Un raid delictivo que duró días terminó con un sospechoso asesinado por un policía
Con armas listas y decididos a todo, tres individuos provenientes de barrio Yapeyú, zona sudeste de la ciudad de Córdoba, habrían llevado a cabo al menos dos robos a lo largo de la última semana. La situación llegó a su fin cuando uno de ellos, un adolescente de 17 años que presuntamente intentaba robar un celular y una camioneta, se topó con un oficial de la Policía de Córdoba mientras huía del lugar, en el barrio General Bustos.
Hubo un intercambio de disparos cuando sonó la orden de alto. El oficial, que en ese momento se encontraba de franco, repelió el ataque con su arma, causándole la muerte al joven en la madrugada del jueves.
Esa es la principal hipótesis que por estas horas se impone en el despacho del fiscal Raúl Garzón, a cargo de investigar el asesinato del adolescente.
El aparente robo durante el cual fue abatida la víctima habría sido el correlato de una serie de hechos, que comenzó el día lunes a las 23. En ese momento, en barrio Alta Córdoba, al norte de la ciudad Capital, se produjo otro robo.
Un hombre de 57 años fue sorprendido cuando salía de su domicilio por un trío de delincuentes que lo amenazó con armas y le quitó su Peugeot 206, según informaron los pesquisas.
Ese mismo auto –creen en la fiscalía– apareció el jueves durante la madrugada en el pasaje Tantigasta al 500, de barrio General Bustos, al norte de la ciudad de Córdoba.
Del interior del vehículo descendieron dos individuos que le quitaron el teléfono celular a un hombre de 34 años, al que también le intentaron robar su camioneta. Pero cerca de esa esquina estaba el policía, en su propio domicilio y fuera de servicio.
Al salir al cruce de los presuntos delincuentes el trío se dio a la fuga. Durante la huida realizaron varios disparos, según informaron fuentes policiales. El funcionario contestó el fuego.
Todo quedó grabado gracias a una cámara de seguridad que está dispuesta en un domicilio cercano al lugar del hecho.
La escena quedó regada por vainas servidas calibre 9 y 22 milímetros. También estaba el celular por el cual habría comenzado el ataque.
A escasos minutos, un adolescente de 17 años fue asistido sin suerte en el Hospital Córdoba. Ingresó con una herida de arma de fuego en el cuello. No sobrevivió.
La Policía le secuestró la campera con la que llegó al centro hospitalario. En uno de los bolsillos había, según informaron, varios cartuchos calibre 22 milímetros, un celular y una suma hasta ahora no establecida de dinero.
A las 2 de la madrugada, la División de Bomberos llegó a una fábrica abandonada, ubicada en calle Carlos Tejedor de barrio San Vicente, zona sudeste de la ciudad. Encontró un vehículo incendiado. Se trataba del Peugeot 206, informaron desde la dirección de Investigaciones Criminales de la Policía.
Entre el lunes y el jueves, según creen los investigadores, los delincuentes habrían protagonizado otros hechos. Todo es materia de investigación.
Se pudo conocer que la víctima había sido acusada por un robo calificado y por un encubrimiento en enero del año pasado. Más tarde, en abril de este año, había protagonizado un robo calificado, según recabaron fuentes ligadas a la tarea investigativa.
Por los últimos hechos, aún no hay imputados ni detenidos. Los cómplices del presunto ladrón están prófugos de la Justicia.
En tanto, el fiscal decidió no acusar, de momento, al policía. Se limitó a solicitar su presencia durante la autopsia y lo dejó en libertad.
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