El cambio económico también debe ser político
El megadecreto de necesidad y urgencia del presidente Javier Milei contaría con el respaldo del 71% de la población. A ese resultado arribó DC Consultores, una de las encuestadoras que acertó el resultado del balotaje y que fue la primera empresa especialista en sondeos de opinión pública en investigar el tema.
Al consultar qué impacto tendrá el DNU, el 38% respondió que mejorará la situación económica a mediano plazo, mientras que el 28% sostuvo que lo logrará, pero a largo plazo; en cambio, un 27% manifestó que no mejorará la situación económica y social del país. En cuanto a su aplicabilidad, casi un 63% afirmó que debiera poder aplicarse porque la sociedad está de acuerdo.
Esas proporciones evidencian el amplio respaldo social que tendrían tanto el DNU como su contenido. Si lo segundo parece corroborar el beneplácito social con el rumbo ideológico propuesto por Milei durante la campaña electoral –la libertad de acción, tanto individual como empresarial, por sobre las regulaciones y el intervencionismo del Estado–, lo primero podría significar tanto una desconfianza en el posicionamiento del Congreso como cierta confusión sobre las diferencias entre un decreto y una ley.
En cualquier caso, hay un tercer elemento para destacar en esta encuesta: según el 57% de los participantes, a quienes se oponen al DNU les preocupa la posibilidad de que tenga éxito. Y al momento de caracterizar ideológicamente a los sectores políticos que entorpecerán su puesta en vigencia, el 63% señaló al kirchnerismo, el 16,5% a la izquierda y casi un 10% al peronismo.
En términos sociales, entonces, el bloque de apoyo ciudadano al gobierno de Milei abarca tanto a sus votantes originales como a los de Juntos por el Cambio; bloque que, a su vez, identifica a la oposición con la izquierda y a las fuerzas que apoyaron a la gestión anterior. En la encuesta, Cristina Kirchner y el sindicalista Hugo Moyano encabezan la lista de las personalidades con mayor “imagen destructiva” (80% y 87%, respectivamente).
La izquierda abrió el ciclo de movilizaciones contra el Gobierno, y el sindicalismo, y los movimientos sociales identificados tanto con el peronismo como con la izquierda convocaron a las siguientes protestas. En todas ellas se expresa una parte de la sociedad. Y tiene derecho a hacerlo. Ni el resultado de una elección ni el de un amplio abanico de encuestas son razones suficientes para silenciar las críticas. Un principio básico de la democracia es el respeto de las minorías.
En realidad, mayoría y minoría tienen el mismo valor, porque son circunstanciales. De hecho, una mayoría eligió presidente a Milei, pero lo dejó en minoría en el Congreso.
En consecuencia, quienes se movilizan no deben menospreciar a esa mayoría que tiene la expectativa de que las medidas gubernamentales reviertan años de estancamiento económico. Y quienes las apoyan no deben subestimar a quienes se oponen. Así como el Gobierno nos propone que entendamos las relaciones económicas de otro modo, también debemos comprender la dinámica política de un modo diferente a como lo hicimos en los últimos tiempos.
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