La Voz del Interior @lavozcomar: El cuarteto, con presencia femenina en alza: el tunga-tunga ya no es sólo cosa de hombres

El cuarteto, con presencia femenina en alza: el tunga-tunga ya no es sólo cosa de hombres

A comienzos de marzo, durante la presentación de la segunda edición del Festival Nacional de Cuarteto, Carlos “la Mona” Jiménez hizo alusión a una realidad fácilmente contrastable. Hay cambios generacionales en el tunga-tunga que ya se perciben a simple vista y el “Mandamás” lo hizo carne con sus propias declaraciones.

Al hablar de sus 57 años en el rubro, el mayor ídolo popular de la provincia dejó claro que el presente del género tiene no sólo nuevas caras y nuevas voces, sino también nuevos aires.

“Estamos en un gran momento porque hay una nueva camada de pibes que se sumaron al cuarteto y hay muchas chicas cantando también. Me da felicidad”, destacó la Mona en el evento realizado en su propio museo-bar, donde dijeron presente figuras centrales del circuito como Magui Olave o Euge Quevedo. Ellas, junto a Lore Jiménez y Vanessa Velázquez, de Banda Mix, están programadas en el encuentro cuartetero que se desarrollará en el Polo Deportivo del Kempes el próximo sábado.

Magui Olave, Lore Jiménez y Vanessa Velázquez en la presentación del Festival Nacional de Cuarteto 2024. (Prensa Universo Jiménez).

La Mona fue más allá del presente y se retrotrajo a la década de 1970 para dar cuenta del valor histórico de esta realidad que hoy ya no sorprende como lo hacía algún tiempo atrás. “Hace 40 años aparecieron Las Chichí, y de ahí el cuarteto por mujeres se quedó”, expresó Jiménez en relación con el trío liderado por la porteña Adriana Toselli, que protagonizó un furor publicitario hace casi 50 años.

En 1975, a poco más de tres décadas del nacimiento del cuarteto de la mano (y las manos) de Leonor Marzano, el productor Ranulfo Taborda ideó un proyecto novedoso en términos publicitarios, pero que no pudo instalar la presencia femenina en los escenarios cuarteteros como algo habitual.

“Ahora está Lore (Jiménez, su hija), Magui y todas las chicas que se suman a cantar en el festival, además del trío que tengo en mi banda. Me pone feliz porque esta nueva camada hace que la movida de este género se renueve y se ponga muy interesante”, destacó el ídolo, mostrando que los tiempos también cambiaron para el tunga-tunga.

Mujeres de festival

“Son mujeres que son y han sido parte fundamental del inicio de nuestros eventos, estuvieron presentes en la primera edición del Festival Nacional de Cuarteto, en el Festival Bum Bum, como así también en la grilla de La Mona MuseoBar”, explican Milagros Arnoletti y Noelia Gastañaga, de Universo Jiménez, sobre las artistas que estarán presentes el próximo 4 de mayo en el Festival Nacional de Cuarteto.

En ese sentido, el suceso nacional de Euge Quevedo junto a LBC o la carrera que viene desarrollando Magui Olave (que además de ser “la voz femenina del cuarteto”, también es compositora y autora) son dos referencias ineludibles a la hora de hablar de un cupo femenino que de a poco se eleva, y no exclusivamente en términos de grillas festivaleras.

Euge Quevedo y Magui Olave estrenaron una colaboración en vivo. (Instagram @soyeugequevedook).

“No sólo es un homenaje a la historia del género, que tuvo en Leonor Marzano una de sus pioneras, sino que también refleja la evolución y la diversidad que caracteriza a la música cuartetera”, suman luego desde el departamento de marketing y comunicación de la productora. En ese sentido, observan con entusiasmo un cambio cultural en pleno desarrollo, que tiene especial énfasis dentro del estilo cordobés, pero que puede ampliarse a otros géneros y a la industria musical toda.

“Hoy, la historia del cuarteto está siendo muy reconocida y el rol de la mujer en la escena pública ha cambiado y viene atravesando a infinidad de géneros musicales”, afirman sobre un fenómeno transversal que también tiene ejemplos en el folklore, el pop o el rock. Y subrayan: “Es evidente que las mujeres están dejando una huella significativa en la escena musical y marcando tendencias, tanto a nivel local como internacional”.

“A pesar de que anteriormente el entorno del cuarteto era más cerrado y desafiante para las mujeres, hoy en día observamos una evolución positiva hacia una mayor participación femenina, ya sea en roles como vocalistas o instrumentistas”, afirman respecto de una serie de cambios que asocian a factores como “los nuevos formatos, la tecnología, la apertura a nuevos mercados y, especialmente, la diversidad musical en constante evolución”.

“En cuanto a la recepción del público, especialmente del público cuartetero, ante estos nuevos aires que han surgido tras la pandemia, la respuesta ha sido sumamente favorable. Algunos, obviamente, con la habitual reacción negativa al cambio; y otros con los brazos abiertos y una gran disposición a la diversidad de formatos y propuestas”, resaltan.

“Para nosotros, contar con la presencia de artistas femeninas en nuestros eventos es enriquecer la escena y nuestras propuestas, diversificar las grillas y conectar con una audiencia cada vez más variada, en términos generacionales, de gustos y de intereses”, dicen de cara al festival que anticipa “12 horas ininterrumpidas” de tunga-tunga.

Nueva camada

Al margen de lo que sucederá en el Kempes el próximo domingo, el análisis en términos de cupo femenino, el éxito de Quevedo, Olave o Vanessa Velázquez (de Banda Mix), más la huella siempre presente de exponentes previas como “la Gata” Noelia, son parte de una línea del tiempo que, en los últimos años, se ha ensanchado y ha visto el surgimiento de nuevos nombres.

Ahí están Valentina Márquez (quien abrió los shows en River de María Becerra y es hija de uno de los fundadores de Sabroso, Lisandro Márquez), La China Romero, Lourdes Montiel (parte de Vacomoloko), Mara Tamagnini o Luz Paisio, quien arrancó como cantante del dúo D’Gira en 2022 y con sólo 18 años ya prepara una nueva etapa de su carrera, tras su fogueo de la mano de la productora de Ulises Bueno.

Luz Paisio en Cosquín Cuarteto 2023 y con sólo 17 años. (La Voz).

Nacida en Las Higueras y en una familia de músicos, Paisio participó de un casting virtual y fue convocada para instalarse en Córdoba y sumarse de lleno al circuito de bailes y shows en distintas partes de Córdoba y de provincias aledañas. Poco después, comenzó a actuar en la antesala de los shows de “el Caño” y tuvo destacadas participaciones en festivales como Cosquín Cuarteto o el de Doma y Folklore de Jesús María.

No obstante, la jovencísima pero ya experimentada cantante asegura que no todo fue color de rosas, con prejuicios y mensajes hirientes a la orden del día. “No creo ser la única que recibió comentarios de que la mujer en el cuarteto no va o que no les gustaba. Comentarios malos siempre se reciben, pero cuando empecé a hacer las previas para Ulises, en cada baile me fueron aceptando con más cariño. Es difícil, como todo, la aceptación de la gente hacia algo nuevo”, señala.

“Con el tiempo, la gente asimila que en la actualidad hay cambios, que no solamente el hombre o la mujer hacen ciertas cosas, sino que todos hacen todo. Creo que es un proceso, es cuestión de tiempo”, apunta la cantante. Y si bien asegura que el del cuarteto es un ambiente machista por la histórica predominancia de varones en todos los roles vinculados a la industria, destaca el acompañamiento y el aliento de muchos colegas hombres.

Luz Paisio es de Las Higueras. A los 16 años se mudó a Córdoba para cantar cuarteto. (Prensa Luz Paisio).

En paralelo, pone en valor la posibilidad de compartir con referentes como Euge Quevedo o Magui Olave, y nuevas figuras como Valentina Márquez. “Soy muy agradecida a las mujeres que llevan en alto la bandera de que podemos hacer muchas cosas en este ámbito y también siento admiración. Ellas están hace muchos años en esto, peleándola no solo en el cuarteto, sino en la música”.

“He tenido la posibilidad de conocer a varias mujeres del cuarteto, verlas en vivo, y me dejan sin palabras por lo que hacen y por todo lo que implica estar en donde está cada una. Con Magui, Euge y Valentina, siempre he tenido muy buena onda, me han dicho cosas muy lindas”, asegura, al tiempo que subraya la importancia de aprender de esos casos sin dejar de lado el objetivo de darle forma a un estilo propio.

Formato diferencial

Otro caso interesante es el del trío Malparidas, que debutó en febrero y retomó el mismo formato de Las Chichí con tres voces femeninas al frente.

“La idea surgió porque sentíamos que era el momento de que existiera un grupo, ya que solamente había solistas o mujeres que compartían bandas con hombres”, dice Maia Álvarez, una de las integrantes, que habla del formato elegido como “un diferencial con respecto a lo que estaba acostumbrado a ver el público”.

Con 17 años, es otra adolescente que empieza a dar sus primeros pasos en el mundo del cuarteto mientras termina el secundario. “Los colegas se han portado y se portan muy bien, hemos recibido una mano increíble por parte de todos. Nos sentimos como en nuestra casa cuando subimos a los escenarios y, por suerte, tuvimos la posibilidad de estar en varios”, acota sobre la experiencia del grupo que ya se presentó en templos cuarteteros como Margarita o la Sala del Rey.

“Yo creo que los tiempos hoy son otros, y que también hay muchas mujeres en el ambiente del cuarteto, entonces eso hace que nos animemos a salir a mostrarnos”, argumenta por su parte Lucila Portillo. “Pensamos que todo iba ser más lento, pero cada vez que tenemos un evento el público nos recibe bien, con alegría, atención, y cantando cada una de nuestras canciones”, acota sobre la recepción de los bailarines en un momento en el que ya no es extraño ver a una mujer al frente de un micrófono y de una banda.

“Es muy valioso para nosotras tener referentes femeninas, ya que inspira y motiva muchísimo a quienes estamos comenzando”, dice a su turno Cele Oradá, la tercera “malparida”, que destaca el camino abierto por otras artistas que tuvieron que hacerse lugar en un contexto y en una sociedad muy diferentes.

“En un principio, pensamos que podría ser un poco complicado ingresar al mundo del cuarteto frente a los diferentes pensamientos o estereotipos que existen, pero resultó ser más positivo de lo que creíamos. Y fue gracias a ellas, a aquellas mujeres que rompieron esas barreras permitiendo a muchas otras hacer lo que les gusta o les apasiona”, reflexiona la cantante.

“La fuerza la seguimos haciendo entre todas, somos nosotras las que debemos seguir empujando a que otras mujeres se animen a este género”, comenta antes de plantar una bandera con sabor a estribillo de madrugada: “Cada vez somos más, y eso es lo más lindo”.

Cele Orodá, Maia Álvarez y Lucila Portillo, las Malparidas. (Prensa Malparidas).

Para ir

El Festival Nacional de Cuarteto se llevará a cabo el sábado 4 de mayo, a partir de las 16, en el predio del estadio Mario Alberto Kempes. Tocan La Mona Jiménez, El Loco Amato, Damián Córdoba, La Banda de Carlitos y Euge Quevedo, Monada, Sabroso, Magui Olave, Cachumba, The Monkey, Banda Mix, Simón Aguirre, DesaKTa2 y Lore Jiménez. Entradas generales a $ 20 mil (más cargo por servicio), en Edén entradas.

https://www.lavoz.com.ar/espectaculos/musica/el-cuarteto-con-presencia-femenina-en-alza-el-tunga-tunga-ya-no-es-solo-cosa-de-hombres/


Compartilo en Twitter

Compartilo en WhatsApp

Leer en https://www.lavoz.com.ar/espectaculos/musica/el-cuarteto-con-presencia-femenina-en-alza-el-tunga-tunga-ya-no-es-solo-cosa-de-hombres/

Deja una respuesta