La Voz del Interior @lavozcomar: Transporte urbano de Córdoba: a un mes de la salida de Ersa, el servicio empeoró pero prometen mejoras

Transporte urbano de Córdoba: a un mes de la salida de Ersa, el servicio empeoró pero prometen mejoras

Se fue Ersa, pero quedaron los padecimientos de los miles de usuarios que usan las líneas del transporte urbano de Córdoba que dejó esa empresa el pasado 29 de febrero. Según los usuarios y los choferes, el servicio que ya era malo empeoró, aunque de la Municipalidad y desde Tamse aseguran que se evidenciarán mejoras en los próximos días.

Tras un relevamiento de La Voz entre usuarios de los corredores 2, 4, 5 y 7 que dejó Ersa y que ahora está en manos de la firma estatal Tamse, se multiplican las quejas por falta de unidades, en mal estado, sucias y que exhiben poca frecuencia.

Pasajeros coinciden en que la espera mínima es de 30 minutos y que se extiende a hasta una hora y media en algunas líneas como la 72, que tiene su recorrido desde Colonia Lola hasta Chateau Carreras.

Oscar Pietri, de barrio Renacimiento, no nota ningún cambio en esa línea desde la salida de Ersa. “Nuestro tiempo de espera diario va de una hora a una hora y media, es imposible porque perdemos presentismos en los trabajos”, contó el vecino, y agregó que el otro problema es que la línea no entra al barrio.

“Están llenos, entonces no entran al barrio, y todos los vecinos tenemos que ir subiendo hasta Agustín Garzón para poder conseguir un coche”, indicó Pietri.

Virginia, usuaria frecuente de la línea 42, indicó a La Voz que durante este mes “no se notó ninguna diferencia, todo sigue igual”. Por su parte, un grupo de vecinas de barrio Alta Córdoba y alrededores manifestó que la espera diaria es de “entre 45 minutos y una hora y que los domingos es peor”.

Las frecuencias siguen igual y en algunos corredores empeoraron.  Foto: (Pedro Castillo / La Voz)

En tanto, Sebastián Cassara, de barrio Oña, manifestó que en el último mes “la situación empeoró, ahora la espera para ir desde el Centro hasta nuestro barrio es de entre 40 y 60 minutos”.

La línea 23, según comentó Verónica Borda, de barrio Villa Revol, “es un desastre, no se notó ningún cambio, los ‘bondis’ no paran y la espera es de 30 a 50 minutos”.

Por su parte, los usuarios de las líneas 21 y 25 también mostraron su descontento. “Hay días en que esperamos más de una hora y muchas veces pasan cargados y no te levantan”, manifestaron.

Aumentó el desconocimiento

En el relevamiento realizado, casi la totalidad de los usuarios relevados no conoce qué pasará con los corredores que tenía Ersa y que ahora gestiona Tamse.

“¿Qué pasó? ¿Ya vienen los nuevos? Mirá, cambiaron los carteles, ahora son amarillos”, expresó una usuaria del corredor 4 al ser consultada. Esto graficó la gran desinformación de los usuarios, que no saben qué pasará con los recorridos, con las unidades y con las empresas.

Desde la salida de Ersa, los corredores son gestionados por una unidad ejecutora. Foto: (Pedro Castillo / La Voz)

“¿Ahora de qué color van a ser? ¿Vienen ómnibus nuevos? ¿Los rojos ya no los vamos a ver más? ¿Quién se hace cargo?”, fueron algunas de las preguntas que se realizaban los usuarios.

Durante las consultas a los usuarios, se vio una gran esperanza en medio de la desazón y del descontento generalizado. “¡Ojalá que los que vengan tengan más frecuencia!”, fue la frase más común escuchada entre los pasajeros.

Los vecinos, en su mayoría, eligieron un aumento significativo en las frecuencia antes que el desembarco de nuevas unidades.

Qué dicen los choferes

Desde la Unión Tranviarios Automotor (UTA) comentaron que la ya problemática situación que tenía la flota de ómnibus de Ersa se profundizó con la salida de la empresa, porque no se disponían de los repuestos para arreglar las unidades.

“Esta semana entró una importante cantidad de repuestos, y este fin de semana se están arreglando unas 30 unidades”, señalaron desde el gremio conducido por Carla Esteban y por Pablo Farías.

La mala prestación repercutió entre los usuarios, que se la terminan agarrando con los choferes, advirtieron desde el gremio. “Se convirtió en una guerra entre trabajadores que no lleva a ningún lado. Se pide a los usuarios paciencia, el chofer no tiene la culpa, pero es el que da la cara arriba de la unidad”, señalaron.

Prometen mejoras

Eduardo Ramírez es el presidente de la empresa estatal Tamse, que tomó a su cargo las líneas que dejó Ersa. Lo primero que hizo fue admitir los problemas en la prestación: “Todos los reclamos son ciertos, y nos ponemos en la piel de ellos y tienen razón en lo que plantean”.

El directivo contó que encontraron un panorama “muy negativo” con unidades que se encontraban en mal estado. Una fuente relacionada con el sistema contó que había ómnibus modelo 2014 con piezas originales, pese al desgaste de una década prestando servicio. “Nunca vimos un ómnibus en ese estado; los bujes, por ejemplo, no existían”, señaló.

Eduardo Ramírez, presidente de Tamse. (Tamse).

En ese sentido, Ramírez aseguró que se priorizó la seguridad: revisar frenos, instalación eléctrica, “ningún colectivo podía salir sin la ITV, lo más importante es la seguridad del vecino”.

Por otra parte, Tamse está obligada a realizar subastas públicas para comprar repuestos, con trámites burocráticos que no tienen las firmas privadas, lo que demoró el ingreso de los insumos. “Este fin de semana (por el de Semana Santa), todo el personal de Tamse va a estar trabajando en mejorar las unidades”, señaló el presidente de la firma municipal.

Como ejemplo del mal estado, tras la tormenta del miércoles por la tarde, sólo quedaron 100 ómnibus funcionando, cuando el servicio mínimo aceptable es de 250.

Con los trabajos que se vienen realizando, se espera alcanzar unos 210 ómnibus en estas dos semanas, y llegar al objetivo de 250 en 40 días.

¿Nuevas unidades?

Cuando se anunció la salida de Ersa, se informó que el servicio sería tomado por una “unidad ejecutora” conformada por la Secretaría de Movilidad, Tamse y la empresa Coniferal. Eso finalmente no sucedió, y la firma municipal quedó a cargo de todo.

La otra promesa fue la compra de 300 nuevos buses en seis meses, y que Coniferal tomaría los corredores 4 y 7.

Altas fuentes de la Municipalidad de Córdoba señalaron que se está trabajando en presupuestos para que a principios de mayo se avance con la compra de coches, en un número que se está estudiando. Y que se mantiene la idea del traspaso de líneas a Coniferal, que a su vez debería también incorporar nueva flota.

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