¿Qué es la decoración hygge?
La palabra hygge proviene del danés y no tiene una traducción literal al español; se trata de un término muy asociado al bienestar, a momentos de relax que buscan las personas alejadas del ajetreo cotidiano. Para sus cultores, en esta filosofía se trata de vivir con alegría las pequeñas cosas que otorgan felicidad: leer un libro sentado cómodamente en un sillón, una charla tranquila con amigos o simplemente contemplando los exteriores de la casa.
En síntesis, puede definirse como un conjunto de actitudes, formas de vida, espacios que hacen sentir bien, a gusto, con tranquilidad, en familia y disfrutar de pequeños placeres.
La decoración
En ese sentido, los ambientes del hogar deben estar acordes a esos principios. Por eso, la decoración hygge se basa en ambientes simples pero cómodos, con todo lo que se necesita, pero sin excesos. Lleva necesariamente al estilo nórdico y esta es precisamente la base de esta decoración que se puede aplicar en casa.
No hay duda de que los daneses saben mucho de bienestar, por algo, Dinamarca es considerado uno de los países donde la gente tiene un alto nivel de felicidad, sobrellevando el rigor del clima con espacios hogareños llenos de calidez y confort.
¿Cómo lo logran? Con recursos simples:
- iluminación. En esta corriente decorativa se impone la luz natural sobre la artificial. Para eso, es necesario dejar liberadas todas las ventanas. Se aconsejan cortinas que dejen filtrar la luz solar y cuanto más tiempo estén corridas o plegadas, mejor. En cuanto a la iluminación artificial, si las luces son demasiado brillantes, la persona siente la necesidad de mantenerse más activa y, por lo tanto, difícilmente encontrará el deseado bienestar. En cambio, si son demasiado oscuras, no podrá concentrarse en el trabajo o sus quehaceres y probablemente, se sienta algo perezosa. Por lo tanto, la iluminación debe buscar por un punto neutro y estar en coherencia con las condiciones ambientales y con el cambio de las estaciones;
- colores. El uso de tonos claros y suaves es fundamental. Blancos, beiges, cremas, grises, pasteles y tonos tierra, contribuyen a crear una atmósfera más acogedora, serena y libre de estrés. Tener en cuenta que los daneses apuestan a crear espacios monocromos o simplemente con pocos colores suaves, pero que combinen en armonía;
- materiales. No pueden faltar la madera y las fibras naturales. Estos serán los encargados de aportar una dosis extra de calidez y promueven el contacto con la naturaleza en su estado más puro. La madera puede estar en pisos, techos y muebles. En cuanto a los textiles, aconsejan elegir los más naturales, como la lana, el lino o el algodón. Se suman a través de alfombras, almohadones y mantas, ya que aportan textura a la decoración;
- los muebles vintage son muy característicos del hygge. Es un estilo que tiene muy arraigado el concepto del reciclaje y la premisa de que no hay que desperdiciar nada, por lo que se prefieren los muebles de madera natural, patinados y envejecidos, tanto nuevos como restaurados;
- los objetos decorativos de fibras también son un ítem clave para el estilo hygge, sobre todo aquellos de rattán, mimbre y bambú. Las velas son el punto fuerte de esta filosofía y no se puede practicar el hygge si no se encienden unas velas. Una mesa, lámpara o silla antigua, es decir elementos que tengan una historia los hace aún más interesantes por su valor sentimental. También se pueden incorporar jarrones que darán un toque muy particular;
- más naturaleza. Recurrir a las plantas de interior y colocarlas en cada habitación, donde aportan belleza, verdor y transmiten la sensación de relax. Son perfectas para la salud física y mental de todos los que habitan la casa.
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