Comentario de “Elena sabe”: ojos que no ven
Encorvada, de caminar lento y mirada tensa, Elena (Mercedes Morán) es la protagonista casi excluyente de Elena sabe, nuevo filme de Anahí Berneri (Por tu culpa, Alanis). La historia comienza y termina con una escena dramática en que la mujer se pierde y cae en medio de una manifestación callejera, acaso el polo opuesto de su enfermo aislamiento. A partir de allí se va revelando el arco existencial que la condujo hasta esa situación desesperada y que involucra la muerte de su hija Rita (Érica Rivas).
Como suele suceder con los filmes de Berneri, en Elena sabe un acontecimiento violento que ocurre de manera temprana desencadena la deriva impredecible del personaje central: Rita aparece ahorcada en la iglesia a la que asiste, y al conocer la noticia la madre se ciñe obstinadamente y en contra de todo indicio a la idea de que su hija no murió por mano propia.
Si bien al principio esa inquietud amaga con sumir a Elena sabe en los meandros del policial (chance que sostiene la presencia de un policía incapaz de mitigar la tozudez detectivesca de Elena), pronto se entiende que el filme es más bien lo contrario: una evidencia que busca sus pruebas.
De a poco y por medio de fragmentos más o menos inconexos y recursos ambiciosos (fantasías que se mezclan con la realidad, el pasado que convive con el presente, muertos que reaparecen) Berneri viaja a través del tiempo y de la memoria de Elena para reconstruir el difícil lazo entre madre e hija que pueda explicar tan desconsolado desenlace.
Un viaje juntas a Mar del Plata, un episodio de infancia en que la madre intercede en una discusión crucial de amigas, el diagnóstico de Parkinson que recibe Elena a su mediana edad, la discusión por un novio que amenaza con alejar a la hija de la madre y unos antidepresivos que toma Rita son síntomas de un vínculo tortuoso y afectado por las circunstancias.
Podría decirse entonces que Elena más bien no “sabe” lo que le pasó a su hija, aunque hay algo en los ojos de Morán que sugiere que ella sí lo sabe y que no quiere darse cuenta. “Es pecado de soberbia creer saberlo todo”, le dice el padre católico que trata de consolarla, y el filme es esa literal caída hacia la verdad.
Quizás la instancia más conmovedora del filme es cuando Elena quema las pertenencias de su hija: ya no es Rita quien tiene que aprender a ser madre de su madre, sino que es Elena quien debe aprender a ser madre de sí misma en la liberación que anuncian las llamas.
Elena sabe es así una fábula contra natura, torcida como su personaje y deshilachada en su narración, que así y todo alcanza una dimensión vital: “Yo quiero vivir a pesar de este cuerpo, sin Rita”, dice la protagonista. No sin errores y pasajes desprolijos, Berneri demuestra un gran coraje para salirse de la zona de confort y extraer potencia de una vida acorralada.
Para ver “Elena sabe”
Argentina, 2023. Guion: Gabriela Larralde. Dirección: Anahí Berneri. Con: Mercedes Morán, Érica Rivas y Mey Scápola. Duración: 100 minutos. Clasificación: Apta para mayores de 13 años. En cines, y desde el 24 de noviembre en Netflix.
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