Se agrava la situación de las bodegas y advierten que la exportación de vino alcanzará un caída del 40%
La industria del vino atraviesa un presente complejo pero su futuro es aún más preocupante. El gobierno de Javier Milei anunció retenciones a las exportaciones del 8% para el sector que, desde septiembre, había logrado que el derecho a exportar fuera 0. Para los bodegueros la decisión es preocupante y alertan que en enero «la caída interanual de las exportaciones alcanzaría una baja de, por lo menos, un 40%».
Antes de los anuncios los números ya eran mirados con preocupación por los empresarios del vino. Los despachos al exterior cayeron un 27% en noviembre comparado a igual mes del año anterior, según los datos publicados por el Instituto Nacional Vitivinícola (INV). «Estos números se van a agravar, no hay dudas de que vamos a perder competitividad en el exterior. Los mercados que se pierden es muy difícil recuperarlos», dijo Juan Schamber, vicepresidente de Bodegas de Argentina, la cámara que nuclea a más de 200 socios vitivinícolas.
Si bien es difícil predecir números, desde el sector calculan que en el primer bimestre del año las exportaciones de vino argentino caerían un 40% comparado a igual periodo del año anterior. «No es una locura pensar en un baja interanual del 40% ante este escenario», dijo Marcos Jofré, presidente de la bodega Trivento, que exporta más del 80% de su producción. Además es, por tercer año consecutivo, la marca de vino más vendida en el mundo, según datos de la consultora global IWSR.
¿Dólar más competitivo?
Si bien el tipo de cambio mejoró notablemente, tras los anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo, para los referentes de la industria se trata solo de una circunstancia temporal. «El dólar a $ 800 es más competitivo pero hay que tener en cuenta que en solo una semana los precios de los insumos subieron más de un 100%. Además, vamos a tener una inflación de más del 20% mensual y un crawling del 2%. Es decir que esa ventaja se licúa rápidamente», agregó Jofré.
Para José Zuccardi, la situación es preocupante de cara al futuro. «La Argentina durante todo este año ha perdido mercados, como es el caso de las categorías más bajas, porque ya no somos competitivos en el exterior. Con una nueva retención el negocio se convierte en inviable», dijo el presidente de la bodega dueña de la marca Santa Julia, que exporta el 50% de su producción.
«Se entiende que las retenciones la paguen productos que no tienen valor agregado porque estás exportando recursos naturales. Es lógico que eso tribute. Cuando exportamos con valor agregado, generamos trabajo, como es el caso del vino, contribuimos a la estructura del país. No deberíamos estar pagando retenciones», agregó Zuccardi.
En septiembre de este año, tras una lucha que le llevó años a la industria del vino, el pedido de los bodegueros fue escuchado. En aquel momento las retenciones por exportación, que significaban el 4,5%, pasaron al 0 por ciento.
Exportación, clave ante caída local
Para Zuccardi hoy la exportación de vino es clave para las bodegas. «Hay una fuerte caída en el consumo, el poder de consumo está destruido, no podemos apostar solo al público local», agregó.
En este sentido, según INV, de enero a octubre el consumo de vino local cayó un 9,5% comparado a igual periodo del año anterior.
En los últimos 12 años la Argentina no pudo crecer en el exterior. «Por la carga impositiva alta, perdimos competitividad y rentabilidad. A esto se suma una inflación inviable. Ese es el verdadero daño, más allá de la nueva retención», sostuvo por su parte, Alberto Arizu, presidente de la bodega Luigi Bosca.
«La mano de obra intensiva, la marca país, el agregado de valor y la balanza comercial positiva para la Argentina, son atributos que se verían seriamente lesionados con esta nueva retención», sostuvo Schamber.
La principal preocupación del sector es que la rentabilidad llegará a sus pisos históricos. «La devaluación, acompañada de mayor impuesto PAIS para las importaciones y algún tipo de derechos para exportar, impactan de lleno en la rentabilidad del sector que está transitando la mayor caída de sus exportaciones de los últimos 10 años y ponen en riesgo los más de 450.000 empleos directos e indirectos que genera a lo largo y a lo ancho del todo el país», finalizó.
¿La medida podría revertirse?
Desde Bodegas de Argentina aseguran que mantienen reuniones constantes con el gabinete de Javier Milei para dar marcha atrás en los anuncios.
De hecho el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, se reunió el martes pasado con funcionarios del nuevo gobierno para evitar que el vino vuelva a pagar retenciones.
Mientras que, en la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) ya pidieron una reunión con los funcionarios de Economía de Luis Caputo. «Nos parecería un grave error aplicarle este impuesto a esta economía regional», dijo Mario González, titular de Coviar y de la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios.
«Creemos que la medida podría evitarse, hay un diálogo fluido con las autoridades del Gobierno que podrían evitar este gravamen innecesario», concluyó Schamber de Bodegas de Argentina.
Por último Arizu sostiene que de implementarse «se trata de una medida que será momentánea, para salir de este complejo presente económico».
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