Resfríos: trucos para que los niños más pequeños expulsen los mocos
A lo largo de un curso escolar es frecuente que aparezcan alrededor de ocho procesos catarrales por niño y los síntomas principales son los mocos, los estornudos, la tos y a veces puede a aparecer dolor de garganta y fiebre. En algunas ocasiones, estos mocos pueden acabar provocando otitis o progresar en inflamar vías respiratorias bajas (bronquitis y/o neumonías).
Cuando se trata de chicos más grandes, a partir de los 3 o 4 años, es más sencillo que ellos solos se soplen la nariz y liberen sus vías respiratorias. Sin embargo, cuando se trata de los más chiquitos, la cosa suele complicarse. Más si asisten a un jardín o guardería, donde la atención se suele dividir entre muchos pequeños.
Ante el aumento de las infecciones respiratorias en vías altas en población infantil durante el otoño y el invierno, meses en los cuales la temperatura baja considerablemente, una especialista enumera una serie de consejos para que los niños, sobre todo los más chiquitos, expulsen los mocos.
Resfríos: consejos para que los niños expulsen los mocos
Alba Gómez Garrido, especialista de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física, recomienda ante todo el lavado de manos con agua y jabón, beber agua de manera regular, realizar lavados nasales y llevar a cabo ejercicios respiratorios mediante el juego, así como enseñarles a toser y a sonarse los mocos.
“Se debe empoderar a los padres y las madres en que aprendan a realizar estas técnicas para poderlas realizar de forma frecuente a sus hijos. Al estar tratando a niños hemos de buscar estrategias mediante el juego para que la terapia sea divertida”, detalla la especialista.
Los expertos también recomiendan intentar mantener una humedad en las habitaciones entre el 40-60 por ciento. Si la humedad es inferior al 40 por ciento estaría indicado el uso de humidificadores o trucos naturales como colocar un bol de agua cerca de una fuente de calor para evitar la sequedad. No obstante, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones si se decide usar un humidificador: usarlo sólo cuando es necesario, cambiar el agua cada día, limpiarlo cada tres días y vigilar los vaporizadores calientes ya que pueden provocar quemaduras.
En cuanto a los lavados nasales en población infantil, estos se realizan con suero fisiológico o con agua de mar en un dispositivo adecuado en cada una de las fosas nasales. Los expertos recomiendan realizarlos con la jeringa de 5 mililitros o con dispositivos unidosis de suero.
En bebés recién nacidos es recomendable realizar un lavado nasal con gotas de suero fisiológico como parte de la higiene diaria. A los niños no les suele gustar que les hagan lavados nasales por lo que es frecuente que toque bloquearlos o intentar que ellos mismos se los realicen imitando a los adultos.
Otra posibilidad es instruir en ejercicios respiratorios mediante el juego ya que a los niños a partir del año se les puede enseñar a oler cosas (frutas, flores) y enseñarles a soplar las velas en cuanto sea posible.
A partir de los dos años ya suelen colaborar más y es el momento de enseñarles algunos ejercicios respiratorios pidiéndole que jueguen a imitarnos. Se les dirá que tomen el aire de forma profunda por la boca hinchando la barriga y levantando las manos como una ola. A continuación se le pedirá que sople sacando el aire por la boca como si quisiera apagar un fuego y que baje los brazos.
También se les puede pedir que hagan el gato para empezar a familiarizarse con la respiración diafragmática. Se pondrán a cuatro patas y tomarán aire por la nariz. Al tomar aire, la zona lumbar de la espalda descenderá arqueándose y al sacar el aire sacará la zona dorsal ascenderá como el lomo de un gato.
“Es importante que hagamos divertido la realización de estos ejercicios ya que estamos delante de niños, los que aprenden jugando”, dice Gómez Garrido.
Asimismo se le enseñará a realizar ejercicios que impliquen despeguen secreciones y las asciendan para facilitar su expulsión. Para despegar las secreciones se les puede enseñar a que haga burbujas con una caña en un vaso o en la bañera o que soplen un silbato. También se les deben enseñar ejercicios que suban la mucosidad, como empañar el espejo con el aliento, que hagan pompas de jabón, que soplen molinillos de aire o incluso que sople bolitas de papel como si quisiera hacer una carrera.
Qué son los mocos
Cuando el sistema respiratorio entra en contacto con un agente extraño, como podrían ser los virus que causan los catarros, las mucosas se inflaman y generan una sustancia transparente de consistencia líquida-gelatinosa llamada moco, que según va evolucionando modifica su tonalidad (de transparentes a blanquecinos, de blanquecinos a amarillos y finalizaran siendo verdosos).
Los mocos son los protectores del sistema respiratorio ya que su función es atrapar a estos gérmenes que quieren entrar en el organismo. En niños con enfermedades neurológicas, alteraciones inmunitarias, alérgicos o con enfermedades respiratorias crónicas o infecciones respiratorias de repetición está indicado ser valorados por un especialista y prescribir tratamiento de fisioterapia respiratoria específico.
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