Miradas opuestas a Ruta sin salida, lo nuevo de Mel Gibson: ¿demasiada acción o thriller con poco suspenso?
A favor: acción, dolor y suspenso en la misma proporción
Por Nicolás Lencinas
Ruta sin salida tiene uno de los comienzos más intensos y duros que recuerdo. Las primeras escenas de la película me generaron un dolor y una sensación de desesperanza que se sostuvieron durante casi 20 minutos.
Sin intenciones de spoilear -y a modo de mini tráiler-, cabe mencionar que la protagonista Maben (Willa Fitzgerald) aparece yirando por pueblos de Estados Unidos buscando sobrevivir junto a su hija Analee.
En una mala jugada del destino, insinúa con prostituirse pero termina siendo abusada por un policía. De ahí se desata una cadena de situaciones fortuitas que la llevan a encontrarse con Russel (Garret Hedlund), un hombre que retorna a su hogar tras pasar unos años en la cárcel, siendo responsable de una trágica muerte que causó.
La situación de ambos empeora a cada momento y tras varios pasos en falso (y con la policía buscando el asesino del oficial) la ayuda llega por parte de Mitchell (Mel Gibson) quien personifica al padre de Russell.
Por supuesto, Gibson tiene un rol preponderante en la trama y le aporta un salto cualitativo a las interpretaciones. Sin embargo, tanto Hedlund como Fitzgerald entablan unas actuaciones dramáticas que llevan adelante de manera magistral en la historia. Por mencionar un detalle, al hacer foco en sus ojos (con planos detalles que propone la directora), se puede percibir el dolor que atravesó cada uno.
Michael Farris Smith y Nadine Cracker hacen un trabajo estupendo en el guión y la dirección para llevar adelante un hilo narrativo, en principio, confuso y luego contundente.
El drama se desarrolla paralelamente con la acción que propone Russell en la búsqueda de su redención. Más allá de ser buscado violentamente para “pagar su deuda”, este responde con templanza y esquivando a cada problema, como puede.
Gibson es la figura contundente de compasión en relación a los demás personajes que viven con tristeza y resentimiento en su interior. Ruta sin salida es una gran película pochoclera para aprovechar en el vasto catálogo de Max.
En contra: un thriller con poco suspenso
Por Mauricio Ortega
Si bien está promocionada como un thriller de acción, la película es más bien un drama desmesurado sobre el duelo, la venganza, y el perdón en donde la acción recae en diálogos de personajes que importan más bien poco.
Las historias de los protagonistas, Maben y Russell, se construyen en un descubrimiento continuo en el que, se supone, iremos conociendo progresivamente detalles de sus historias para ir atando cabos.
El problema: es un thriller que no opera tanto con el suspenso, sino con la sorpresa. En ese ir descubriendo, las claves de la trama aparecen de un momento a otro sin anticipación en forma de diálogos enunciativos.
Esto se nota especialmente a la mitad de la película, en el momento en que Maben le dice su nombre a Russell y él reconoce que es la pareja del hombre que asesinó con su auto mientras iba borracho.
Sacando de lado que el recurso de enunciar un nombre es pobre, ese momento no es importante para los espectadores. Simplemente entendemos que Russell sabe quien es. Pero nosotros no podemos ni siquiera intentar anticiparnos un poco ni sacar nuestras conclusiones porque no sabemos nada. No sabemos por qué Russell estuvo preso, por qué Maben está sola, qué le sucedió al padre de su hija.
La clave del suspenso es mantener bien informado al espectador para que se pregunte ¿y ahora, qué pasará? Si llegado el encuentro entre Maben y Russell, tuviéramos un mínimo nexo entre sus historias, sería un momento cargado de emoción y entenderíamos por qué Russell la resguarda en la casa de su padre. Entenderíamos que es una forma de redención por un pasado trágico y no que es simplemente un buen hombre que quiere ayudar a una muchacha en apuros.
Otro gran problema: el mood de la película recae mucho en una música que podría estar en la categoría “cinematográfica” en cualquier banco de música sin copyright por internet. Carece de personalidad. Como así también está plagado de lugares comunes para representar los buenos momentos de Maben y su hija con la familia de Russell. Risas, abrazos, comidas en familia en atardeceres que parecen salidos de una cuenta de fotografía aesthetic de instagram.
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