Sonrisas
Este artículo está inspirado, en parte, en una actitud que el rabino Marcelo Polakoff emplea cuando una noticia que circula en el grupo de WhatsApp del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz) es interesante y a la vez agradable.
El rabino envía un emoji de una galletita dulce de marca conocida, que nos contagia el buen humor y nos arranca sonrisas. Abundan los artículos sobre el poder curativo de las sonrisas, pero no está mal de vez en cuando volver a sentir la necesidad de compartir actos que regocijan el alma y el corazón, más aún en estos momentos difíciles que está pasando mucha gente.
La risa es una expresión de alegría y de felicidad, y sus efectos se manifiestan interna y externamente en el ser humano. Es un signo de aceptación humana de la interacción positiva entre uno y los demás. La risa es un fenómeno contagioso que estimula a los demás a su alrededor.
Los investigadores demostraron que compartir con amigos una hora de buen humor y de sonrisas tiene el mismo efecto que hacer un ejercicio deportivo durante 15 minutos. La risa trabaja el sistema respiratorio, el diafragma, la zona abdominal y los músculos de la cara, las piernas y la espalda. Está comprobado que aquellos que sufren de dolores transitorios, si se ríen 10 minutos, pueden dormir y descansar sin perturbaciones.
El estrés reduce la eficiencia del sistema inmunitario y el sentido del humor aumenta la capacidad del cuerpo para combatir infecciones mediante la secreción de anticuerpos y mejora la presencia de células inmunitarias. Cuando nos reímos, se reproducen las células naturales que destruyen los tumores y los virus y aumenta la secreción del cuerpo de proteínas que combaten células enemigas del cuerpo.
El dicho “ríe y el mundo ríe contigo” suele utilizarse para transmitir optimismo y energía positiva en las personas. Pero ¿qué hace exactamente la risa dentro del cuerpo?
La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda la risa para tener un corazón saludable y señala que las investigaciones han demostrado que la risa promueve la reducción de la inflamación arterial y aumenta la producción de colesterol “bueno”. Además, contribuye a ayudar a todo el sistema cardiovascular.
Si un problema tiene solución, en hora buena; y si no lo tiene, no hay que hacerse mala sangre. La vida se termina y los problemas nunca se acaban. Brinda lo mejor de ti, conéctate con la vida y disfrútala sanamente.
* Imán, miembro del Comipaz
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