Ciudad de Córdoba: primer paso para reabrir el dispensario dermatológico de San Vicente
En Corrientes al 3000, en pleno corazón de barrio San Vicente de la ciudad de Córdoba, se encuentra un edificio abandonado que albergó por décadas a un dispensario especializado en dermatología. Pertenece al Patronato de Enfermos de Lepra y justamente ese lugar albergó a pacientes con esa enfermedad, que se caracterizó por ser un estigma social desde épocas bíblicas.
El dispensario Guillermo Basombrío atendió hasta finales de 2019. Cerró por varias razones: la institución que lo sostenía estaba en proceso de liquidación porque sus miembros no tuvieron reemplazos producto de que la lepra consiguió tratamientos exitosos. En palabras de quien fue el director de ese centro de salud por décadas, el médico Juan Ripoll, se quedaron sin pacientes.
Donaron equipos y el edificio cerró. Llegó la pandemia, pasó el tiempo y vandalizaron las instalaciones. En los últimos meses, el director del CPC San Vicente, Santiago Gómez, comenzó una movida para que las instalaciones se vuelvan a abrir, pero convertido en un dispensario municipal, algo de lo que carece ese tradicional barrio cordobés.
Siguiendo el camino se que emprendió para recuperar otra institución histórica de la zona como lo es el club Natación Suquía. “El pedido de un centro de salud para San Vicente es una constante de toda la comunidad, logramos contactarnos con los representantes del Patronato de la Lepra que son los responsables del antiguo Leprosario y nos pusimos a trabajar en conjunto para lograr recuperarlo”, comentó Gómez.
La única persona que aún estaba vinculada con esa entidad era la escribana Carmen Frontera Clara de Ferrer, de 99 años, quien fue presidenta del Patronato.
“Gómez se contactó con nosotros pidiéndonos que cediéramos la casa donde funcionó el dispensario sostenido por el Patronato del Enfermo de Lepra en dicho barrio. Nos explicó que recibió el compromiso del municipio para construir allí un centro de salud y que a su vez esa iniciativa responde a una necesidad que le plantearon los vecinos”, relató Frontera, que en enero próximo cumplirá 100 años.
“La respuesta fue que si con esa acción podemos contribuir humildemente al bienestar de los habitantes del sector, con todo gusto accedemos a su solicitud”, agregó.
Comenzó entonces un proceso para normalizar al Patronato, con el objetivo de que el dispensario sea entregado con cargo a la Municipalidad para que allí disponga de un centro de salud.
“El objetivo en una primera etapa es, a través de una nueva comisión normalizadora, ordenarlo administrativamente para luego si poder avanzar en ceder el inmueble de calle Corrientes al municipio con el objetivo que a futuro vuelva a ser un centro sanitario. En todo el proceso que estamos llevando adelante ha sido vital la colaboración de un profesor y exalumnos del colegio San Antonio de Padua y el rol clave de Inspección de Personas Jurídicas asesorándonos en cada paso que vamos dando”, afirmó el director del CPC.
Por su parte, la expresidenta del Patronato aseguró que “de este modo se da continuidad a la acción benéfica que durante décadas llevaran adelante tantos médicos que atendían gratuita y desinteresadamente a la comunidad en el dispensario de San Vicente y en el Leprosario de San Francisco del Chañar, con el apoyo de donantes anónimos, campañas de recolección de fondos y el generoso aporte de mucha gente durante largos años”.
“Creemos que esta cesión es una manera más de honrar su obra y su memoria”, añadió.
Primer paso
Este miércoles, Gómez abrió las puertas del dispensario después de casi cuatro años. En un recorrido del que participó La Voz, se pudo comprobar que el edificio fue vandalizado. Robaron de las paredes los caños de hierro en los que estaba la instalación eléctrica.
También destrozaron el mobiliario y se robaron todos los elementos de los baños. El sector posterior del edificio, que era una residencia que usaban los enfermos de lepra, está clausurado. Aparentemente, fue apropiado por un vecino.
No obstante, la estructura luce en buen estado general y no se observan filtraciones en los techos.
Este lunes, el viceintendente e intendente electo Daniel Passerini recorrerá el lugar. El objetivo es tener una idea de qué potencial tiene el edificio, ya que la intención es que se convierta en una dependencia de salud de la Municipalidad.
La historia del edificio
Registros del archivo de La Voz señalan que el 19 de julio de 1889 se instala “una leprosería frente al cementerio de San Vicente” debido al aumento “del número de leprosos y al temor de ciertas personas al contagio”. Así surgía el hospital del Perpetuo Socorro perteneciente a la Provincia.
Más tarde, surgió el dispensario Basombrío, que durante muchos años fue el único centro especializado en lepra. Cuando en 1939 se edificó el leprosario de San Francisco del Chañar, el dispensario de San Vicente se convirtió en lugar de paso.
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