Los alumnos argentinos encabezan el ránking mundial de distracción con celulares en el aula
Los alumnos argentinos lideran dos de los rankings de las pruebas Pisa (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde): son los primeros entre casi 80 países en distraerse utilizando recursos digitales como smartphones, páginas web o aplicaciones en el celular y también son los más ruidosos y desordenados del mundo en el aula.
Los datos surgen de los informes complementarios de Pisa, que se realizaron en 2022 y que se conocieron en diciembre del año pasado.
Las pruebas internacionales evalúan cada tres años las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años en lectura, matemática y ciencias y consulta a los adolescentes sobre distintos temas como, por ejemplo, su percepción de la disciplina y el clima escolar.
¿Qué dicen los datos?
Más de la mitad de los estudiantes argentinos aseguró que se distrae con sus propios celulares en clase, mientras que un porcentaje levemente inferior no presta atención porque sus compañeros los usan.
En relación con la distracción que les provoca el uso personal de dispositivos, el 26% de los adolescentes dijo que le ocurre en todas las clases y el 28%, en la mayoría. Es decir que el 54% está disperso a consecuencia del uso de celulares, tablets o aplicaciones.
También los argentinos ocupan la primera posición mundial por la cantidad de alumnos que se distraen siempre o casi siempre a causa de otros estudiantes que usan aparatos digitales (45%). En el segundo puesto se ubican los uruguayos con cifras levemente inferiores: el 23% se distrae en todas las clases y el 29%, en la mayoría. El total de los distraídos por la tecnología en el país vecino es el 52%.
El tercer puesto del ranking es para los alumnos de Chile y le siguen en el top ten Bulgaria, Nueva Zelanda, Brasil, Canadá, Letonia, Finlandia y Filipinas.
Los que menos se distraen por esta causa son los coreanos y japoneses.
Esta información recogida por Pisa ha generado medidas en algunos países con la intención de mejorar el clima escolar, fundamental para el aprendizaje. El gobierno de Nueva Zelanda, por ejemplo, que se ubicó quinto en el ranking de distracción, prohibió los teléfonos en las escuelas. Como vemos, este es un debate que se viene en el mundo. En España, desde este año, está prohibido el uso de teléfonos móviles en la primaria y su uso está restringido en la secundaria.
Por el contrario, en Argentina el uso de celulares y la distracción que provocan parece no influir sobre las opiniones de los docentes. “Pisa consulta sobre si las escuelas deberían prohibir el uso de celulares en las escuelas y los profesores argentinos se ubican muy por encima de la media mundial entre los que rechazan esta idea”, explicó Ángel Robledo, profesor e investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de Córdoba (UCC).
En la misma línea, el Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba se muestra en contra de prohibir los celulares en las escuelas. “Creo que no es tecnología sí o tecnología no, sino que es tecnología con uso pedagógico, con mayor o menor intensidad según la edad de los chicos”, dijo el titular de la cartera educativa, Horacio Ferreyra, a La Voz.
“Lo que uno prohíbe termina aconteciendo después en el escenario de lo educativo”, opinó.
Regulaciones
De cualquier modo, el uso de los móviles está regulado en muchas escuelas. Ferreyra aseguró que en sus acuerdos escolares de convivencia, algunas escuelas establecen que los chicos puedan asistir con su celular, pero determinan que en la hora de clase debe estar apagado o en modo avión.
“Es un debate que se tendría que dar. No sería extremista: el sí o el no, sino qué plantearía cómo utilizarlo como herramienta pedagógica. Reglamentar el uso del celular tanto para los docentes como para los estudiantes, para todo el mundo, porque hoy es una herramienta de trabajo”, remarcó.
La información sobre el impacto de los dispositivos en el clima escolar es crucial. Es la primera vez que Pisa realiza la consulta sobre la distracción a causa del uso de celulares.
“Era esperable que nuevamente obtuviéramos los peores resultados de clima escolar, sucede en cada edición desde que participamos de la prueba. Y es lógico pensar que si ya eran nuestros estudiantes quienes mayores dificultades tenían para concentrarse, la irrupción generalizada de los celulares en las aulas iba a tener en nosotros el mayor impacto”, subrayó Robledo.
En este sentido, planteó que sería como si le diéramos celulares mientras realizan tareas a dos grupos de estudiantes, uno sin dificultades de concentración y otro con atención dispersa. “El efecto de distracción obviamente será mayor entre quienes ya tenían dificultades previas”, remarcó.
Ruido y desorden
Los argentinos siguen encabezando la tabla mundial por ser los más ruidosos y desordenados. Cuando se les consulta si hay ruido y desorden en el aula, el 23% dice que en todas las clases y el 26%, que en la mayoría. Es decir, que el 50% opina que se desarrollan de manera bulliciosa.
En segundo lugar, una vez más, aparece Uruguay. El 18% dice que hay ruido en todas las clases y el 28%, en la mayoría; es decir, que el 46% opina en el mismo sentido.
El resto de los países que se ubican entre los 10 más ruidosos y desordenados son: Marruecos, Nueva Zelanda, Jordania, Malta, Palestina, Australia, Chile y Bulgaria.
Los menos ruidosos y desordenados son Corea y Japón, con apenas el 5%.
“Este indicador negativo se destaca porque Argentina siempre está en el podio en cada edición de Pisa y es congruente con otros que aborda la prueba internacional”, detalló Robledo. Ya en el año 2013, los estudiantes argentinos mantenían ese liderazgo en el ránking de ruidosos.
“Argentina comparte el cuarto lugar entre los países donde mayor proporción de jóvenes (43%) que dice que en la mayoría o en todas las clases no escuchan lo que dice el docente. Comparte el segundo lugar entre los países donde los estudiantes aseguran que el profesor tiene que esperar mucho tiempo para que los estudiantes se calmen (40%) y destaca entre los tres donde no se comienza a trabajar hasta mucho después de comenzada la clase”, puntualizó el profesor universitario.
En el ítem de la espera a la que se ve obligado el docente para que los alumnos se calmen, Argentina figura detrás de Marruecos, Jordania y Palestina. Le siguen a nuestro país, Francia, Bulgaria, Brasil, Jamaica, Malta y Azerbaiján.
Ante la consulta de si los estudiantes comienzan a trabajar mucho después de comenzada la clase, los argentinos figuran en el tercer puesto, después de Marruecos y Francia. Le siguen entre los 10 primeros Jordania, Palestina, Países Bajos, Bulgaria, Uruguay y Brasil. En los últimos puestos están, por supuesto, Corea y Japón.
Robledo aclaró que si bien las preguntas de Pisa hicieron referencia a la clase de Matemática (uno de los focos de la prueba), no hay elementos para pensar que sucede sólo en estas. “Sobre este problema hace tiempo que tenemos alertas. Entre los casi 80 países que participan de la prueba, Argentina se mantiene siempre entre los peores indicadores de clima escolar en cada edición de la que participa. En la precedente de 2018, la provincia de Córdoba se ubicó en el primer lugar nivel mundial por la cantidad de estudiantes que dicen que hay ruido y desorden en clase”, agregó.
Del informe de las evaluaciones internacionales se desprende una curiosidad: el ruido, el desorden y las distracciones en clase no parecen ser a causa de una escasa valoración por lo que se enseña. En este asunto, los jóvenes argentinos están cercanos al promedio en este indicador.
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