El fin del liderazgo de Macri y Cristina Kirchner y las alternativas que asoman
Mauricio Macri y Patricia Bullrich no hablan desde noviembre del año pasado. Tuvieron su última conversación antes de que ella aceptara ser ministra de Seguridad de Javier Milei sin solicitar su consentimiento.
Desde esa ruptura el diálogo se tercerizó a través de los macristas Humberto Schianovi, Fernando De Andreis y Darío Nieto. A ella la representaron Damián Arabia, Pablo Walter y Juan Pablo Arenaza. Hasta que intervino, infructuosamente, el pinamarense Martín Yeza a quien Macri impuso este viernes como presidente de la asamblea del PRO, un órgano legislativo que fue noticia por primera vez en dos décadas de historia partidaria.
En los pasillos de la Cámara de Diputados, Yeza había puesto sobre aviso a Arabia a quien conoce desde 2008 cuando empujaron lo que fue Unión PRO entusiasmados con Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá. El exintendente de Pinamar ofreció bajar el tono a la pelea entre Macri y su exministra. No lo logró pero se quedó con el cargo prometido a Bullrich a quien acusó de llevarse «puesto» el partido. Macri siguió todo desde Europa.
«Nadie en el PRO tiene diferencias reales con Milei», advierten los que no entienden el operativo despegue y sólo ven a un Macri que quiere concentrar la interlocución con los libertarios y que los acuerdos -no la ‘fusión’- pasen por sus manos. Para frenarlo cerca de Bullrich citan al exjefe de gabinete Marcos Peña quien en el libro que acaba de publicar describe «situaciones de liderazgo» con temporalidad finita.
Para evitar un costo mayor y que la crisis se expanda a Diputados y al Senado los bullrichistas no romperán los bloques. «Si lo hiciéramos -aclaran- estaríamos liberando al resto y tenemos que mantener a los 37 diputados votando a favor de las leyes de Milei», replican en el PRO Libertad donde reivindican al actual Presidente como «el verdadero líder del cambio».
El plan de Macri y el incierto futuro radical
Las movidas de Macri fueron en cadena. Primero aprobó un documento de la fundación Pensar que alerta sobre la caída del empleo y de la actividad económica y el retraso de los salarios frente a la inflación. Después reclamó el incumplimiento del fallo de la Corte a favor de la Ciudad aunque en menos de dos días logró la promesa del Gobierno nacional a favor de transferir a Jorge Macri la plata adeudada (aunque el vocero Manuel Adorni no le puso fecha).
Ambas jugadas fueron cuestionadas por el bullrichismo mientras el macrismo exige un tratamiento VIP, diferenciado de los recortes a Axel Kicillof y al resto de los gobernadores que no están tan simbiotizados con el Gobierno.
Cuando entre la transferencia a la Ciudad, ¿Mauricio Macri perderá un fuerte argumento en contra de Milei?
No escapa a la crisis el radicalismo que no tiene horizonte de supervivencia con gobernadores alineados al mileismo como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes). En Diputados los interpretan el cordobés Rodrigo de Loredo y en el Senado el correntino Eduardo Vischi. El tercer gobernador, el jujeño Carlos Sadir, pasa inadvertido al resguardo de su bajo perfil.
A De Loredo sus correligionarios lo ven incómodo. Vota todo a favor de Milei pero lo critica, doble jugada que el Presidente aborrece y no lo oculta. Puertas adentro el cordobés ya perdió muchos amigos lo que lo obligó a pactar otra vez con Luis Juez en su terruño y a reunirse con Mauricio Macri en busca de un aliado nacional.
Vischi también está condicionado por los gobernadores que le pidieron llegar al Pacto de Mayo sin sobresaltos. De los 13 senadores radicales, dos son mendocinos, dos correntinos, uno de Entre Ríos y otro de Chaco. El jefe del bloque de senadores está rodeado y terminó siendo promotor de la estrategia a favor de
Milei. Fue él quien pidió dilatar la sanción de la nueva movilidad jubilatoria mientras Unión por la Patria intentaba imponer el aumento a la tercera edad sin conseguir los dos tercios. El peronismo perdió otra vez en una Cámara que durante décadas supo dominar, especialmente en tiempos de Cristina Kirchner.
En ese contexto al correntino Valdés también lo ven presionado aunque en su caso más por la desaparición del pequeño Loan que por su cercanía a la Casa Rosada.
¿Unidad peronista?
Por su parte el peronismo ensaya una unidad con forceps. Axel Kicillof tuvo el último lunes un acto importante que no alcanzó a disipar dudas con Máximo Kirchner. Sergio Massa opera en las sombras alentado por quienes lo ven liderando la lista de candidatos a diputados el próximo año.
Varios gobernadores ya acordaron el traspaso de obras a sus manos, algunas con fondos y la mayoría sin presupuesto. Los exaliados provinciales se despegaron y hasta el sindicalismo de la CGT empieza a dialogar y posterga un paro.
Cristina Kirchner acaba de pedir otra letra para la canción peronista, se mantiene activa pero midiendo las palabras y convoca a una reunión de senadores al Instituto Patria. Intenta sostener la unidad y rearmar estrategias que ayuden a algún mínimo éxito legislativo.
En el medio, reapareció la denunciadora Elisa Carrió que teme por el fin de la República y de los vínculos en la región mientras los dialoguistas Miguel Angel Pichetto y el grupo que integra entre otros con Emilio Monzó garantizan la gobernabilidad y acompañan las nuevas leyes y el Pacto de Mayo que se firma en julio.
Antes de que despegue una oposición obnubilada por el mileismo el oficialismo buscará una reforma política, berretín de todo gobierno que inicia. Buscan que voten los chicos desde los 13 años, franja afín al Presidente. También reducir la oferta política.
«¿Es lógico que tengamos 650 partidos políticos»? desafió con lógica y picardía el actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que traspasa gran parte de sus tareas a Federico Sturzenegger, el más querido por el Presidente y flamante ministro de todas las futuras reformas del Estado.
Dos años y medio atrás La Libertad Avanza salía del malón de rezagados con tan sólo dos diputados nacionales. Uno hoy es Presidente de la Nación y la otra es Vicepresidenta. Parece al menos contradictoria la propuesta de Francos cuando la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, recién empieza una campaña de afiliación para convertir a LLA en su propio partido político, con alcance nacional. Acaba de lograr la personería en Córdoba -territorio que supo ser macrista- aunque ya le pesan en otros distritos denuncias por supuestos padrones truchos.
Victoria Villarruel por su parte acaba de renunciar a un cargo directivo en el Partido Demócrata -otra fuerza ‘chica’- pero no deja ese partido, al menos no todavía. Un dato extra: estuvo enferma esta semana y se ausentó de la sesión donde por su pedido cajonearon algunos ascensos militares desoyendo al Presidente.
Promediando la semana Milei viajó a San Juan, cuna de Domingo Faustino Sarmiento el gran planificar de un Estado educador. En el acto Milei gritó tres veces «Viva la Libertad Carajo». Tres veces lo vivaron decenas de niños de guardapolvo blanco. Lo acusarían de adoctrinamiento escolar pero claro, no es kirchnerista.
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