Guada Gómez y Julio Gutiérrez, un dúo nacido en la urgencia de la pandemia que floreció en un disco: “Flor de monte es político”
“Trepen a los techos, ya llega la aurora” canta Luis Alberto Spinetta en La Montaña, uno de los temas más inspiradores de su disco Pelusón of Milk. Y eso fue lo que hicieron Guadalupe Gómez y Julio Gutiérrez, dos músicos cordobeses y pareja desde hace varios años en esos primeros días tras decretarse el aislamiento obligatorio en marzo de 2020.
Eso sí, la aurora en este caso fue metafórica: si bien la cantante y el violinista se subieron al techo de su casa en barrio Observatorio, en una zona alta de la ciudad, no fue para esperar el amanecer de manera literal, sino para compartir música para sus vecinos y vecinas, en un hermoso gesto con una gran carga de esperanza en medio de la incertidumbre.
Desde esa escena que se repitió casi todos los días durante varios meses, pasaron más de tres años en los que se fue gestando un disco que vio la luz en las últimas semanas. Flor del Monte, tal su título, es el fin de un proceso de un proyecto que se originó por necesidad pero se convirtió en una declaración de principios. Y como si fuera poco, la presentación oficial será en el Teatro Real este jueves, a tres días de una de las elecciones más decisivas para la democracia argentina y con varios de los invitados (y otros) que suenan en el álbum.
“Este dúo nace de la urgencia de encontrarnos y ampararnos en la música, en las historias, y en todo lo que nos hace pertenecer al territorio que habitamos. Es muy loco porque la idea nunca fue hacer un disco, o un dúo pero ambas cosas fueron creciendo naturalmente, como si también fueran parte de algún ritmo o ciclo natural”, introduce Guada Gómez, cantante y guitarrista que ya contaba con cuatro discos en su camino, entre los cuales dos también fueron en formato dúo: uno con Quique Sinesi (Canción hacia vos, 2014) y otro con Mingui Ingaramo (Primer atardecer, 2019).
Compañeros de la vida y de la música
Hasta ese 20 de marzo de 2020, Guada y Julio habían compartido alguna que otra a colaboración en proyectos personales, pero el dúo siempre había quedado pendiente. Mientras Gómez ponía toda la energía en su camino solista, Gutiérrez repartía sus días entre las giras y shows del Dúo Coplanacu (donde se desempeña como violinista hace casi dos décadas) y el cuarteto Magnolia.
“Cada tanto decíamos que estaba bueno armar algo, pero no se daba: no encontrábamos el tiempo o el espacio. La cuestión es que ese día, nos subimos al techo de nuestra casa y tocamos dos canciones que armamos a la siesta. Una era Abrazos de fuego, que yo había escrito para Alegría Ahora y en la que Juli había grabado un violín, y la otra fue Rezo por vos”, recuerda la cantante.
Posted by Guadalupe Gómez on Sunday, March 22, 2020
Luego completa: “Desde esa tarde nos subimos todos los días, por dos meses, y armábamos cuando se podía y cómo se podía temas nuevos. Yo estaba estudiando guitarra con Juanpiao Toch, pero sentía que me faltaban años para poder tocar en vivo. Sin embargo en ese momento, la emergencia me hizo sentir que lo importante estaba en otro lado. Ahí empecé a escribir muchas de las canciones del disco. Porque queríamos decir ‘tenemos miedo, estamos tristes, pero no estamos solxs, nos tenemos. Podemos reunirnos alrededor del fuego y contarnos historias y así también, podemos calmarnos’”.
-¿Cómo nacieron las canciones del disco? Esa profundidad que se escucha seguramente tiene que ver con ese contexto. También está el aporte de Edu Valdés en la producción, que le dio una vuelta de rosca al sonido que se diferencia de tus discos anteriores.
-En casa las armábamos y las arreglábamos para la formación acústica: guitarra, violin y voz. Después seguimos tocando en vivo juntxs, apenas se pudo, y en un momentos empezamos a trabajar con el Edu Valdés. Le mandamos una maqueta de Niña humanidad grabada en casa, y le preguntamos si no quería ponerle programaciones, a ver que pasaba. Yo me acordé que cuando habíamos grabado Vendavales con el Edu, él me había dicho algo así, como que sería alucinante probar como quedaría mi música con programaciones. Lo que nos reenvió nos voló la cabeza y el corazón, así que decidimos seguir, sin tener un mapa muy claro, acerca de adónde íbamos. Después nos dimos cuenta que teníamos un puñado de canciones, que todas hablaban de alguna manera acerca de la identidad y había una raíz folklórica fuerte. Y en los arreglos y el sonido había una mezcla que nos interesaba mucho, entre lo orgánico y las programaciones. Como un vértice entre el legado ancestral y la mirada hacia el porvenir. Ahí dijimos, ‘tenemos un disco’. Después llegó la beca creación del Fondo Nacional las Artes y gracias a eso pudimos terminarlo.
-¿Cómo fue la elección de lxs invitadxs? Los más “naturales” son los Copla o integrantes de Magnolia por la cercanía con Julio o Mingui con vos.
-Todo fue súper natural. En Lapacho se nos ocurrió invitarlos a los Copla con los que Juli toca hace 17 años, pero que además son amigos y los admiramos muchísimo. El tema es un aire de chacarera que agarró una polenta increíble, son la aplanadora del folklore. Con Mingui hemos compartido igual, música, vida, afectos. Yo siempre le digo a él que en su piano yo me siento en casa. Y en una casa que quisiera habitar siempre. Y no es casualidad que él esté en Alumbrame, uno de mis temas favoritos y que está inspirado en la etimología de mi nombre que en árabe significa “río de luz” y habla acerca de las brújulas que cada uno lleva consigo para recuperar la orientación cuando “la noche se traga las sombras”. El Juanpaio Toch es también un amigo querido y de hecho hubo algunas tocadas juntxs en España hace años. Y Juli tocó con Magnolia y los Toch en unas fechas inolvidables. Lo invitamos a grabar Flor del Monte que es un aire de zamba que le da nombre al disco.
-También invitaron a alguien que llama la atención para sus recorridos como Lore Jiménez. ¿Se imaginaban hace algunos años componiendo y grabando un cuarteto?
-La historia es preciosa. Nosotras nos conocíamos de niñas, porque ella era muy amiga de una prima mía. Y jugamos en la vereda de la casa de mi prima muchas veces. Siempre nos decían que eramos parecidas. Después pasó la vida y no volvimos a vernos, pero yo la invité a participar en una grabación para Alegría Ahora y fue como si hubiéramos estado jugando en la vereda, o merendando juntas hacia un ratito. Desde ahí seguimos cerca. Hay una energía muy pura entre nosotras. Eso siento. Escribir un cuarteto me hubiera parecido una locura años atrás. Yo no escuchaba mucho pero Juli sí. De hecho tocó en una orquesta de cuarteto cuando recién llegó a Córdoba desde Río Tercero. ¡Tocaba bajo, tumbadoras y cantaba! Cuando empecé a trabajar en Alegría Ahora y por mis alumnxs, aprendí a escuchar y a querer muchísimo ese género. Es decir, en realidad escuchaba, nadie que viva en Córdoba puede no escuchar cuarteto, porque es el pulso de la ciudad, pero empecé a enamorarme de esa música cada vez más. Y un día quise escribir una canción de amor a Córdoba y me salío así. Después pensamos en invitarla a la Lore, porque en su voz y en su espíritu vibra un poco el alma de esta ciudad y de una parte fundamental de su música.
-Presentan el disco a tres días de unas elecciones clave para la democracia. ¿Cómo pararse como artistas en esta coyuntura y cómo manifestarse públicamente? Recién hablábamos de Lore Jiménez, quien fue una de las pocas artistas con visibilidad que lo hizo.
–Flor del Monte es un disco político, porque nace de la profunda necesidad de arraigarnos al territorio al que pertenecemos y de hablar acerca de como nos vinculamos, que nos constituye, cual es el legado que recibimos y que queremos dejarle a nuestros hijos. Nuestra mirada y nuestra posición atraviesan las canciones. Lo que no significa que no nos posicionemos públicamente también. Es muy loco y muy fuerte presentar este disco tres días antes del balotaje en Argentina. Y ahora nos enteramos que para agregarle más condimentos, será a la misma hora y el mismo día en los que uno de los candidatos (Javier Milei) estará cerrando su campaña en Córdoba. Como artistas nosotrxs estaremos siempre defendiendo la vida, los acuerdos y los derechos que con tanta lucha y tanto dolor se conquistaron. Creemos que para hacer canciones, hay que aprender a escuchar. Escuchar la música de la tierra y las historias de quienes la habitan para poder cantarlas. Porque sólo en comunidad, podremos restaurar lo que está herido, y podremos seguir soñando flores.
https://www.lavoz.com.ar/vos/musica/guada-gomez-y-julio-gutierrez-un-duo-nacido-en-la-urgencia-de-la-pandemia-que-florecio-en-un-disco-flor-de-monte-es-politico/
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lavoz.com.ar/vos/musica/guada-gomez-y-julio-gutierrez-un-duo-nacido-en-la-urgencia-de-la-pandemia-que-florecio-en-un-disco-flor-de-monte-es-politico/