Comentario de Los delincuentes: adónde está la libertad
Tras su estreno en Cannes y un exitoso recorrido por festivales, Los delincuentes llega a los cines generando muchas expectativas, sobre todo porque la película escrita y dirigida por Rodrigo Moreno será la representante argentina para el Oscar a Mejor Película Internacional.
Moreno empezó su carrera a fines de la década de 1990, en el momento en que nacía lo que se conoce como Nuevo Cine Argentino. Primero hizo películas grupales (Mala época y El descanso), hasta que en 2006 estrenó El custodio, su primera película como director en solitario. Luego siguieron Un mundo misterioso (2011), Reimon (2014) y el documental Una ciudad de provincia (2017).
Es decir, el director se tomó seis años (desde su última película) para realizar Los delincuentes (con una pandemia de por medio), en la que amalgama en poco más de tres horas las dos concepciones de cine que atraviesan su filmografía: por un lado, el policial francés y cierto cine nacional clásico y de género, como el de Hugo Fregonese (con ecos de su Apenas un delincuente) y el de Fabián Bielinsky; por el otro, el Nuevo Cine Argentino, con su estética y su estilo.
El filme consta de dos partes y, desde el comienzo, Moreno delinea un relato con el duplicado, con las dos copias exactas: Morán y Román (adviertan el anagrama) son dos empleados de un banco a los que la rutina los está matando. Morán, interpretado por el salteño Daniel Elías, es quien decide robar plata del banco para vivir el resto de su vida sin tener que trabajar.
Después de consumar el delito, Morán cita a Román (Esteban Bigliardi) en un bar para pedirle que guarde el dinero hasta que salga de la cárcel, porque tiene decidido entregarse como parte del plan, ya que no estará encerrado más de tres años y medio. Y le propone repartirse la plata al salir, para vivir tranquilos sin tener que ir a trabajar nunca más.
A toda esta primera parte, Moreno la resuelve con envidiable economía: el robo no se detiene en detalles y no es puntilloso con la lógica del plan, simplemente Morán roba el dinero y Román lo guarda en su departamento.
La huida a Córdoba
La segunda parte de Los delincuentes se ubica en el paisaje que caracteriza al Nuevo Cine Argentino, lo que Moreno aprovecha para poner en marcha sus pausas, sus escenas distendidas del paisaje de las sierras cordobesas y sus actuaciones humorísticas con gags que no son muy efectivos pero que ayudan a que la historia transcurra sin inconvenientes. Moreno construye una trama sobre la búsqueda de la libertad mientras los personajes viven, y mientras quedan prisioneros de la misma causa.
A Los delincuentes se incorpora otro elemento importante: el disco Pappo’s Blues Vol. 1, en el que está Adónde está la libertad, canción que vertebra y le da sentido al relato, y así logra sintetizar lo urbano y lo campestre, con dos personajes que tienen la misma vida, y con personajes secundarios que comparten el duplicado, como el de Germán De Silva, que hace de Del Toro y de Garrincha.
A pesar de querer hacer una película grande a toda costa (que hable de la vida, de la libertad, de la cárcel que es el dinero), Moreno sabe acompañar su desmedida ambición narrativa con un relato que fluye como fluyen los años que tienen que aguantar los protagonistas. Y eso no es poco.
Para ver
Los delincuentes
(Argentina/Brasil/Luxemburgo/Chile, 2023)
Comedia
Calificación: Muy buena
Guion y dirección: Rodrigo Moreno. Elenco: Daniel Elías, Esteban Bigliardi, Margarita Molfino, Germán De Silva, Mariana Chaud, Gabriela Saidón, Cecilia Rainero, Javier Zoro, Lalo Rotavería, Laura Paredes, Iair Said, Fabián Casas, Agustín Toscano y Adriana Aizemberg. Fotografía: Inés Duacastella y Alejo Maglio. Duración: 189 minutos. Apta para mayores de 13 años. En cines.
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