Una cordobesa ganó el concurso de cuentos de la Fundación Gabo para niños de Iberoamérica y viajó a Colombia
“Era la noche de carnaval. Buenos Aires olía a jazmines y rosas. Se escuchaba una música a lo lejos y los gatos maullaban desesperados. Esa noche, Jorge Luis recorría la ciudad para inspirarse en el próximo libro. Buscaba aventura y magia, fantasías mezcladas con la realidad”, así comienza El sueño de Borges, un cuento escrito por la cordobesa Lourdes Conteggiano Cervantes, de 11 años.
Con esta obra de gran imaginación, Lourdes ganó, junto a otros 19 niños, el concurso “Macondo sí tiene quien le escriba” organizado por la Fundación Gabo, la institución creada por el periodista y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, y el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
Del concurso, con la consigna “nuestros héroes y heroínas”, participaron 2.005 chicos de 10 a 13 años de países como México, El Salvador, Chile, Colombia, Venezuela, Ecuador, España, República Dominicana y Argentina.
Lourdes es la única ganadora cordobesa, y hay tres argentinos más entre los 20 ganadores.
La docente Judith Marchicio, quien enseñó a Lourdes en quinto, relata que la idea de presentarse al concurso surgió de una mamá quien les acercó la propuesta y terminaron prendiéndose 120 chicos del colegio La Salle, entre ellos la ganadora del concurso.
“Me puse tan contenta por su logro. Me siento orgullosa de motivarlos. Ellos tienen mucha escritura y lectura. Disfrutan de eso. Para ellos es una pasión”, expresa la maestra.
Pero ese desafío estaba muy próximo a su presentación, fue a fines de 2023, y en 15 días hicieron una maratón para trabajar con los cuentos.
Cada estudiante eligió e investigó sobre un héroe y heroína de Argentina para que sean parte de sus textos. “Escribían y corregíamos”, cuenta Marchicio.
Lourdes eligió a Jorge Luis Borges, escritor, poeta y ensayista, considerado como una de las máximas figuras de la literatura mundial. Se inspiró en él y usó su imaginación para narrar.
“Lo redacté en un día”
Sentada en su banco de sexto E, en el La Salle, ella sostiene las hojas de cuaderno donde escribió el cuento que tiene como personaje a Borges.
Sonríe tímidamente y relata que está muy contenta por el premio. A su lado está su mamá, Lorena Cervantes. “Mi mamá siempre me lee libros de Borges, y de ahí surgió el personaje”, cuenta Lourdes. Y dice que eligió al escritor argentino porque le gusta su estilo de narración.
En el cuento de su autoría aparecen objetos que se relacionan con la ceguera de su héroe: un bastón, un llavero, varias monedas y vendas para los ojos.
“Lo redacté en un día”, expresa. Y resalta la tarea de su maestra de quinto, quien la ayudó con las correcciones.
Mientras la escucha, su mamá siente orgullo y emoción por su hija. Y relata que al momento de la entrega del cuento, Lourdes le dijo con seguridad: “Voy a ganar. Mi cuento es lindo”.
A la vez, rememora que su hija escribe desde los seis años y además es una gran ilustradora. Y en parte, también siente que la incentivó con la lectura. La literatura ocupa buena parte de sus vidas y las une.
“Me gustaría ser escritora”, agrega Lourdes.
Los sueños se cumplen
Lourdes viajó a Colombia ya para recibir el premio que le otorgará la Fundación, y podrá conocer los lugares más significativos en la vida y la obra del escritor colombiano a través de visitas a las ciudades de Cartagena de Indias, Barranquilla, Aracataca y Santa Marta.
La premiación será en Cartagena, y además podrá participar de talleres literarios durante la semana que permanecerá en ese país.
Su cuento, y de los otros 19 ganadores, formarán parte de un libro antológico que será difundido a través de los canales digitales de la Fundación Gabo y del CAF.
“Quiero conocer a chicos de otros países y aprender sobre la obra de Gabriel García Márquez”, dice Lourdes.
En el final del cuento, ella escribió: “Como Borges, hay que creer en los sueños y trabajar para cumplirlos”. Lourdes creyó en su sueño y ahora lo está cumpliendo.
“Que sean libres”
Marchicio destaca que, si bien el concurso incentivó a sus estudiantes a escribir aún más, ya venían realizando producciones de textos, y el hecho de participar con otros países es una gran experiencia para los chicos.
“Cuando Lourdes me mostró su cuento no le encontré fallas. Por su edad, eso es muy difícil. Es un mérito. Ella tiene un amplio vocabulario y mucha imaginación”, recalca.
Y destaca que hasta algunos, como Lourdes, sueñan con ser escritores. “El proyecto fue una semilla que se plantó en cada uno de ellos”, asegura.
A la docente le gustaría que todos los niños tengan la posibilidad de escribir, crear, imaginar, y sumergirse en los sueños. Cree que los libros tienen un gran poder y la lectura abre puertas a mundos imaginarios.
“Hay que motivarlos y darles seguridad para que ellos escriban. Que sean libres”, proclama.
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