El mes de Milei: de la refundación liberal en la Argentina a la amenaza de un caos político
A casi un mes de haber llegado a la Casa Rosada el presidente Javier Milei no sólo revolucionó la forma tradicional de hacer política sino que también puso en vilo todo el esquema jurídico-institucional de la Argentina bajo el firme objetivo de hacer un cambio revolucionario del Estado y reinstalar en el país las bases liberales de hace 100 años.
El nuevo esquema de poder que busca refundar Milei en la Argentina apunta a dar con un cambio de raíz en el sistema institucional y económico del país. Esto es: dejar atrás el Estado benefactor para que en adelante las reglas de la economía y la vida cotidiana pasen a estar regidas bajo «la mano invisible» del mercado que pregonaba el liberal Adam Smith y que tanto venera Milei.
«Aquellos que no entendieron que el Presidente vino a poner al país patas para arriba no comprenderán de qué se trata toda esta revolución que busca Milei», dijo a El Cronista un ministro de peso del Gobierno al hacer una evaluación del primer mes de rodaje del nuevo presidente.
Los cambios de hacer política no son sólo de maquillaje. Es decir, no se limitarán a la motosierra en el nombramiento de cargos o gastos del Estado, las reuniones diarias de Gabinete, la austeridad para gobernar, las conferencias de prensa diarias o el nuevo esquema de relacionamiento directo que busca Milei con la gente para mantener el pie su caudal electoral, base de sustento de poder.
El nuevo esquema de poder se sustentó hasta ahora en los siguientes pilares que el Presidente buscará profundizar:
Ley ómnibus, DNU y Plan licuadora
La estrategia del ministro de Economía, Luis Caputo, con su plan Licuadora para imponer una devaluación inédita del 120% que colocó al tipo de cambio en su nivel más alto desde el 2001, combinada con 140% de devaluación para la industria (por suba del Impuesto País), suba de naftas, anuncio de eliminación de subsidios a las tarifas de transporte, luz y gas y la suspensión de la obra pública en todo el país son apenas la punta del iceberg del plan Milei.
A esto hay que agregar los 1030 artículos de reformas que incluyen el mega DNU y el paquete de ley ómnibus con reformas profundas y desregulación de la economía. Milei dijo que el sólo anuncio de estas reformas generó un contexto de mejora en los indicadores macro de la economía y un interés de los inversores. Aunque nada de esto generó hasta ahora un cambio en la baja de la inflación o una mejora en el empleo.
Por el contrario, todo este paquete de medidas amenaza con provocar un caos institucional de magnitud en la Argentina. Las medidas anunciadas corren el severo peligro de quedar empantanados en los Tribunales con la larga lista de amparos presentados y en el Congreso se podrían frenar bajo el duro cuestionamiento de la oposición. Milei ya dijo que nada de esto irrumpirá su plan del «todo o nada» y avanzará igual con las medidas lanzadas.
Con toda esta catarata de cambios planteados el índice de imagen positiva del Presidente se mantiene desde que llegó al poder. La reciente encuesta del Monitor del Humor Social y Político de D’Alessio Irol/Berensztein reveló que el aval a la gestión de Milei saltó 31 puntos hasta alcanzar al 50% de los encuestados, gracias a la imagen positiva del propio jefe de Estado (51% contra solo 44% de negativa).
Puja por los piquetes
Apenas una semana después de llegar al gobierno la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, puso en marcha un polémico protocolo antipiquete que busca dar pelea en el control de la calle con los movimientos sociales. La afrenta de Milei fue tajante: beneficiario de planes que corten calles se les quita los planes, amenazó.
Por el momento, los piquetes quedaron reducidos y el gobierno buscó a la vez romper con los intermediarios de planes sociales.
Al parecer el plan antipiquetes de Bullrich cosecha buena aceptación. Las encuestas recientes revelan que estas medidas son consideradas adecuadas por el 83% de los votantes oficialistas en el ballottage (52% a nivel general) y hasta insuficiente por otro 14% de ellos. El programa de lucha por el control de la calle se extiende en el DNU con propuestas de Seguridad como aumentar los niveles de sanciones a quienes corten rutas y hacer un seguimiento fuerte de los piqueteros.
Cambios diplomáticos y de defensa
La mirada del mundo cambió sustancialmente desde el nuevo prisma de la Casa Rosada. Desde el inicio de su gestión Milei impuso un alineamiento automático con Israel, Estados Unidos y en menor medida la Unión Europea. Este esquema deja a un lado los acercamientos empalagosos que tuvo el kirchnerismo con regímenes como el de Rusia, Venezuela, Cuba, Nicaragua y China. Aunque en este último caso el Gobierno buscará el pragmatismo de ingreso de dólares a cambio de relaciones maduras.
La nueva política exterior encarada por la canciller Diana Mondino dejó atrás la idea de ingresar a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudafrica) que ponderó Alberto Fernández. Es que para el gobierno, este club tiene redes con Irán y otras potencias enemigas de Washington. Más bien, la canciller Mondino ya dio muestras de otros alineamiento en bloque con Mercosur-Unión Europea e incluso con el Brasil de Lula Da Silva que es ajeno al liberalismo mileinista.
El esquema de la política exterior con vértice mayor en Washington se completa con la idea del ministro de Defensa, Luis Petri de avanzar en un acuerdo con Estados Unidos por la compra de los aviones supersónicos F16 en detrimento de China y la India además de la cooperación en materia de adiestramiento militar con uniformados estadounidenses.
No fue casual que en la reestructuración de la cúpula militar que impuso Petri descabezó a más de 20 uniformados del Ejército que supieron responder al mandato del kirchnerismo y dejó al frente del Estado Mayor Conjunto al brigadier general Xavier Isaac, hombre de aceitados contactos en Washington y enfrentado con su predecesor Juan Paleo.
Crisis social
Para sorpresa de muchos de sus votantes en el mes que lleva Milei en la Casa Rosada no eliminó de un plumazo planes sociales como prometía en campaña. Por el contrario la ministra de Capital Humano Sandra Petovello encaró una limpieza quirúrgica con auditorías de por medio e incluso incremento los montos de la ayuda social.
La ecuación del Presidente en este aspecto es pragmática: el ajuste no debe golpear a los sectores vulnerables porque ello implicará un automático estallido social.
Milei supo desde el inicio de su mandato que la base de sustento político está en el 56% de la gente que lo votó. Pero también sabe que ese caudal de apoyo popular se le está licuando con el correr de los días y el nivel de ajuste de gastos que llega al bolsillo de los argentinos.
Así, Milei instruyó al ministro del Interior, Guillermo Francos a entablar un fuerte vínculo con los gobernadores del PJ y aliados que incluirá concesiones en el giro de fondos y podría traducirse en respaldo legislativo a Milei.
En el balance final del primer mes de mandato del Presidente quedó en claro que Milei está dispuesto a dar con una reforma profunda de la política y el Estado argentino. En esa reforma incluye a sus socios mayores del PRO como Mauricio Macri y Bullrich pero dejó afuera a los radicales.
Pero también está claro que en el camino dejó afuera o para «una segunda generación de reformas», como suele decir, las promesas de campaña como la dolarización, la eliminación del Banco Central o el fin de «la casta». Milei ya comprobó en este mes de gestión que necesita sumar algo de la casta para poder sustentar su esquema de poder en el largo plazo.
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