Fundamentos de la socialdemocracia
La combinación de democracia y capitalismo constituye un compromiso: quienes no poseen medios de producción consienten la existencia de la institución de la propiedad privada de los bienes de capital; en tanto que quienes poseen estos bienes consienten la existencia de instituciones políticas que permitan a otros grupos efectivizar sus demandas respecto de la asignación de recursos y la distribución del producto.
Desde esta perspectiva, el Estado debe conciliar la propiedad privada de los medios de producción con un manejo democrático de la economía. El control democrático sobre el nivel de desempleo y la distribución del ingreso se convierten en los términos de compromiso. Esto hace posible el compromiso democrático.
Por qué un Estado activo
El sistema elaborado a partir de la concepción de un Estado activo proporcionó a los dirigentes políticos de las clases populares una razón para estar en el gobierno. Reveló que había algo para hacer; que la economía no funciona según leyes naturales; que las crisis económicas podían ser atenuadas, disminuido el desempleo de recursos y el sufrimiento, si se ponen en práctica políticas anticíclicas de control de la demanda para incrementar la producción y el empleo.
Para el pensamiento ortodoxo, cualquier demanda de los trabajadores o de los desocupados a favor de un mayor consumo aparece como un interés particular contrario al desarrollo nacional futuro. Incrementar los salarios y los servicios sociales equivale a elevar costos de producción y a distraer recursos de inversión necesarios para posibilitar el crecimiento, la acumulación de capital y una mayor productividad.
Los límites de la economía de demanda
La economía de demanda es una economía de corto plazo. Plantea una situación en la que los cambios acumulativos del stock de capital pueden ser ignorados porque no hacen a los determinantes del uso de los recursos desocupados existentes.
El problema está en que este esquema no tiene nada para decirnos acerca de los determinantes del nivel potencial de producción, acerca de la acumulación de capital o acerca de la productividad. La oferta de ahorro disponible para inversión es lo que queda de la producción total después de restarle los salarios, las transferencias y los gastos de gobierno.
De allí que las medidas proyectadas para estimular la demanda tienen el efecto de reducir los ahorros potenciales, o sea, los ahorros que se hallarían disponibles cuando la economía esté operando con todo su potencial, aspecto que no preocupa cuando hay desocupación de los recursos productivos (caso keynesiano). Pero al llegar al punto de restricción de capital (propio o externo), la estimulación de la demanda puede no ser la solución.
Esto sucede cuando encontramos síntomas de inversión insuficientes, estancamiento de salarios reales, declinación de la productividad, obsolescencias de plantas y de equipos. En estos casos, el control de la demanda no proporciona la solución adecuada.
La burguesía señala que el incremento de la oferta (producción) requiere inversión. La inversión es financiada por los ahorros; los ahorros son financiados por las ganancias. En consecuencia, las ganancias son la condición del crecimiento. Afirmación que aparece como una verdad irrefutable, pero que encierra una equivocación fundamental. La trampa de lo que sostienen los economistas conservadores no es la afirmación de que la oferta de ahorros es insuficiente para financiar el nivel deseable de inversión, sino el argumento de que la oferta de ahorros resulta insuficiente porque las ganancias son escasas.
Qué significa el compromiso democrático
A los trabajadores debe garantizárseles que sus restricciones salariales conduzcan a una inversión productiva y beneficiosa y no hacia incrementos aún mayores en el ingreso personal del sector privilegiado de la sociedad. Alguna garantía de este tipo resulta condición necesaria para el compromiso democrático.
Sabemos que para la economía capitalista la ganancia es una condición necesaria para el crecimiento económico, pero no ha resultado por la propia experiencia una condición suficiente para mejorar el bienestar de cualquier grupo particular.
El compromiso institucional democrático significa que los trabajadores consienten y apoyan la propiedad privada de los medios de producción, y los propietarios de esos instrumentos consienten y apoyan la existencia de instituciones políticas a través de las cuales otros grupos pueden procesar sus demandas. Este equilibrio es lo que permite que los trabajadores apoyen una política macroeconómica destinada al aumento de la productividad y el desarrollo de innovaciones.
En el análisis, uno interpreta que lo que están produciendo es una integración de tres fuerzas concurrentes: el acuerdo político, el funcionamiento eficiente de la economía y la justicia distributiva. Subyace en sus razonamientos la existencia de un discurso hegemónico (aceptado por el conjunto) como garantía de un funcionamiento democrático. respaldado en instituciones creíbles y eficaces. De otra forma: los fundamentos de la democracia capitalista carecerían del sustento institucional que la hacen posible.
De ese razonamiento sobre las divergencias ideológicas se colige que la complejidad del funcionamiento capitalista exige que la dirigencia que represente a las mayorías requiera de una probidad intelectual, ética y empírica muy superior a la que demanda el ideario de mercado, atento a que, para su ortodoxia, el bienestar de los pobres es un asunto correspondiente a la caridad privada, no a la economía política.
* Doctor en Ciencia Política (UNC-CEA)
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