Parir en Tierra ajena, de Nora Pojomovsky: transformar la herida en una flor de resiliencia
A finales del año pasado, la autora cordobesa Nora Pojomovsky lanzó Parir en tierra ajena, una producción literaria que transforma la herida en una flor de resiliencia y, a su vez, rompe la matrix emocional del lector con relatos crudos y contundentes.
En tan solo 15 historias, Nora demuestra lo importante que es mirar el mundo a través de los lentes de la alteridad y la diversidad. Pocas personas son realmente conscientes de ambos conceptos cuando se habla de temas como la maternidad, la inmigración, la familia y sus mandatos o la religión. La escritora no tiene intenciones directas de educar ni de dejar enseñanza alguna. Sin embargo, estos propósitos se vuelven inevitables para el lector cuando comienza a tirar del hilo que une a todos los relatos entre sí y descubre el inmenso valor cultural que esconden.
Los personajes de cada una de las historias son tesoros de conocimiento y experiencia. Nora los parió desde la tristeza más profunda y ellos tomaron diferentes rumbos hacia lo incierto, con cientos de dudas, pero también con mucha fuerza, sabiduría y esperanza. Ese velo crítico que la autora arroja en la boca de sus personajes principales y secundarios es muy sutil para no abrumar la lectura, pero no por ello deja de ser directo, contundente y letal.
Hay historias que están enfocadas desde una perspectiva netamente maternal, pero hay otras que redescubren la maternidad desde la perspectiva de las infancias. A todas las une el desarraigo, el dolor, la memoria y la necesidad humana de subsistir.
A su vez, estos conceptos se entrelazan con fuerza a la condición de ser otro en tierra de todos y en medio de un contexto que exacerba el individualismo, los estereotipos y los prejuicios sociales de todo lo que no vende, de lo que no es estético ni cumple las funciones requeridas del viejo sistema capitalista.
“Parir en Ramadán”, “El hilván de la memoria”, “Los ojos de Buda” y “Mamá África” (este último, uno de los más interesantes) son algunos de los cuentos de este libro que esconden historias en carne viva.
Tal y como dice el rabino del Centro de Unión Israelita de Córdoba Marcelo Polakoff en el prólogo del libro, estos relatos son “críticos y desbordan”, pero a su vez “nos dan luz” frente a las peores adversidades.
Su lectura amerita algunas pausas para procesar realidades y salir corriendo a buscar más pañuelitos. El rabino cataloga a Nora como “matriarca de su exquisito lenguaje”. Cuando uno la lee, no puede estar más de acuerdo. Sus palabras arrojan esperanza en la brutalidad; abrazan como madre y gritan como niño; pero sobre todas las cosas, regalan un momento muy íntimo para conectar con el mundo y encender el lado oscuro de la humanidad, sin necesidad de prender una pantalla.
- Parir en tierra ajena. Nora Pojomovsky. Editorial Hugo Benjamin. 212 páginas.
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