Imputan a la dueña de un perro labrador que atacó y lastimó a un niño en Unquillo
El fiscal del distrito 4, turno 3, Juan Pablo Klinger, imputó este lunes por lesiones culposas a la dueña del perro labrador que mordió a un niño de 12 en Unquillo, localidad de las Sierras Chicas, en el Gran Córdoba.
El hecho sucedió el domingo al mediodía, cuando el animal se escapó de la casa de la mujer y mordió al chico que jugaba a la pelota entre las calles Santa Fe y Marítimos de barrio Alto Alegre, de esa localidad.
El ataque le produjo lesiones en el pómulo derecho, en la boca y en el brazo. Fue asistido por un servicio de emergencias y trasladado al hospital regional José María Urrutia, de Unquillo.
Luego, para una mejor atención, fue derivado al hospital Pediátrico de Córdoba. El director del hospital, Héctor Ferreyra, contó que el chico fue atendido por consultorio por una herida en la cara y en la mano. Se lo suturó y luego regresó a su casa.
“Tiene una lesión de párpado y recomendamos que se atendiera en el Hospital de Niños. No estuvo internado”, relató. Además afirmó que se lo controló para descartar que el animal tuviera rabia. “No saltó ninguna alarma”, expresó.
A su vez, el director manifestó que durante la tarde del domingo también recibieron otro caso de mordedura de un perro callejero contra un niño, aunque dijo que no es habitual que atienden a chicos por este tipo de lesiones. También “se lo curó y se fue a su casa”, dijo.
Los padres del niño atacado hicieron la denuncia policial y luego accionaron ante la Justicia, que inculpó a la dueña y continúa con la investigación.
¿La agresión de un perro está relacionada con las razas?
Los hechos de mordeduras de perros potencialmente peligrosos vienen sucediendo con regularidad. El caso más grave terminó con la muerte de Trinidad por el ataque de dos dogos en la Capital.
De acuerdo al especialista en psicología canina, Sebastián Abalos, hay un concepto “muy reduccionista” con respecto al comportamiento de los perros. Según Abalos, la agresividad en los perros no depende únicamente de su raza.
“La conducta de un animal va desde algo instintivo, rebeldía jerárquica a causa de un mal manejo de parte de sus dueños, hasta un trastorno que puede ser genético o a causa de alguna enfermedad”, explica.
“La apariencia (fenotipo) no hace a la conducta (genotipo). Y el perro siempre da indicios de agresión antes de comenzar a atacar. Nunca ocurre de un momento a otro”, sostiene Ábalos.
En tanto, mencionó que la raza Labrador Retriever también puede mostrar agresividad a pesar de su reputación de ser sociables con los niños. Y analizó cómo “una crianza inadecuada y la falta de conocimiento de los dueños pueden contribuir a la agresividad en los perros”.
En general, enfatizó en la importancia de comprender que cualquier perro puede mostrar agresión y que no debe generalizarse según la raza o la apariencia.
Asimismo, enfatizó que la mayoría de las personas piensan que “si el perro tiene cara de malo, debe ser malo. Si tiene cara de bueno, es bueno. Y no es así. Los perros son predadores. Y dentro de la conducta de un predador, la agresión es parte de su día a día”.
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