Los Pumas cumplieron su primer objetivo y ahora empieza otra historia
Argentina está entre los ocho mejores del planeta rugby. Ganó la final que tenía que ganar este domingo, con sufrimiento, con altos y bajos, con inconsistencias, pero la ganó y jugará los cuartos de final del Mundial de Francia.
Cumplió con el objetivo que casi estaba obligado a alcanzar apenas conoció los integrantes del Grupo D con los cuales le tocó compartir la fase de grupos, donde a primera vista aparecía junto a Inglaterra como favorito a avanzar por sobre Japón, Samoa y el debutante Chile. Pero a los compromisos hay que jugarlos, nadie gana en la víspera, y después del desalentador debut contra los ingleses de a poco fue construyendo su pasaje a cuartos, algo que concretó frente a los orientales.
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— Los Pumas (@lospumas) October 8, 2023
Los Pumas, pese a sus dudas y juego forzado y poco fluido, les ganaron 39 a 27 a los japoneses por el peso propio de su historia, una mejoría palpable respecto a sus primeros tres partidos y actuaciones sobresalientes como las de Marcos Kremer y Mateo Carreras y se sacaron una mochila tremenda de sus espaldas. Ahora comienza otra historia que encararán con un ánimo favorable y en levantada, algo fundamental para desafiar a Gales en busca de las consagratorias semifinales. El cruce más “ganable” (si hubiera uno) de todos los rivales que están en esta instancia selecta de los ocho mejores del Mundial.
Tendrá que mejorar Argentina, está claro que deberá dar un salto de calidad en varios aspectos de su juego. Será responsabilidad del entrenador Michael Cheika y su cuerpo técnico repasar lo realizado hasta el momento, evaluar si los nombres y el plan han sido los más adecuados y qué se impone para lo que viene, que será mucho más duro de lo que tocó hasta el momento.
Un ejemplo que expuso esas dificultades a corregir y se dieron durante varios pasajes de la “finalísima” en Nantes fue lo que sucedió a mitad del segundo tiempo. Argentina llega al try vía Boffelli, aumenta su ventaja, cambia la pareja de medios para refrescar piernas, ideas y conducción, y en la salida japonesa la recepción falla y termina en una pelota caída hacia adelante. Y se repitió después del tercer try de Mateo Carreras. Licencias que contra un rival más jerarquizado son letales.
Le faltó interpretación de momentos y lectura de situaciones al seleccionado argentino, algo que repitió durante toda la fase de grupos de este Mundial francés. Y esa ausencia, tanto a nivel mental y de concentración como en lo que respecta al juego dejó a todos sus rivales (incluso en algún momento a la cenicienta Chile) en partido.
Esa diferencia de predisposición quedó expuesta en más de una ocasión y la impresión fue que si todos los jugadores se equiparan a la entrega de compañeros como Kremer todo será más potable y potenciado. Pero esos baches, individuales y colectivos, son los que repletan de interrogantes el futuro del equipo albiceleste, este domingo vestido de “granadero”.
Sin embargo, al margen de esas falencias ,Argentina ganó, es uno de los ocho que se quedan una semana más en Francia y esa es una razón para celebrar y aplaudir. Se cumplió el objetivo primario y son Los Pumas, un seleccionado lleno de historia, de mística y de epopeyas. Y eso invita a ilusionarse.
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