El Evangelio de hoy, domingo 26 de mayo de 2024: “Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”
Este domingo la Iglesia católica celebra la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Ante el Evangelio de hoy, el Papa Francisco nos propone reflexionar sobre la imagen del Padre e Hijo: “Es una imagen familiar que, si lo pensamos, echa por tierra nuestro imaginario sobre Dios”.
“Efectivamente, la palabra «Dios» nos sugiere una realidad singular, majestuosa y distante, mientras que oír hablar de un Padre y un Hijo nos reconduce a casa”, compartió el Pontífice en el Ángelus.
“Es una imagen que nos habla de un Dios comunión. Padre, Hijo y Espíritu Santo: comunión. ¡Pero no es solo una imagen, es realidad! Es realidad porque el Espíritu Santo, el Espíritu que el Padre mediante Jesús ha infundido en nuestros corazones (cfr. Gal 4,6) nos hace gustar, nos hace experimentar la presencia de Dios”, sostuvo el Papa.
Por otro lado, Francisco propuso esta presencia como “siempre cercana, compasiva y tierna”. “Sí, así es, hermanos y hermanas, nuestro Dios es comunión de amor, y así nos lo ha revelado Jesús. ¿Y saben qué podemos hacer para recordarlo? El gesto más simple, que hemos aprendido de niños: la señal de la cruz”, comunicó.
Desarrollando su discurso sobre la señal de la cruz, el Papa remarcó que con este gesto simple “recordamos cuánto nos ha amado Dios, hasta dar la vida por nosotros; y nos repetimos que su amor nos envuelve completamente, de arriba abajo, de izquierda a derecha, como un abrazo que no nos abandona nunca. Al mismo tiempo, nos comprometemos a testimoniar a Dios-amor, creando comunión en su nombre”.
En la misa, la liturgia de la Palabra es uno de los momentos centrales de la celebración. En este punto, se leen los pasajes de la Biblia que permiten adentrarse en las enseñanzas de Jesucristo. Compartimos los textos del domingo 26 de mayo de 2024 publicados por el sitio web del Vaticano.
Liturgia del 26 de mayo de 2024: Primera lectura
Lectura del Libro del Deuteronomio
Dt 4, 32-34. 39-40
En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: “Pregunta a los tiempos pasados, investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. ¿Hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, una cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante? ¿Qué pueblo ha oído sin perecer, que Dios le hable desde el fuego, como tú lo has oído? ¿Hubo algún dios que haya ido a buscarse un pueblo en medio de otro pueblo, a fuerza de pruebas, de milagros y de guerras, con mano fuerte y brazo poderoso? ¿Hubo acaso hechos tan grandes como los que, ante sus propios ojos, hizo por ustedes en Egipto el Señor su Dios?
Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el Señor es el Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro. Cumple sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y tu descendencia, y para que vivas muchos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre’’.
Liturgia del 26 de mayo de 2024: Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Rom 8, 14-17
Hermanos: Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él.
Evangelio del día: 26 de mayo de 2024
Lectura del santo Evangelio según San Mateo
Mt 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.
26 DE MAYO, SAN FELIPE NERI: “prefiero el Paraíso”
Según la página oficial del Vaticano, el Santo del día es una reseña diaria de los santos guardados en la memoria de la Iglesia. En esta sección encontrarás las historias, anécdotas y milagros realizados por estas figuras de vida cristiana a lo largo de distintas épocas y lugares del mundo.
Hoy la Iglesia recuerda a San Felipe Neri. Cuando Felipe Neri llegó a Roma en 1534, fue como si se encendiese una luz en la oscuridad. De día, con una sonrisa y el corazón alegre, llevaba a todos los que encontraba el calor de Dios, acompañándolo si podía con un pedazo de pan. Y una caricia en la frente, unas palabras de consuelo a quienes se lamentaban sobre las yacijas del Hospital de los Incurables. De noche, Felipe se perdía en un diálogo tan íntimo con Dios que su habitación hubiese podido ser el atrio de una iglesia.
Esto lo hizo “apasionado anunciador de la Palabra de Dios”, como recuerda el Papa Francisco en el mensaje del V centenario de su nacimiento. Este fue el secreto que hizo de él un “cincelador de almas”. Su paternidad espiritual, observa el Papa, “se transparenta en todo su obrar, caracterizado por la confianza en las personas, por el rechazo de los tonos hoscos y enfadados, por el espíritu de fiesta y alegría, por la convicción de que la gracia no suprime la naturaleza sino que la sana, fortalece y perfecciona”.
Así lo testimonia su biógrafo: «Una vez se acercaba a este, otra a aquel, y de inmediato todos se hacían amigos suyos»; y el Papa comenta: “Le gustaba la espontaneidad, rechazaba el artificio, elegía los medios más divertidos para educar en las virtudes cristianas, proponiendo al mismo tiempo una sana disciplina que implicaba el ejercicio de la voluntad de acoger a Cristo en lo concreto de la propia vida”.
Todo ello fascinaba a quienes, conociendo a Felipe, querían imitarle. El “Oratorio” nació así, entre casillas malolientes perfumadas día tras día por la caridad de este santo. “Gracias al apostolado de san Felipe –reconoce el Papa Francisco- el compromiso por la salvación de las almas volvió a ser una prioridad en la acción de la Iglesia; se comprendió nuevamente que los pastores debían estar con el pueblo para guiarlo y sostener su fe”.
Felipe mismo se convirtió en pastor en 1551, haciéndose sacerdote sin por ello cambiar su estilo de vida. Con el tiempo, en torno a él se forma la primera comunidad, la célula de la futura Congregación del Oratorio, que recibió la aprobación de Gregorio XIII en 1575.
“Hijitos, sed humildes, estad bajos”, repetía el padre Felipe a los suyos, recordándoles que para ser hijos de Dios “no basta solamente honrar a los superiores, sino que se debe honrar a los iguales y a los inferiores, y tratar de ser el primero en honrarlos”.
Felipe Neri, el tercer Apóstol de Roma, falleció para subir al Cielo en las primeras horas del 26 de mayo de 1595. El dinamismo de su amor nunca se apagó, y aún parece que repite: “No es tiempo de dormir, porque el Paraíso no se hizo para los vagos”.
Oración a San Felipe Neri
Señor Dios nuestro, que nunca dejas de glorificar la santidad de quienes con fidelidad te sirven, haz que el fuego del Espíritu Santo nos encienda en aquel mismo ardor que tan maravillosamente inflamó el corazón de San Felipe Neri.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.
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