La Voz del Interior @lavozcomar: Así es el libro Memorias de una beatnik, de Diane Di Prima: un bucle de sexo sin fin

Así es el libro Memorias de una beatnik, de Diane Di Prima: un bucle de sexo sin fin

A Diane Di Prima le pasó lo mismo que a otras mujeres que vivieron y escribieron atadas a movimientos cuyas figuras estelares fueron varones. Su obra, al igual que la producción de las autoras y artistas del surrealismo, es un planeta perdido en órbitas casi invisibles, titilando en una constelación de fuerzas y famas casi exclusivamente masculinas.

La poeta, dramaturga y narradora estadounidense empezó a escribir en la adolescencia. Era muy joven cuando se enredó en la incipiente movida beatnik, una tribu de chicos alocados que comenzaba a sacudir los ambientes culturales en la década de 1950, mezclando literatura, drogas y sexo en su versión de todos contra todos.

Más que nada de lo último va Memorias de una beatnik, libro que Di Prima publicó en 1969, procurando tener dinero para el alquiler y para poner un plato de comida sobre la mesa. Chris Kraus la define “como una novela pulp pornográfica para pagar las facturas”.

Diane Di Prima sigue siendo una escritora solapada.

No se trata, en efecto, de unas “memorias” en sentido pleno, ni mucho menos de un viaje por la historia de la beat generation contada con perspectiva femenina por una de sus protagonistas.

El libro arranca la mañana en que la narradora se despierta en la cama con un desconocido, en el West Village. Lo que sigue es un largo diario erótico, un bucle de sexo sin fin, que va pescando con la red de la escritura algo del ambiente bohemio de Nueva York, centro vibrante de una contracultura que imaginaba nuevas formas para el arte entre fluidos y nubes espesas de hierba fuerte.

Hacia el final, aparecen en escena Allen Ginsberg y Jack Kerouac, héroes beat a los que se ve rodar encima de colchones sucios, dar discursos sobre la poesía espontánea y aullar de placer, en una orgía que debe haber sido inolvidable.

Memorias de una beatnik tiene tanto de eso que, a fuerza de repetición, se vuelve una especie de mantra hipnótico. Hay descripciones de penes preciosos y no tanto, de pelambres como vestiditos y capuchas como de monje. A veces, Diane Di Prima quedaba más seducida que satisfecha. Cuenta encuentros largos y lentos, encabalgamientos feroces, placer y un sueño parecido al hastío. Una ensalada de espaldas y cogotes.

En segundo plano quedan los esbozos de retratos, como vistos a través de un vidrio esmerilado, de las vidas que se podrían atisbar detrás de tantos cuerpos desnudos.

Libro obsceno como pocos, audaz a un nivel salvaje, Memorias de una beatnik culmina en el momento en que la narradora siente que viene en camino su primer bebé.

Diane Di Prima tuvo cinco hijos de distintas parejas. Se convirtió al budismo. Durante sus últimos años trabajó sobre la alquimia, los arquetipos femeninos, las tradiciones aborígenes de Norteamérica y la filosofía oriental. Murió en 2020, a los 86.

Diane Di Prima, autora de

Su obra más conocida posiblemente sea Loba (1978), una especie de novela en verso, considerada “el Aullido femenino”, en referencia al poema de Allen Ginsberg que alcanzó, como se sabe, mucha mayor fama.

Memorias de una beatnik,  el libro de Diane Di Prima.

Memorias de una beatnik. Diane Di Prima. Las afueras. 226 páginas. $ 10.900.

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