La Voz del Interior @lavozcomar: “El borde de la luz” invita a un viaje a lo inesperado, entre el día y la noche

“El borde de la luz” invita a un viaje a lo inesperado, entre el día y la noche

Hay un altar pagano, en el que se acumulan creaturas de rasgos bestiales mezcladas con formaciones vegetales, como si algo estuviera brotando con fuerza desde el interior o floreciendo desde el centro de la tierra. Es lo primero que atrae la mirada, a la manera de un vórtice, en el ingreso a Nilo-Galpón de Arte, después de atravesar una cortina hecha de largas tiras blandas de color negro, que desdibujan el cubo blanco e invitan a un rito de pasaje.

Allí comienza el viaje que propone “El borde de la luz”, muestra que reúne obras de Verónica Jofré, Pilar Palazzo, Florencia Califano, Lucila Sancineti y Helu, con curaduría de Romy Castiñeira.

Muestra

La muestra fue diseñada como una visita por territorios mágicos, como los que podría encontrarse Alicia una vez que pasa detrás del espejo. Uno de esos viajes en los que el temor y la fascinación tiran con la misma potencia.

“Es una exhibición que presenta una variedad de personajes fantásticos. Algunos adoptan formas antropomórficas, mientras que otros son seres de la noche o de ciencia ficción, e incluso, figuras que podrían pertenecer al reino de la inteligencia artificial”, precisa la curadora en el texto de sala.

La exposición cierra este viernes 14. La despedida, desde las 19, será con una charla a pie de obra en la que participarán las cinco artistas.

Sincretismo

Un pedestal sostiene la figura central en el altar, un artefacto de pura matriz sincrética elaborado por la artista jujeña Florencia Califano. La obra está realizada en porcelana, cerámica y piezas de bronce que son los restos de un jarrón estilo francés que perteneció a su abuela paterna, y que fue traído en barco desde Italia al término de la Segunda Guerra Mundial.

Nilo-Galpón de Arte exhibe trabajos de Florencia Califano.

Esas aplicaciones de bronce fundido, conservadas como reliquias, como memoria familiar materializada, conforman la pieza denominada Tropicalia barroco doméstico: ella ya no aguanta más, concebida como una “diosa” de las culturas andinas en plena mutación, a la que se le podría atribuir el poder de “romper el maleficio de la maternidad constante, de las tareas cuidado y del control del propio cuerpo”.

Muestra

La obra pertenece a una serie llamada Mecanismos de defensa. Cuenta la artista en el statement que su trabajo hace pie en un concepto de la antropología que define la necesidad humana de ponerse a resguardo de fuerzas malignas, manifestada tanto en rituales y frases como en imágenes “protectoras”. Figurillas, amuletos, talismanes para hacer gualichos o ponerse a reparo.

Otros personajes-objetos rituales de ánimo incierto, que pendulan entre lo acogedor y lo amenazante (Habitante interior, El inasible, El Bestia), montados en cajones de plástico, se suman al altar donde confluyen también algunas piezas del conjunto de artistas que integran la muestra. Como ofrendas.

En el borde

“El borde de la luz” es la quinta edición del ciclo “Nilo expone”, que se nutre de convocatorias. La mayoría de las artistas seleccionadas para esta exposición son muy jóvenes.

Lucila Sancineti (Buenos Aires, 1990) trabaja en un cruce entre la cerámica, el textil y el biomaterial, creando entes complejos que podrían remitir a una proliferación viral, a formas de vida llegadas del espacio exterior o a los procesos celulares desarrollados en el interior del cuerpo.

Muestra

Los mecanismos de la biología que su obra replica dan por resultado organismos tan fascinantes como inquietantes. Dan ganas de tocar, dan ganas de huir.

El trabajo de Sancineti se aloja exactamente en ese “borde” en el cual la muestra busca dejar parado a quien mira. En palabras de la curadora: “Las obras muestran momentos de transición, donde los personajes se transforman y pierden su identidad, se quitan la máscara y todo ocurre en un espacio con una membrana flexible y porosa. La exposición invita al espectador a reflexionar sobre la capacidad de la oscuridad para dar forma a una realidad diferente y considerar el potencial transformador que yace en cada momento de cambio y transición”.

Verónica Jofré pinta rostros perturbadores, entre la ternura y lo ominoso.

En una frontera entre lo tenebroso y lo encantador, entre el pavor y la ternura, entre lo que acaricia y produce un repelús, se ubican los rostros generados por Verónica Jofré.

En sus “retratos hay algo familiar, pero también una vibración perturbadora, como estar frente a una presencia desconocida, que enrarece ese género de la pintura y lo conduce a un lugar de desfiguración. ¿Son caras o máscaras? ¿Son captaciones de fuerzas internas? ¿Revelaciones de los claroscuros que nos habitan?

Obra de la artista cordobesa Pila Palazzo.

La noche y sus creaturas, la oscuridad, lo que pasa cuando las luces estroboscópicas advierten que la realidad está por cruzar la línea de sombra son los “temas” en los que Pilar Palazzo (Córdoba, 1998) se monta para recrear un contexto de lentes oscuros, de dispositivos para rituales físicos que persiguen una intensidad. Cadenas y esposas de metal, textiles y fotografías espontáneas componen el micro retrato de una tribu urbana que gira en la fiesta de la vida cuando la luz se atenúa.

Sus piezas expositivas podría ser también artefactos de un arte prêt-à-porter, para ir a la pared o para ser llevado en el cuerpo.

Muestra

Helu, seudónimo artístico de Ángela Ludueña (Córdoba, 1985), se suma a esta caminata por el borde de la luz con una fantasía fresca, irreverente, y al mismo tiempo con un punto de perturbación, entre las resoluciones expresionistas y el dibujo de una niña que se hubiera teletransportado desde un cuento perverso y melancólico de Silvina Ocampo.

Trastienda y talleres

Nilo-Galpón de Arte (Francisco de Olea 5753) es un proyecto gestionado por Lucrecia Cáceres y Ana Gigena, que hibrida el formato galería con talleres para artistas. Arrancó a finales de 2021, en la zona norte de la ciudad de Córdoba.

Se define como un ámbito flexible destinado a la producción, formación, exposición, comercialización de arte y trabajo colaborativo.

Además del espacio para muestras, el galpón de 400 metros cuadrados cuenta con 13 ateliers destinados a la producción de artistas. “Nilo Becas” es una instancia que cubre la mitad del costo de alquiler del atelier durante seis meses. La propuesta se complementa con el seguimiento en la producción de obra y la elaboración de un proyecto del artista para su exhibición al finalizar el ciclo.

Pintura de la artista visual Amira Ahumada.

“Trastienda Nilo” expande el objetivo de exponer arte contemporáneo con varias líneas curatoriales en simultáneo, que conviven en torno a temáticas en común: historias, paisajes e identidad. En trastienda se exhibían cerámicas de Carolina Moreno, una creadora que está llevando la disciplina a lugares inauditos, y actualmente se pueden ver obras de Torri, Mel Airaudo, Guadalupe Dean Eguia, Agustin Willnecker, Rastoni, Constanza Cortez, Milagros Grosso y Amira Ahumada, dos artistas visuales que tarde o temprano darán que hablar.

Actividad. El cierre de “El borde de la luz” será con una charla a pie de obra junto a las artistas Verónica Jofré, Pilar Palazzo, Florencia Califano, Lucila Sancineti y Helu. Viernes 15 de junio a las 19, en Francisco de Olea 5753. Gratis.

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