Talleres avanzó en Copa Argentina por la jerarquía de sus individualidades
Las ventajas de tener un plantel de jerarquía, amplio y con soluciones, explican el triunfo de ayer 3-0 de Talleres en su debut en la Copa Argentina contra Agropecuario de Casares, en la cancha de Quilmes, por los 32avos de final del torneo. Un resultado que parece cómodo y holgado, pero que no refleja cabalmente lo sucedido en el partido.
Pero esa diferencia de jerarquía individual fue notable. Era lógico que en el juego el equipo de Ribonetto no se haya mostrado bien, porque el DT albiazul presentó una formación casi alternativa, con numerosos cambios y que debía demostrar que podía funcionar, ante un rival que se le plantó de igual a igual y a discutirle de “tú a tu”.
El primer tiempo comenzó a encontrar intratable a Nahuel Bustos, por entonces ya imparablae cada vez que asociaba con Bou, Depietri o Martinez y encaraba hacia Otarola. Cuatro veces quedó de frente al arquero del Sojero y en tres de ella el veterano “1″ las pudo conjurar.
Talleres iba e iba, fiel a sus modos, pero con poco juego, exceso de verticalidad y algo apurado, una mezcla que lo llevó a no definir lo que creaba y darle vida a Agropecuario. Que después equilibró el juego y dos veces pudo convertir, a través de Ramos y Gagliardi (en la segunda se lució el debutante arquero albiazul Morales.
Era el peor momento de la “T” en el juego, pero de la nada, a los 38m, y cuando nadie lo esperaba, apareció Marcos Portillo y sacó ese zapatazo desde larga distancia, tras recibir de Depietri, y darle tranquilidad al Matador. Un gol similar al que le metió a Huracán por la Copa de la Liga y que le permitió al Albiazul irse al descanso arriba en el resultado, pero con todo por verse todavía.
La jerarquía le ganó al susto
Lo que vino en el complemento parecía cambiar el rumbo del partido. Agropecuario presionó, ganó todas las pelotas en el medio, Talleres se mostraba endeble e irresoluto y rápidamente lo llevó a sufrir. Los embates de Marcioni, asociado con Gagliardi, por más previsibles que parecieran, lo pusieron al borde del empate.
Ya Rinbonetto había sacado a Navarro que estaba perdiendo en la marca y mandado a la cancha a Benavídez cambiándolo de lateral e intentando proteger más el sector derecho del ataque del equipo de Gabriel Gómez. Y Morales se había salvado de buscarla adentro de su arco cuando Mantilla casi marca un autogol.
Agropecuario encerró a Talleres en un embudo defensivo del que no podía emerger. Y el resultado fue que dos veces le anularon sendos goles por posiciones fuera de juego, que los de Gabriel Gomez, luego expulsado, protestaron, pero que las imágenes televisivas demostraron que existieron y que no admitían mayores discusiones.
Pero el partido corría por el filo del abismo para la “T” y los cambios podían corregirle el rumbo. Y uno de ellos, el ingreso de Matias Galarza por Bou, tuvo ese efecto positivo. Aunque con una evidente falta, a los 36m robó una pelota cuerpo a cuerpo en un lateral y le sirvió la asistencia a Nahuel, para que el goleador definiera a lo “NB10″ y se sacara la mufa de encima.
Otra vez, como en el primer tiempo, por la jerarquía de sus individualidades y cuando peor la estaba pasando, Talleres ganaba y con un margen más cómodo.
Y después, con el ingreso de Girotti por Nahuel, llegó la tranquilidad. “Fede” llevó al equipo hacia adelante, lo sacó de zona de riesgo y en tiempo de descuento –por algo parece “bendito”- robó una pelota al borde del área “sojera” tirándose al piso y se la regaló a Martínez para que señalara el tercero y final.
E igualmente por lo mismo: por esas individualides de jerarquía que a Talleres le sobran y que le permiten superar partidos complicados como el de ayer, en el que no brilló por su juego.
https://www.lavoz.com.ar/deportes/futbol/talleres-avanzo-en-copa-argentina-por-la-jerarquia-de-sus-individualidades/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/deportes/futbol/talleres-avanzo-en-copa-argentina-por-la-jerarquia-de-sus-individualidades/