Pelotazo al vacío: Palmeiras, de la épica a la polémica
El fútbol brasileño llegó al Congreso Nacional de Brasil pero no por la aprobación de un proyecto de reconocimiento, un homenaje o la entrega de alguna plaqueta de peltre a algunas de sus figuras emblemáticas, sino por un tema bastante menos amable: la intervención de la Comisión Parlamentaria de Manipulación de Juegos y Apuestas Deportivas para investigar la denuncia de una supuesta manipulación de partidos que le permitió a Palmeiras consagrarse campeón del Brasileirão 2023 gracias a un sprint final en el que ganó siete de sus últimos 10 partidos.
Este notable récord generó asombró hasta en los propios hinchas del Verdão al punto que muchos hablaron de milagro y hasta planificaron una procesión en agradecimiento al São Gilmar Jr., santo al que por razones que se ignoran atribuyeron el prodigio deportivo.
Otros consideraron que en realidad semejante remontada que permitió arrebatarle el torneo a Botafogo obedeció a “trabajos” de brujería realizados por experimentados brujos paulistas quienes tras cerrar un acuerdo societario con algunos poderosos espíritus de profundidades de la selva brasileña (que lamentablemente debieron mudarse a San Pablo debido a deforestación del Amazonas) están consiguiendo un alto porcentaje de efectividad en hechizos no solo en deportes sino también en política, el amor (amarres definitivos, retornos), el juego y buena fortuna en general.
Las sospechas sobre la aplicación de sortilegios se centran no tanto en los triunfos de Palmeiras en las últimas 10 fechas sino en la caída estrepitosa de rendimiento de Botafogo que fue puntero durante 30 fechas y que llevaba a esa altura 12 puntos de ventaja, pero que no pudo ganar en las últimas 11 fechas. Los jugadores del Fogão entraban a la cancha y a los pocos minutos sentían que entidades imperceptibles pero corpulentas y pesadas (y pilosas) se les trepaban en los hombros cuando el rival tenía que patear un córner impidiéndoles saltar a cabecear o que manos invisibles los agarraban fuertemente de los tobillos impidiéndoles desplazarse con comodidad en la cancha.
“Esos extraños fenómenos invisibles se explican desde el arte de los encantamientos, son espíritus convocados mediante sortilegios que se involucraban en los partidos con el objetivo de disminuir el juego de Botafogo” explican João Ghost, máxima autoridad brasileña en temas paranormales.
Los cabuleros por su parte descreen de hechizos y brujerías y en cambio consideran que Botafogo fue mufado y no pudo sacarse la mala suerte que le transmitieron y culpan de esa situación al técnico de Palmeiras, Abel Ferreira, quien dijo que el Fogão sería campeón del Brasileirão por la ventaja que había sacado.
“Lo mufó no hay dudas de eso”, señala Juan Carlos Talismán, especialista en el tema y dueño de la cadena “Cábalas & Amuletos” dedicada a la venta de todo tipo de objetos que alejan a la mala suerte y las malas energías desde medallas de San Benito de Nursia hasta elegantes manos chinas doradas de la suerte. El experto sostiene que los fanáticos del fútbol, especialmente los argentinos, saben perfectamente que una forma muy efectiva de mufar a un club que se detesta es decirle a un hincha de ese equipo que va a ganar por goleada el próximo partido. “No falla” asegura Talismán.
Sin embargo, todas las especulaciones religiosas, esotéricas o cabuleras sobre la épica remontada de Palmeiras quedaron en un segundo o tercer plano cuando apareció en escena el dueño de Botafogo, el empresario norteamericano John Textor, quien visiblemente afectado por el torneo que se le escapó de las manos denunció la existencia de manipulación de partidos para explicar el festejo del Verdão.
El estadounidense puso la lupa en dos partidos: el 5-0 de Palmeiras sobre San Pablo y el 4-0 sobre Fortaleza y aseguró que con inteligencia artificial se pueden advertir ciertos “desempeños sospechosos” de varios jugadores de los equipos perdedores en situaciones claves de gol como defensores que en pleno contragolpes de Palmeiras se desentienden del juego para ir a besar bebés o firmar autógrafos a las plateas bajas o jugadores que sufren llamativas crisis temporales de orientación temporal y/o espacial durante los ataques del campeón. Sin pelos en la lengua Textor califica a Palmeiras de “campeón indigno” y los clubes acusados piden lisa y llanamente su expulsión del fútbol brasileño y el destierro del norteamericano de Brasil y países del Mercosur.
El expediente en manos de los congresistas esta caratulado como “Conspiración para ganar el campeonato brasileño/Posible uso de Ayudín por parte de Palmeiras” y las sospechas apuntan (indudablemente de manera injusta) al submundo de las apuestas ya que todo el mundo jugaba sus dineros a que Botafogo iba a ser el campeón. “Hubo tal fiebre de apuestas por el Fogão que quien apostó a favor de Palmeiras se hizo millonario. Ni siquiera las madres de los jugadores del Verdao apostaban por ellos” señalan desde el ambiente timbero del Brasil. Las apuestas y el fútbol no siempre se llevan bien, y los ejemplos sobran.
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