El Gobierno requiere gestión y coordinación
El presidente Javier Milei desplazó a 32 funcionarios en menos de seis meses de gestión; recientemente, al jefe de Gabinete de Ministros, Nicolás Posse, y al interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Silvestre Sívori.
Si bien los cambios responden a distintas cuestiones, sobresale como principal razón la falta de ejecutividad y de coordinación entre distintas áreas.
El reemplazo de Posse por Guillermo Francos, exministro del Interior, apunta a dotar a la administración de una mejor interrelación entre las carteras, además de dar un fuerte impulso a proyectos clave para el Presidente.
Entre esas iniciativas, se destaca la retocada “ley bases”, que seguramente será modificada en la Cámara de Senadores en virtud de los intereses y reclamos de los legisladores de la oposición.
La mala práctica del oficialismo para negociar, junto a la oposición incongruente del kirchnerismo sobre varios artículos, determinó que el oficialismo no ha podido sancionar esa iniciativa en casi 180 días de gobierno.
Francos, un funcionario con más de 40 años en las negociaciones políticas, podría aportar coordinación y gestión para resolver las enormes dificultades que atraviesa la organización del Estado.
Al flamante jefe de Gabinete lo espera una tarea ciclópea para unificar criterios en las numerosas áreas, en muchos casos paralizadas por la falta de funcionarios y por visiones contrapuestas sobre los proyectos oficiales.
Un botón de muestra sobre las incoherencias fue la falta de ejecutividad para solucionar la carencia de gas natural licuado, ante las temperaturas más bajas de los últimos 40 años.
La demora en la compra del fluido y las trabas para los pagos a los buques gasificadores están en el centro del desacierto oficial.
La urgencia de una mejor gestión se explica también en la oposición que lleva a cabo un sector del peronismo, liderado por la expresidenta Cristina Fernández, por los gremios y por los movimientos sociales.
El kirchnerismo cuestiona todas las medidas oficiales y subraya los errores, desconociendo las fallas cometidas en los 16 años que estuvieron a cargo del Gobierno nacional, cuyos errores generaron una pesada herencia, como la inercia de una alta inflación.
En el caso de la falta de gas natural, por ejemplo, olvida los negociados realizados por las áreas energéticas de esas gestiones, que llegaron a pagar cargamento de buques que nunca llegaron al país.
Además, en el mandato de Alberto Fernández se demoraron las construcciones del gasoducto Néstor Kirchner, por un enfrentamiento con el principal fabricante de caños del país, y de los gasoductos y plantas de compresión que permitirán direccionar hacia el norte la carga proveniente de Vaca Muerta.
Es el mismo sector que ahora rechaza facilitar las millonarias inversiones en hidrocarburos que se ejecutarán a partir de la sanción de la “ley bases”. El país carece de recursos para encarar estos proyectos.
La promoción de Francos y la próxima llegada de Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central entre 2015 y 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, al gabinete deben darle al Gobierno la coordinación y ejecutividad de que careció hasta ahora, para encaminar el país hacia su desarrollo y la reducción de la pobreza.
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