La Voz del Interior @lavozcomar: En una escandalosa asamblea, Fittipaldi y Saillén se disputaron la conducción del gremio de la limpieza

En una escandalosa asamblea, Fittipaldi y Saillén se disputaron la conducción del gremio de la limpieza

En medio de una asamblea escandalosa, con mucha tensión, y por momento al borde de incidentes graves, se llevó adelante este jueves en Villa Allende la votación de las autoridades de la junta electoral del gremio de la limpieza en Córdoba (Soelsac), la que quedó finalmente en suspenso por un cuarto intermedio y a expensas de una resolución por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación.

Fueron seis horas de máxima tensión entre el sector oficialista que comanda el secretario general del Soelsac, Sergio Fittipaldi, quien apuesta a presentarse por un nuevo mandato; y los dirigentes alineados con Franco Saillén, referente del Surrbac (recolección de basura) y exlegislador justicialista, quien apunta a quedarse con el liderazgo de otro sindicato.

Anoche, Ignacio Baselica, jefe de la Agencia Territorial del Ministerio de Trabajo de la Nación en Córdoba, recibió el informe de los siete veedores que estuvieron en la asamblea. Ese escrito será remitido a la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales de la cartera nacional, quien tomará la decisión final sobre qué sucederá.

El Ministerio de Trabajo de la Nación tiene distintas alternativas: solicitar una nueva asamblea para elegir; dar como válido el triunfo de la oposición, que pareció mayoría a simple vista, porque no hubo un conteo claro, a la hora de la votación a mano alzada, o buscar un diálogo entre los dos sectores en pugna, para tratar de consensuar la integración de la junta electoral.

Por lo sucedido ayer en Villa Allende, que por momento estuvo al borde de incidentes mayores, parece poco probable convocar a una nueva asamblea. De todos modos, el Ministerio de Trabajo de la Nación tiene la última palabra.

Lo llamativo es que tanta movilización sea sólo para la elección de la junta electoral que organizará los comicios, previstos para el 20 de diciembre. La estatuto indica que el sector que gane se queda con los tres miembros de la junta electoral. No hay minoría. De allí la importancia de la asamblea.

En total, llegaron al predio del Club Atlético Quilmes, de barrio Cumbres, en Villa Allende, 66 colectivos en los que se transportaron unos 3.500 trabajadores de la limpieza que, en su mayoría, prestan tareas en escuelas, comedores o centros de salud provinciales y municipales, y que perciben sueldos mensuales -que en promedio- no superan los 80 mil pesos.

Votación y polémica. A la hora de la votación hubo polémica para elegir a la junta electoral que organizará las elecciones, previstas para el 20 de diciembre.  (Javier Ferreyra)

Cada sector llegó escoltado por un fuerte operativo policial que incluyó no sólo a las distintas fuerzas, sino la participación de cuerpos de Bomberos, Defensa Civil y el apoyo de la Municipalidad de Villa Allende, que había expresado por escrito a las autoridades sindicales, como al Ministerio de Gobierno y Seguridad, desaconsejar la realización del evento en este lugar.

Más de 300 policías

Policía de la Provincia había montado un operativo de seguridad desde el miércoles pasado, con 320 policías afectados, los que participaron en los controles de ingreso de los colectivos a Córdoba capital y a las inmediaciones de Villa Allende, además de los cacheos a los afiliados para entrar al predio, donde los participantes estaban obligados a dejar cualquier elemento que pudiese ser en una revuelta considerado peligroso, como botellas, desodorantes, equipos de mate o cremas.

En medio de esta rigurosidad policial hubo una persona detenida por ingresar con un arma cortante y denuncias por parte de trabajadores de Río Cuarto que hicieron saber que un auto particular se les cruzó en el camino con amenazas.

Desde antes de las 10, hora en la que la conducción del gremio había convocado a la asamblea, los grupos fueron divididos en los ingresos para evitar enfrentamientos entre los seguidores de Fittipaldi y Saillen.

La política no está ausente en esta pulseada por el control del gremio. Fittipaldi es oficialista e integra la lista de legisladores provinciales del PJ. Mientras en Saillen es un exlegislador provincial kirchnerista, que mantiene vínculos con sectores del oficialismo nacional.

Los contingentes de Río Cuarto, La Calera, Las Perdices y Villa María, entre otros, se fueron organizando en las filas de más de 500 metros del largo, prácticamente sin reparos del sol y sin posibilidad de hidratarse. Esta demora en el inicio predispuso al predio para un caldo con enfrentamientos.

La tensión policial fue tal que algunos efectivos se animaron a contar que ni en eventos bailables o en clásicos del fútbol habían observado tanta desorganización por parte de los convocantes.

La situación comenzó a tensarse con el correr de las horas, cuando antes de llegar al club los trabajadores debían presentar su última liquidación salarial y DNI en alguno de los seis puestos dispuestos por el Soelsac.

Sólo pasaban los afiliados que figuraban en los padrones, los que se revisaban en ese mismo momento. Esto ralentizó el ingreso, generó gritos y cánticos cruzados.

Algunos integrantes del Soelsac advirtieron que podría darse esta situación debido a que empresas de la limpieza retienen el cobro de la cuota sindical.

Esto no conformó a la gente de Saillén (+Soelsac) que a través de sus abogados denunció la desorganización y habló de una maniobra para que los afiliados no pudieran ingresar.

“Se quieren quedar con el gremio. Vienen por eso, vienen a romper. Soy del gremio, siempre viví igual, nunca me enriquecí, vienen porque saben que somos 15 mil afiliados y podríamos ser 5 mil más”, dijo un dirigente del sindicato que intentaba poner orden en medio de los gritos de quienes pedían el ingreso. En el interior del club estaba Fittipaldi y el resto de la conducción. Saillén, en cambio, no estuvo en el predio y desde su entorno aseguraron que por una orden de restricción pedida por la conducción no podía presentarse en la asamblea.

“Franco (Saillén) nos prometió que vamos a ganar el doble, por eso vinimos”, lanzó un seguidor de la oposición. Aunque no fueron pocos los que reconocieron estar sólo por temor a perder el trabajo. “Si yo no venía, perdí el trabajo. Tengo 21 años en la limpieza, cobro 120 mil pesos y no estoy en los padrones, una burla”, lanzó una mujer.

“Todavía no sé qué se vota, la lista, la junta”, preguntó otra afiliada que estaba al igual que otras mujeres informada que debía concurrir y levantar la mano. Nada más.

El recuerdo de Gabriela Pérez

La muerte de Gabriela Pérez, la trabajadora de la limpieza que hace un mes atrás murió a balazos mientras estaba en un acto organizado por Fittipaldi, sobrevoló a lo largo de toda la espera.

Un grupo de mujeres ingresó al predio con fotos de la joven muerta. “Asesino, Fittipaldi asesino”, se escuchó desde el grupo opositor varias veces. Pero idéntica exclamación salió de boca de los oficialistas. “Franco es el asesino, no me trajo nadie vine porque quería”, lanzó una mujer alineada con la conducción.

A las 14.30 los organizadores anunciaron que la asamblea debía postergarse una vez más. Un grupo de afiliados presionó por no poder ingresar, lo que obligó en varios momentos a que Infantería no les diera paso.

Si algo de tensión faltaba, en el interior del salón se dieron empujones y acusaciones a una mujer por entregar dinero. A las 15, y con cinco horas de demora, comenzó la asamblea. Fittipaldi estuvo en el escenario con el resto de la conducción. Desde los dos sectores propusieron los nombres para constituir la junta electoral.

La votación se dio a mano alzada, una tarea imposible para quienes debían realizar el conteo (los siete veedores enviados por el Ministerio de Trabajo de la Nación). Fue en ese momento que comenzaron los gritos y algunos festejos, los alineados de Saillen cantaron victoria y aseguraban que eran mayoría.

Jorge Pereyra, quien se presentó como abogado y vocero del exlegislador, aseguró que el sector opositor había obtenido el 70% de los votos.

El desconcierto fue tal, que algunos decidieron irse. Y cuando nadie entendía cómo se realizaba el recuento, la conducción anunció el pase a un cuarto intermedio sin más precisiones.

Los seguidores de Fittipaldi dejaron el club en medio de gritos e insultos a Saillen, mientras en el interior del salón Infantería reforzó la vigilancia.

A los pocos minutos, quienes estaban con la lista opositora anunciaron que debían irse. Para ellos, ya habían ganado. El 20 de diciembre, ambos sectores se medirán en las elecciones, pero antes el Ministerio de Trabajo de la Nación debe resolver cómo se elige un tema sensible: la junta electoral que organizará los comicios.

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