La “Casa del Horror”: prisión preventiva firme para la pareja sospechosa del crimen
“Se confirmó la prisión preventiva para los dos sospechosos y falta un cúmulo menor de medidas para elevar a juicio la causa por el asesinato en barrio Zumarán de la ciudad de Córdoba, donde se desenterró un cadáver que había sido escondido en un patio, debajo de una pileta Pelopincho”.
Las frases provienen de la oficina del fiscal Andrés Godoy, que recibió un aval de parte del juzgado de control al confirmarse la prisión preventiva para Daniel Emanuel Ledezma, de 30 años, y su novia, Elizabeth Natalia Miranda, de 43.
Ambos están imputados de homicidio agravado por alevosía. Y con esta reciente resolución, quedaron a las puertas de un juicio.
Pasaron tan solo seis meses del crimen. Los acusados continúan presos en el complejo carcelario Nº 1 Reverendo Francisco Luchesse, más conocido como la cárcel de Bouwer, desde el 12 de abril.
Esa noche, una brigada de la Policía de Córdoba halló el cuerpo de una mujer enterrado en el patio trasero de la casa de calle Gaboto al 2015, en la zona norte de la Capital.
La víctima es una vecina del barrio que estaba desaparecida desde febrero de 2022, cuyo domicilio materno se encuentra a pocas cuadras del sitio donde apareció enterrada, en un pozo disimulado por una pileta de lona.
Sus presuntos homicidas se bañaron durante meses en la pileta de lona, en ese mismo lugar.
Ahora la fiscalía que conduce Godoy, con la prisión preventiva confirmada, junta las últimas piezas que serán útiles a la hora de enfrentarse a las defensas de los acusados, abogados que cambiaron durante el proceso.
Será clave en ese sentido todas las pruebas que recogió el fiscal, incluso echando mano a múltiples allanamientos, la prueba de Luminol y a las entrevistas con varios vecinos y conocidos de los dueños de la “Casa del Horror”, tal como se conoce a la vivienda.
El Luminol es un compuesto químico que se utiliza en la detección de sangre y otras secreciones humanas ocultas. La prueba implica rociar o aplicar una solución de este compuesto en una superficie donde se sospecha que podría haber rastros de sangre, como en una escena del crimen.
Godoy hizo “bañar” las paredes de la “Casa del Horror” con luminol. Él estuvo presente durante el procedimiento y lo condujo.
Luego recorrió el territorio, junto a la división de Homicidios de la Policía de Córdoba, y pudo entrevistarse con allegados a la mujer desaparecida, vecinos de la calle Gaboto y ocasionales testigos de lo que allí ocurría.
De este modo fue reuniendo un cúmulo de información que, a primera vista, respaldaría aquello que los primeros investigadores que llegaron a la escena del crimen repetían sin cesar: “hay algo oculto, hay algo más”.
No obstante, desde la fiscalía mantuvieron la prudencia y aguardan a que se concreten las últimas medidas.
Vale recordar que la causa llega a manos de Godoy tras las primeras actuaciones, cuando el fiscal Iván Rodríguez, quien comenzó la investigación, decidió derivar la causa ante los indicios que se le fueron presentando.
En ese momento, Rodríguez comprendió que la persona que había sido desenterrada del pozo de Gaboto al 2015, podría corresponderse con un pedido de paradero que había librado Godoy. Este funcionario investigaba la desaparición de N.L., que había sido denunciada a principios de 2022.
Finalmente, Godoy confirmó que se trataba, lastimosamente, de la misma identidad.
Cómo fue descubierta la “Casa del Horror” que derivó en la profunda investigación
Una llamada al 911 alertó a la Policía por un supuesto hecho de violencia de género. La voz del otro lado del teléfono era la propia Miranda, que pedía auxilio.
Cuando los uniformados de la Policía de Córdoba se hicieron presentes en el lugar se encontraron con una situación tensa. Miranda le reclamaba a Ledezma, visiblemente menor que ella, que confesara lo que había hecho.
Luego se iba a conocer que Ledezma presentaba algunos rasgos que podían hacer dudar de su entereza psíquica, duda que fue desestimada rápidamente por el fiscal, que pidió peritajes y obtuvo como resultado que el hombre gozaba de facultades mentales plenas.
Pero al frente de la Policía, Ledezma se mostraba errático. Hasta que en un momento amenazó a Miranda y le dijo que ella “sabía muy bien lo que había pasado”, según comentaron fuentes allegadas a la investigación.
En ese preciso momento se habría roto un pacto entre ellos dos, que eran pareja desde hacía algún tiempo corto, cuando Miranda habría dejado al padre de Ledezma para empezar un amorío con él, según fuentes vecinales allegadas a la pareja.
La dueña de la casa rompió el silencio y dijo que su pareja había enterrado el cadáver de una mujer en el fondo de la casa.
Condujo a la brigada hasta la pileta de lona. Fue corrida la pileta y con unas pocas maniobras apareció el cuerpo, cubierto en cal.
La Policía llamó a los bomberos y detuvo a la pareja.
Así vivía la pareja que habitaba “La Casa del Horror”
El truculento crimen atrajo la atención de la ciudadanía. Pero más lo hicieron los detalles que envolvieron al caso.
Vecinos del lugar fueron desnudando las extrañas costumbres de los habitantes de la vivienda donde habría encontrado su muerte otra vecina del barrio.
“Sacaban a pasear a las 4 de la madrugada a dos perros enormes que tenían en la casa. Se los escuchaba pelear a los gritos, en medio de la calle, mientras los perros ladraban”, contó una vecina de una vivienda contigua.
“Él casi no hablaba. Ella hablaba por él. Lo dominaba y lo llevaba donde ella quería, todo el tiempo”, dijo otra mujer, habitante de una casa próxima al lugar de los hechos.
En tanto, fuentes vecinales coincidieron al asegurar que la víctima tenía un vínculo con Ledezma, que en principio parecía de amistad.
“Ella estaba perdida en las drogas y se metía a los patios de las viviendas a robar baldes y fuentones para cambiar por algo de droga”, dijeron de la víctima.
Quienes conocían a la víctima y sus presuntos victimarios creen que en febrero la mujer entró a consumir a la casa. Miranda habría tenido un ataque de ira, producto de los celos, y habría ordenado a su pareja que la matara.
Los pesquisas tienen los mismos indicios, aunque no son los únicos: “También podría haber ocurrido que la mujer entrara sin permiso, a robar, y que Ledezma la haya atacado”, dijo una fuente de la investigación.
Lo cierto es que el fiscal, que prefirió no dar detalles sobre la posible mecánica del hecho, está muy cerca de revelar lo que ocurrió en aquel rincón de barrio Zumarán.
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