La Voz del Interior @lavozcomar: El emotivo viaje de Ángel y Sergio, dos excombatientes cordobeses que volvieron a su regimiento luego de 42 años

El emotivo viaje de Ángel y Sergio, dos excombatientes cordobeses que volvieron a su regimiento luego de 42 años

“Cuando llegué al regimiento fue un momento muy especial, ya que pasé mucho tiempo sin querer hablar del tema y ahora estaba volviendo al lugar después de tantos años, fue muy emotivo”. Así se expresó Ángel Eleodoro Palacios, quien es veterano de guerra y después de 42 años regresó al regimiento dónde había realizado el servicio militar previo al conflicto de Malvinas.

Ángel es cordobés y realizó el servicio militar obligatorio en el año 1892 en el Regimiento de Infantería Mecanizado 8 General “General O’Higgins”, perteneciente al Ejército argentino. Este regimiento se ubica en la ciudad chubutense de Comodoro Rivadavia.

A lo largo de ese periodo, Ángel conoció a Sergio Doglio, otro cordobés que estaba destinado en el mencionado regimiento y quien también combatió en las Islas Malvinas contra las tropas británicas. Ambos defendieron a la patria en la región conocida como Bahía Fox o Bahía del Zorro, que está ubicada en la zona sudeste de la isla Gran Malvina.

Tras el conflicto, Sergio y Ángel forjaron una fuerte amistad que perdura aún en la actualidad. Y fue fruto de esta amistad que ambos emprendieron una emotiva aventura juntos, dirigiéndose en moto desde Córdoba hasta Comodoro Rivadavia para visitar el Regimiento 8, al cual Ángel nunca había vuelto a ir tras la guerra.

Sergio y Ángel durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

La idea surgió a finales de enero, luego de que Sergio visitara el regimiento durante sus vacaciones en el sur del país. “Otros compañeros me habían contado de cómo se vivía el 2 de abril en Comodoro Rivadavia y que se hacían muy lindas actividades, y yo tenía ese entusiasmo de poder ir y lo sentía como algo que tenía pendiente”, explicó Sergio en diálogo con La Voz.

Tras volver de sus vacaciones, el veterano oriundo de Calchín Oeste estuvo pensando en viajar y decidió comunicarse con Ángel para invitarlo a ir en moto hasta Chubut. “Como con Ángel compartimos la pasión por las motos y ya hemos realizado algunos viajes juntos por las sierras, pensé ‘¿por qué no?’, y le mandé un mensaje contándole la idea”, indicó el veterano de guerra. Y contó que a su compañero le gustó la idea.

Iniciativa. Así surgió la idea del viaje. (Captura de Pantalla / Gentileza)

Y fue así como comenzaron a planificar el viaje. En la planificación estaba incluido Higinio Rocco, otro héroe de guerra radicado en Córdoba. Sin embargo, días antes de la fecha, Higinio debió cancelar su participación por cuestiones personales.

El viaje: una travesía en medio de fuertes vientos y agua

El viaje hacia Comodoro Rivadavia duró tres días y dos noches, según comentó Ángel. Sumado al tiempo en ruta, los veteranos debieron soportar una serie de inclemencias climáticas que se fueron presentando a lo largo del trayecto.

“Había tramos en los que teníamos que ir con las motos de costado porque teníamos vientos cruzados”, señaló Ángel. Y agregó “poco antes de llegar a Comodoro Rivadavia nos agarró aguanieve, lluvia y garrotillo”.

Ruta. Sergio y Ángel durante una de las paradas en su viaje a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

Sin embargo, la experiencia en la ruta les ayudó a seguir adelante y poder llegar a destino. En cuanto a esto, Sergio comentó que en el sur argentino este tipo de clima suele presentarse con más frecuencia que en otras zonas del país. “Es raro que no haya viento, y es viento fuerte, de 40, 50 o hasta 60 kilómetros por hora. Uno tiene que acostumbrarse a manejar con las ráfagas y tener precaución”, señaló. Y añadió: “Para los que nos gustan las motos, es un lindo desafío”.

Además, Ángel y Sergio contaron con la ayuda de la gente que los iba recibiendo durante sus paradas. Por ejemplo, cuando frenaron en Puerto Madryn fueron recibidos por los integrantes del club de rugby Orcas de Madryn, del cual Higinio Rocco es parte, por lo que había dado aviso que sus compañeros iban a pasar por el club. “Son muy malvineros, tienen las Islas Malvinas en la camiseta”, reveló Ángel sobre ese grupo y comentó que allí pasaron la noche con un agasajo de por medio.

Ruta. Ángel y Sergio durante una de las paradas en su viaje a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

También en Madryn fueron acogidos por Juan Bevacqua, quien realizó el servicio en el mismo regimiento años después del conflicto bélico y mantiene muy buena relación con Higinio. Tras recibirlos en su casa, Bevacqua se sumó a la aventura y acompañó a los veteranos de guerra hasta Comodoro Rivadavia.

Ruta. Ángel y Sergio durante una de las paradas en su viaje a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

El último día de viaje, Sergio y Ángel pasaron por Trelew a saludar a otro héroe de guerra, al cual no veían desde que había finalizado la contienda en las Islas. Tras la visita, retomaron la ruta y llegaron a Comodoro Rivadavia.

“Cuando llegamos a la entrada de Comodoro, el inspector de tránsito que estaba ahí nos dio la bienvenida y nos contó que ya le habían informado que íbamos a llegar en moto desde Córdoba”, reveló Ángel. “Charlamos un rato con él y después nos mandó al regimiento”, añadió.

Ruta. Ángel y Sergio durante una de las paradas en su viaje a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

La llegada y la estadía: entre recibimientos y recuerdos

Ángel y Sergio llegaron al Regimiento 8 de Comodoro Rivadavia el pasado sábado 30 de marzo. “Cuando llegamos nos recibieron con una ceremonia y luego tocamos la campana”, comentó Ángel. Esta ceremonia, explicó, “se basa en que cuando entra un veterano de guerra a un regimiento de cualquier parte del país, toca una campana dos veces. La primera para anunciar la llegada de un veterano, y la segunda en honor a los caídos”.

Luego de la ceremonia fueron invitados a la Compañía Comando, en la cual habían recibido instructivos 42 años atrás. Allí fueron recibidos por los soldados, quienes les dieron la bienvenida a la Compañía con regalos y los agasajaron con un asado durante la noche.

Sergio y Ángel durante su visita al Regimiento 8, en Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

El domingo 31 visitaron un museo temático de Malvinas donde fueron recibidos con una formación realizada en homenaje a ellos por su llegada. En tanto, el lunes 1° de abril se hicieron presentes en la inauguración de una casa museo de veteranos. “En medio de la ceremonia de inauguración nos anunciaron”, contó Ángel.

Horas más tarde, ya en la noche del lunes, se realizó la ceremonia de Vigilia, durante la cual el presidente del Centro de veteranos de guerra mencionó la llegada de los cordobeses a Comodoro para compartir allí la fecha.

Sergio (primero arriba a la izquierda) y Ángel (segundo abajo de izquierda a derecha) durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

Lamentablemente, Sergio no pudo estar presente durante la Vigilia ya que no se encontraba bien de salud. “Estaba en la cama y con fiebre”, detalló Ángel acerca de su compañero e indicó que debió llevarlo al hospital durante la mañana del martes 2 de abril.

“Cuando fuimos al médico me hicieron todos los estudios pero el médico no pudo determinar que es lo que tenía, pero era algo virósico”, explicó Sergio. “Lamentablemente la fiebre me impidió realizar algunas de las actividades que tenía previstas hacer”, se lamentó el excombatiente.

Sergio y Ángel en el Regimiento 8, en Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

Sin embargo, a pesar de su malestar, Sergio acudió al acto del 2 de abril. Allí ambos participaron del desfile a bordo de unas motos que alquilaron en el lugar. En sus rodados, Sergio y Ángel colocaron una bandera argentina con motivo de Malvinas, reforzando el sentimiento patriota que se sentía en el ambiente.

“Nosotros fuimos atrás de los vehículos de combate, fue una actividad muy linda y emotiva”, expresó Sergio en cuanto al desfile. Y enfatizó: “Es de destacar lo de la gente, porque en medio del desfile se largó la lluvia, pero ninguno de los presentes se movió del lugar hasta que terminó el acto”.

“Pasar el 2 de abril en Comodoro Rivadavia fue una experiencia muy interesante. Se realizaron muchas actividades lindas que uno no se las esperaba”, expresó Sergio sobre su visita a Chubut. Y señaló que cada vez que vuelve allí siente que vuelve a sus 18 años.

Sergio y Ángel durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

“Se te vienen todos los recuerdos y te hace volver en el tiempo. Uno recuerda las amistades que hizo, las anécdotas del servicio militar y también el lenguaje común que compartimos entre los veteranos”, comentó.

Sergio (quinto de izquierda a derecha) y Ángel (primero a la izquierda) durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

En esa línea, Ángel contó cómo fue su reacción al volver al regimiento luego de 42 años. “Cuando volví se me vinieron a la cabeza mis instructores, tanto los oficiales como los suboficiales, que eran grandes profesionales y mejores personas. Ellos corrían al lado nuestro y hacían los ejercicios junto con nosotros”, confesó. Y agregó: “También recordé a quienes hicieron el servicio conmigo y los momentos que compartimos en la compañía”.

Ángel (abajo con campera verde de camuflaje) durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

La travesía llegó a su fin el miércoles 3 de abril, cuándo Ángel y Sergio emprendieron el viaje de vuelta a Córdoba. Antes de irnos, todo el personal del regimiento nos organizó un agasajo de despedida, fue un momento muy emotivo”, manifestó Sergio.

Sergio (de espaldas) y Ángel (de frente con campera de cuero negra) en la despedida en Regimiento 8. (Gentileza)

Ángel y un reencuentro muy especial

Sumado a la serie de emociones y encuentros que significó el viaje para ambos, Ángel logró abrazar a una persona muy especial para él. Y es que, luego de 42 años, el cordobés oriundo del barrio Primero de Mayo se reencontró con el por entonces enfermero que le salvó la pierna durante el combate.

“Antes de salir para Comodoro escuché que iba a asistir al acto un enfermero de otro grupo al regimiento, y que supuestamente se trataba del médico que me curó la pierna en Malvinas”, explicó Ángel. Y reveló que no lo había vuelto a ver tras la guerra.

“Era un chico de tan solo 17 años, nosotros le decíamos nene porque teníamos un año más que él”, recordó el cordobés. “Era cabo y se desempeñaba como enfermero. Recuerdo que tenía una valentía destacable, porque con solo 17 años salía a asistir a los heridos en medio de los bombardeos”, destacó.

Sobre lo ocurrido en Malvinas, Ángel detalló que fue herido durante una noche en la que estaba apostado como Centinela a las afueras de la Compañía en la que se desempeñaba. “En un momento de la noche, el otro Centinela, que estaba a unas seis cuadras de distancia, vino corriendo hacia donde yo estaba y gritaba ‘¡Palacios!, ¡Palacios!, ¡!Helicóptero, ¡Helicóptero!’”, relató.

Y siguió: “Cuando yo salgo afuera veo para arriba y estaba el helicóptero encima mío, porque lo venía persiguiendo al otro Centinela. Entonces le dije que se quede ahí y que yo iba a avisar al comando que andaba el helicóptero cerca”.

“Salgo corriendo y el helicóptero sale detrás mío, y comienza a disparar. Uno de los disparos pega en el suelo a poca distancia de dónde yo estaba, y las esquirlas al rebotar me hirieron la pierna derecha, en la zona de la pantorrilla”, detalló. Y añadió: “En ese momento comenzó un tiroteo, pero yo seguí corriendo para dar aviso”.

El tiroteo finalizó y al tiempo un enfermero fue de visita a la Compañía dónde estaba Ángel, y este le pidió que le revise su pierna ya que presentaba una herida. “Cuando el enfermero vio el estado de mi pierna se sorprendió y me dijo ‘eso no te lo puedo curar acá, andá a Sanidad’, así que al día siguiente fui a Sanidad, que estaba a 7 kilómetros de distancia”, reveló el excombatiente.

“Allí me atendieron, me medicaron y me sacaron la infección que tenía. Tuve que ir unas seis veces más para que la pierna se cure por completo”, indicó Ángel e hizo hincapié que si no fuera por la labor del enfermero, su pierna hubiera estado en peligro por la infección que podía generarse en la herida.

El tiempo pasó y el cordobés no volvió a tener novedades del enfermero, hasta este año. Durante su visita con Sergio en el regimiento, los soldados le informaron a Ángel que el ahora Doctor y veterano de guerra Victor Alejandro Olivera había llegado, por lo que el Ángel salió inmediatamente a saludarlo.

Emotivo. El reencuentro de Ángel (izquierda) con el Doctor Víctor Olivera (derecha), quien le salvó la pierna durante la contienda en Malvinas. (Gentileza)

“Fue un encuentro muy emotivo, hacía 42 años que no lo veía”, expresó el héroe de guerra. Y profundizó: “Llamé por teléfono a mí casa y mí madre lo saludó y le dio las gracias. También mis hermanas le expresaron el agradecimiento por haberme salvado la pierna”.

La experiencia del viaje y la importancia de sentirse acompañados

Sergio hizo énfasis en la experiencia que significó para él y para Ángel haber pasado el 2 de abril en Comodoro Rivadavia. “Ahí se vive de otra manera, se vive la cuestión Malvinas en el día a día y así se sintió durante nuestra estadía”, comentó. Y ejemplificó: “En el acto del 2 de abril había muchísima gente, una cantidad impresionante pese a la lluvia”.

En ese sentido, Ángel destacó la convocatoria que hubo en la noche del 1° de abril, durante la ceremonia de Vigilia. “Había unas 70 mil personas acompañándonos, se sentía una sensación de patriotismo muy fuerte. En Comodoro la gente vive la fecha con mucha emotividad”.

Sergio (primero a la derecha) y Ángel (segundo de izquierda a derecha) durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

Sergio le dio gran importancia a esta forma de encarar la cuestión de Malvinas, ya que a los veteranos los ayuda a sentirse acompañados. “Se nota en la gente el haberlo vivido de cerca. Cuando yo voy al sur vuelvo con una inyección de empuje, porque te tratan de una manera especial”, comentó.

Y reforzó: “Allí uno ante todo es veterano y un servidor a la patria, y uno nota en la gente ese sentimiento de arraigo por la cuestión de cercanía geográfica”. “Eso te ayuda mucho como veterano, porque no fue fácil para nosotros comenzar a hablar del conflicto, a todos nos llevó mucho tiempo. Fueron años de silencio”, indicó.

En cuanto a la dificultad que implicó para los excombatientes hablar sobre su participación en la guerra, el oriundo de Calchín Oeste enfatizó en que es clave para ellos sentir la compañía de la gente y poder comunicarse con sus compañeros para poder afrontar la cuestión. “Malvinas nos forjó una sensación de hermandad entre los veteranos, por más que no nos veamos por mucho tiempo, cuando nos vemos nos abrazamos y hablamos como si fuéramos hermanos de toda la vida, porque así lo sentimos”, expresó.

Además, Sergio comentó que cada uno de los héroes de guerra vive la cuestión de Malvinas de una manera distinta y que cada uno tiene una manera diferente para sobrellevar las emociones que esto implica. “En mi caso me es de ayuda mantener la cabeza ocupada y estar activo, realizando las actividades que a mí me gustan”, reveló el excombatiente que ahora comparte con sus hijos la pasión por la mecánica y las carreras.

Ángel durante su visita a Comodoro Rivadavia. (Gentileza)

Por su parte, Ángel confesó que hablar del tema le sirve para estar de buen ánimo. “Hablar de Malvinas, recordar las anécdotas y a mis compañeros me hace bien. Es algo que vengo practicando desde hace tiempo y que me ayuda mucho”, comentó el cordobés que ahora se dedica a la docencia.

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