Cecilia Biagioli insistió, persistió, nunca desistió y fue cuarta en sus últimos Juegos Panamericanos
Cecilia Biagioli insistió, persistió, nunca desistió y fue cuarta en sus quintos y últimos Juegos Panamericanos.
Un cuadro en la cocina de la casa de Cecilia Biagioli refleja un lema que marca a su familia. Y es su hijo Joaquín, con sólo 10 años, quien se lo recuerda ante cada viaje, cada entrenamiento, cada competencia que exige a los 38 años a su mamá para que siga escribiendo páginas en la historia grande del deporte argentino.
La nadadora cordobesa finalizó cuarta este domingo en la maratón acuática de 10 kilómetros de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, después de haber estado durante las ocho vueltas de 1200 metros en el pelotón que lideró la carrera.
Por delante de ella llegaron la estadounidense Ashley Grace Twichell (top 5 en Tokio 2020), la brasileña Ana Marcela Da Cunha (última campeona olímpica y defensora del oro panamericano) y la también brasileña Viviane Eichelberger Jungblut (bronce en Lima).
“Nunca me imaginé estar acá. Fui paso a paso, siempre valorando el proceso, y se fueron concretando cosas. Siempre con trabajo y dedicación. A eso me lo inculcaron desde muy niña. Poder estar acá, compitiendo con chicas de 20, 25 años, es muy fuerte. Y poder estar en este nivel, representando a la selección una vez más, es una emoción muy grande. La edad es sólo un número, porque las ganas, la emoción y la pasión que me da el deporte lo sigo disfrutando”, aseguró emocionada la cordobesa, quien se subió dos veces al podio panamericano: oro en Guadalajara 2011 y plata en Lima 2019.
Su rostro refleja el cansancio, sus manos, lastimadas, muestran la dureza de la prueba. El clima no la acompaño en sus quintos Juegos Panamericanos y cuartos en las aguas abiertas.
“Fue una carrera muy dura, se nadó bastante rápido pero me siento feliz de haber podido concretarla y estar en este cuarto puesto que no es nada fácil. Tengo a la campeona olímpica, a la top 5 de Tokio y a la medallista panamericana también, así que para mí es un privilegio estar acá y representar a la selección. Es mi quinto y último panamericano. En Lima lo dije también pero se fueron dando otras situaciones, así que lo quería disfrutar”, adelantó “la Negra”.
A sus 38 años, ahora sí, comienza a ver el final de su carrera en el alto rendimiento. Pero aún queda un paso: París 2024.
“Es el próximo gran objetivo. Es complicado, todo objetivo duro lleva mucho trabajo, pero vamos a intentarlo para ver si representamos a la selección en un nuevo Juego. Sería el broche de oro”, avisó la mujer con más presencias olímpicas de nuestro país (5).
¿El secreto? “Hay una frase que me dijo mi hijo: insistir, persistir y nunca desistir. Ese el lema de seguir cada propósito. Porque es cansador, me requiere mucho tiempo, me aleja de la familia pero la pasión con la que uno lo hace es interna y va más allá de esos esfuerzos. El poder disfrutar me va llevando a concretar el día a día”, reveló la cordobesa.
La carrera de Cecilia Biagioli en Santiago 2023
Apenas 9 grados y un cielo plomizo le dieron marco a la actuación de Biagioli en sus quintos Juegos Panamericanos.
La Laguna Los Morros fue el escenario y “la Negra”, la protagonista.
La cordobesa llegó tercera en cuatro de las ocho vueltas de la exigencia acuática, en las otras fue cuarta, posición que finalmente ocupó al llegar a la meta.
“Como selección trato de lucharla hasta el último y llevar la Bandera lo más alto que puedo siempre. Se pudo dar esta situación, así que más que feliz”, valoró.
El clima no fue su aliado. El agua fría es un “karma” para “Ceci” pero al estar a 17 grados debieron correr con trajes, y eso la ayudó.
Sabía que se iba a “sentir bien”, por la preparación en la altura que hizo durante tres semanas en Cochabamba con muy buenos entrenamientos antes de venir a Santiago.
Como en cada prueba desde que cambió la pileta por las aguas abiertas, estuvo acompañada de su hermano y entrenador, Claudio Biagioli.
“Con él lo soñamos juntos y tratamos de que esta locura siga un poquito más. Tengo su apoyo incondicional. Estoy feliz de estar acá, me siento afortunada y agradecida”, repitió “la Negra”, que con el correr del tiempo fue cambiando la emoción por la alegría.
El “apoyo incondicional” de su familia es lo que le permite estar acá. Admitió que “es bastante complicado en Argentina ser mamá deportista de alto rendimiento” y deseó que “en un futuro estaría bueno que se puede revertir ese apoyo”. “Pero el equipo está en casa, con mi marido, mi mamá y mi suegra, que se ocupan y lo cuidan a Joaquín”, contó.
“Para ‘Joaco’ soy mamá fuerte, mamá resistente, mamá todo. Y se lo quise demostrar acá. Espero que esté feliz por mí y contento de que mamá lo dio todo. Y que esto le sirva de ejemplo también de que hay que luchar por los sueños, por más que uno tenga que irse, que esto es por algo”, deseó “la Negra”, que este lunes se reencontrará con su hijo después de un mes. Su ejemplo, queda claro, no sólo le sirve a Joaquín.
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