La Voz del Interior @lavozcomar: Argentina, un campeón de leyenda: dueño de América y del mundo entero

Argentina, un campeón de leyenda: dueño de América y del mundo entero

La Argentina del éxito. La Argentina del equipo. La Argentina de Lionel Messi y con Messi. Y sin Messi. La Argentina de leyenda. Esa Argentina, que es una máquina de emocionar, volvió a conmover en una jornada épica. De drama con final feliz. De alegría y desahogo. De título.

Esa Argentina le ganó 1-0 a Colombia la final de la Copa América. Se impuso con un gol de Lautaro Martínez en el tiempo suplementario de un partido que fue un calvario: pesado, duro, intenso, sufrible e “insufrible”. Con un Messi saliendo lesionado. Con un Ángel Di María en su último acto y estando vigente. Con un grupo de jugadores entregados a un amor: al de la camiseta, al de ser argentino. Con un equipo que no se duerme en los laureles, que se acomoda a las circunstancias. Que gana cuando lo merece. Que gana sin merecerlo. Pero que merece el respeto del mundo entero. Que es ejemplo.

Tan ejemplo como Messi. El argentino más amado del planeta. El Messi que jugó en una pierna toda la noche. El Messi que sufrió un golpazo. El Messi que terminó rogando para que el show de Shakira en el entretiempo le diera más minutos para sofocar el dolor en ese tobillo. Algo que pasó y que dejó en evidencia al nuevo Messi, el Messi vulnerable, el que quedó llorando en el banco de suplentes. Con la gente en el estadio y en la TV anhelando que ese no sea su último acto. Porque no puede ser. Porque su historia es gigante.

Su historia es la de sus números: 109 goles en 187 partidos en la selección; 69 goles de jugada, 28 de penal, 11 de tiro libre, 97 con la pierna izquierda, 10 con la derecha, dos de cabeza; 51 goles en amistosos, 31 en eliminatorias, 13 en copas américas y 13 en mundiales. Y un total de 55 asistencias. Sí, números dantescos. Pero su historia es más que números.

Es la historia de vida de millones vidas de argentinas y argentinas, que lo hicieron bandera, tatuaje, murales. Que hicieron que Messi sea cultura. Que Messi la razón por la cual seguir y estar con la selección. Siempre. En el partido que sea. O en un amistoso o en un partido como el de esta final.

Que tuvo una previa rara por los incidentes en las afueras del Hard Rock Stadium. Incluso el partido fue raro. Por la lesión de Messi. Porque el equipo no pudo “imponerse” con juego vistoso. Porque tenía que dar más que lo técnico. Sobre todo para ese alargue sin Messi operativo como jugador. Pero con Messi operativo para el grupo, para la arenga del entrenador Lionel Scaloni.

A esa altura, los ojos de Messi estaban tan hinchados como el tobillo derecho que lo sacó del campo de juego. Eran los restos de lágrimas sentidas. Pero lo que veía en cancha le calmaban el dolor de no estar jugando.

Veía a “Dibu” Martínez controlando todo. A Nahuel Molina yendo y yendo. A “Cuti” Romero cuerpeando. A Lisandro cortándose el labio por un despeje. A Tagliafico trabando con el alma. A De Paul estando en todos lados. A Enzo tocando. A Mac Allister ordenando. A Julián Álvarez presionando. Los ojos de Messi se abrieron grande, ya sin lágrimas, para ver cómo desde el banco vino el 1-0: quite de Paredes, asistencia de Lo Celso y definición del “Toro” Martínez, el que se fue de Qatar sin hacer goles y los hizo todos en Estados Unidos

Después de ese gol de Lautaro, había otra emoción fuerte que gestionar. La salida de Ángel Di María. El que corrió como un nene. El que jugó como líder. El que dejó todo por todos. El que se fue llorando cuando lo reemplazó Nicolás Otamendi. El que se abrazó con Messi cuando el árbitro brasileño Raphael Claus pitó el final del partido. Que también fue el final de un viaje inolvidable y maravilloso para esos genios, para el Messi inmortal, para el Di María eterno.

Para un equipo que volvió a ilusionar, que volvió a enamorar, que volvió a las futboleras y los futboleros argentinos hinchas de la selección. Primero de Argentina. Después del club. Eso no pasaba. Y eso pasó por Messi.

Por Di María. Por el equipo de Scaloni. Eso, Argentina primero, es el legado. Eso, Argentina primero, es el futuro inmediato. El ya. El ahora. Argentina primero. Argentina campeón. La foto de Messi con una copa resulta que se multiplicó por cuatro. Lo que parecía imposible se hizo una hermosa realidad. La Copa América de 2021, la Finalissima de 2022, el Mundial en Qatar y, lo de anoche en Estados Unidos, la otra Copa América, la del bicampeonato.

Lo dicho… La Argentina del éxito. La Argentina del equipo. La Argentina de Messi y con Messi. Y sin Messi. La Argentina de leyenda.

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