El rol del agua en la medicina, el cuidado de la piel y la rehabilitación
El agua es un recurso noble que, además de la hidratación, ofrece múltiples beneficios vitales para el ser humano. Por ejemplo, es importante para la medicina, el cuidado de la piel y la rehabilitación.
Medicina
El agua ha sido el recurso base de la medicina desde épocas remotas de la humanidad. Estaba presente en los antiguos preparados que realizaban los curanderos o chamanes, y continúa en la actualidad con diferentes aplicaciones para tratamientos.
En la actualidad, es sometida a diversos procesos:
- Agua destilada: sustancia compuesta por H2O sometida a un proceso de destilación y purificación, en el que se eliminan las impurezas e iones de origen. Sirve para la hidratación, la limpieza del organismo, la preparación de soluciones, el mantenimiento de los equipos médicos, entre otros.
- Agua oxigenada: compuesto químico que se usa como un agente antimicrobiano y oxidante. Su principal función es limpiar y desinfectar, por lo que es ideal para el tratamiento de heridas. En los productos de cuidado personal, como los colorantes y las cremas dentales, actúa con un efecto blanqueador e iluminador.
- Agua boricada: solución compuesta por ácido bórico y agua, que posee propiedades antisépticas y antimicrobianas, y es por lo general, utilizada en el tratamiento de forúnculos, conjuntivitis u otras alteraciones oculares.
- Agua de azahar: hecha con los pétalos de la flor, es muy beneficiosa para depurar y regenerar los órganos, hidratarse, calmar dolores y combatir mareos y desmayos.
- Agua de rosas: preparada con los pétalos de la flor, tiene propiedades desinflamatorias y analgésicas para el tratamiento de la piel.
Cuidado de la piel
Además de hidratar el organismo, el agua es necesaria para conservar una piel sana. Algunos de los beneficios son:
- Aporta elasticidad: en la capa más interna, la dermis, se encuentra un reservorio de agua que le proporciona turgencia y permite los intercambios metabólicos. Cuando hay una mala hidratación, el organismo recurre a esa reserva, dejando una piel deshidratada, de aspecto externo opaco y con falta de tonicidad.
- Calma irritaciones y otras alteraciones cutáneas: el agua posee efectos calmantes y ayuda a refrescar la piel en los días más calurosos o después de la exposición solar. Cuando está caliente, es capaz de producir una sensación sedante sobre la misma. Si se aplica a una temperatura parecida a la del cuerpo (entre 34 y 36º C), puede usarse en pulverización para calmar irritaciones.
- Mejora el aspecto: sobre la piel se depositan a diario polvo y sustancias atmosféricas que la perjudican. Además, las células muertas y restos de cosméticos obstruyen los poros y no permiten que respire. Es por esto que para mantenerla saludable y bonita es necesario retirar todos estos restos mediante el uso de agua.
- Tonifica: el aspecto terso de la piel depende del contenido de agua que posea. Sin embargo, esto no depende únicamente del líquido que ingerimos sino también de la constitución de la epidermis para impedir la evaporación del mismo. Por lo tanto, cada persona tiene que analizar su organismo y garantizar la hidratación correcta.
Rehabilitación
A lo largo de los siglos, la terapia acuática o hidroterapia ha demostrado ser uno de los tratamientos de mayor eficacia para la rehabilitación. Los baños de remolino, las duchas bitérmicas y los chorros de presión son algunos de los dispositivos utilizados.
Se trata de un medio único para estos procesos, gracias a sus propiedades físicas: flotación (disminuye el peso del cuerpo en relación al grado de inmersión, dando al paciente y al terapeuta la habilidad de controlar las fuerzas de compresión sobre las articulaciones), viscosidad (moverse en el agua es como levantar “una pesa líquida”, permitiendo fortalecer los músculos en una postura funcional/erguida) y las presiones hidrostáticas e hidrodinámicas.
Estos tratamientos se realizan para mantener o mejorar las funciones del equilibrio, coordinación, agilidad, capacidad aeróbica, paso, locomoción, la mecánica del cuerpo y la estabilización postural. También son muy útiles para la fuerza, la potencia y la resistencia muscular, así como en las estrategias de respiración, los ejercicios terapéuticos y el entrenamiento funcional.
Además, el agua caliente mejora la relajación muscular, aumenta la circulación periférica y colabora con la estimulación del conocimiento del cuerpo, el equilibrio y la estabilidad del tronco.
El agua es un recurso tan noble, que nos da la vida, nos la cuida y nos ayuda a curarla cuando estamos en problema. Por lo tanto, debemos hacer un uso responsable y cuidado de ella.
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