El éxito naturalizado para esta selección de Lionel Scaloni: los hitos de Argentina
La interpretación de las estadísticas suelen ser caprichosas. Según el ojo de quien se empeñe en esa tarea, la lectura puede ir para un lado o para otro. Es la famosa historia derivada del vaso con la mitad de su contenido: para algunos “medio lleno”, para otros “medio vacío”.
Sin embargo, hay ocasiones especiales en las cuales quien la analiza no puede escapar ante la evidencia y sentencia el debate. Y en esta Copa América que acaba de finalizar en medio de un desorden absoluto, quedaron, al menos, un par de aristas indiscutidas.
La primera indica que este torneo continental no es una cuestión sencilla de afrontar, ni siquiera para aquellos que llegan con la chapa de campeones mundiales. Difícil es admitir como fruto de la casualidad el hecho de que los 10 seleccionados sudamericanos ganadores de Copas del Mundo (cinco de Brasil, tres de Argentina y dos de Uruguay) hayan fracasado casi invariablemente en su intento de ratificar su reinado a nivel americano. Es que hasta anoche, sólo una vez el monarca mundial había podido también imponerse en la justa americana. Hasta que apareció esta Argentina garantizada de éxito.
Brasil, campeón en Corea/Japón 2002, logró dar la vuelta olímpica, además, en la Copa América, al ganar la edición de Perú 2004. Eso sí, sufrió hasta una definición por penales para derrotar al Argentina de Marcelo Bielsa, tras igualar 2-2 con un gol de Adriano en la última jugada del encuentro. Después de los incidentes de ayer, también quedó claro que un país con altísima experiencia en organizaciones deportivas, como EE.UU., puede mostrar la hilacha como el peor.
La segunda, con análisis de mayor amplitud y extendido a más de un siglo de competencias internacionales, es la que coloca al ciclo de Lionel Scaloni como el más productivo de los seleccionados nacionales. Y eso que a la hora de comparar, la medida le impone dos tremendos referentes de vara altísima, como César Menotti (1974-82) y Carlos Bilardo (1983-90).
Campeón mundial en Qatar, ganador de la Copa América en Brasil 2021 y Estados Unidos 2024, vencedor de la Finalissima ante Italia (2022), invicto y con carácter de paseo en las Eliminatorias hacia Qatar y un tercer puesto polémico en la Copa América 2019, cuando Lionel Messi se enfrentó decididamente ante Conmebol. El palmarés de esta auténtica generación dorada tiene números así: 78 jugados, 55 ganados, 17 empatados y sólo seis perdidos, con 154 goles a favor y apenas 40 en contra.
Hay cuestiones innegables, por más que no sean reflejo de la estadística, sino de la percepción derivada de lo que uno puede ver en cancha: este equipo de Scaloni exhibió porte de campeón antes y después de Qatar, una imagen que sus antecesores del ‘78 y del ‘86 no tuvieron, de manera regular.
El ciclo de Scaloni se ha naturalizado en la vanguardia del fútbol mundial con el resguardo de una camada de jugadores que tienen cuerda para rato y volvió a festejar como para homenajear a Angel Di María en su última función, aunque el futuro le ponga por delante una jugada desafiante como pocas: disimular la ausencia de Messi cuando “la Pulga” cante el no va más y mantenerse en las alturas.
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