento… Después de lo que hizo mi ex, todos se borraron en la Policía de Córdoba. Nadie se acercó para dar la cara. Nadie. Se lavaron las manos. Da bronca. Esto no puede pasar más. Tiene que haber una evolución con los controles para que no suceda más”, expresó el hombre en contacto con La Voz.
Ataque a balazos en la casa
Todo sucedió en la mañana del domingo 4 de diciembre de 2022 en un departamento de un complejo de calle La Pampa en barrio Observatorio de Córdoba Capital.
Allí vivía la policía Maira Barreto con sus dos hijos.
El sábado anterior, la mujer y los nenes habían estado en un cumpleaños. El domingo, ella discutió con su ex y se intercambiaron mensajes, según la crónica de aquella jornada.
Algo hizo que el hombre llegara al domicilio desesperado y se pusiera a hablar con ella a través de una ventana. Al ver el cariz que tomaba la situación, el hombre llamó al 911.
Al cabo de unos minutos, acudieron policías en patrullas. El grupo Eter no llegó.
La mujer se encerró en el departamento y, a los pocos instantes, se escucharon balazos.
Fue entonces que los policías entraron por la fuerza a la vivienda.
En un cuarto se descubrió el espanto. El niño de 10 años murió en el acto de un disparo.
Su hermanita de 7, con otro impacto de bala, fue cargada en ambulancia y se la trasladó hasta el Hospital de Niños, donde quedó internada en la terapia intensiva.
A todo esto, la agente se había descerrajado un balazo.
Fue llevada al Hospital de Urgencias y luego se la derivó al Ferreyra.
“Mi hija vio todo. Todo. Vio cómo la mamá le disparaba a su hermanito, cómo le disparaba a ella y cómo luego se hería ella misma. Es algo indescriptible. Mi hija sobrevivió a un disparo, pero quedó con secuelas psicológicas. Tuvo que cambiar dos veces de escuela. Hoy, no duerme sola, no quiere ir sola a ningún lado. Cuesta mucho salir adelante”, dijo Horacio.
El hombre también quedó con secuelas postraumáticas por estrés.
“Mi psicóloga me dijo que no debo resignarme. Debo aprender a convivir con el dolor de lo que pasó. Hasta el día de hoy, la tristeza me sigue, no se va. Soy fuerte por mi hija, por ella. Debo seguir adelante, aunque a veces siento pánico. Pero sigo adelante porque la vida continúa”, afirmó el hombre.
Cuando sucedió todo, hubo autoridades de Sanidad Policial que señalaron que la agente Barreto estaba en condiciones de portar armamento, sin ningún tipo de inconvenientes y que no había antecedentes psiquiátricos en su legajo.
“Pero mi ex sí tenía antecedentes. Veía que las figuras en los cuadros le hablaban y amenazó con un arma a una compañera en el Ejército y por eso la mandaron a un neuro. Luego, le dieron de baja. Y con su última pareja andaba mal, se peleaban, se amenazaban. Los vecinos me lo dijeron”, señaló el hombre.
Horacio insiste que la Policía fue y es responsable de no haberle sacado el arma a su expareja.
“La Policía es responsable de sus empleados. Y se lavaron las manos. Viendo a futuro, tiene que haber una evolución para que esto no pase más. No puede volver a pasar más”, indicó.
El abogado Carlos Nayi, quien representa a Horacio como querellante, dijo que no habrá una demanda civil, al tiempo que señaló que hay que determinar si la mujer policía estaba en condiciones psicofísicas para portar un arma y determinar eventuales responsabilidades.
“No se plantea acá una demanda civil. A él no le interesa el dinero. Este hombre está destruido. Lo que desea es que se sepa la verdad de lo sucedido y determinar por qué ella tenía un arma a tenor de los antecedentes psicológicos y determinar si cabe alguna responsabilidad penal de alguna autoridad”, expresó el abogado.
Loan
Horacio protege en todo a su hija y, con la ayuda de su familia, pugna para salir adelante.
Entre las acciones, no quiere que ella siga las alternativas del caso Loan Peña. “Ya perdió a su hermanito y ahora está preocupada por Loan y dónde está”, cerró Horacio.
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