Qué pasó con Tower Records: de la torre en Belgrano a cerrar todas sus disquerías en el mundo
Era el paraíso para los melómanos. La torre ubicada en Cabildo y Juramento ocupaba 2500m2 divididos en cuatro pisos. En sus pasillos podía encontrarse de todo, desde jazz y soul hasta folklore y lo último de rock nacional. La filosofía de su dueño era simple: inventarios gigantescos y largas horas de trabajo. Pero, como le sucedió a otras empresas, el avance de la tecnología y la digitalización cambiaron el consumo. Tower Records cerró sus puertas en 2006, aunque hoy atraviesa un revival con nuevos dueños.
Russell Solomon tenía solo 16 años cuando empezó a vender discos en la farmacia de su padre, Clayton, situada en el histórico edificio Tower Theater. Al principio, el joven había armado un pequeño sector en el que ofrecía títulos nuevos y usados. Lo llamó Tower Records Mart.
El origen de Tower Records
Pronto algunos clientes entraban con el único pretexto de ver la colección de Russ. Por eso tuvo que armar su propia puerta aparte de la del negocio familiar. Un tiempo después, Solomon decidió independizarse y abrir su propia disquería en Sacramento. Recién en 1960 creó la sociedad MTS Inc. para administrar Tower Records, su emprendimiento.
De Sacramento saltó a San Francisco y luego a Los Ángeles. Si bien Solomon tenía predilección por la música country, el jazz y lo clásico, él quería que todos los géneros estuvieran presentes en su tienda. Entonces le daba control a cada administrador para seleccionar qué artistas y discos tenían que estar sí o sí en su local.
Pronto llegó la expansión internacional. Tower Records abrió sus big stores, con su icónica marquesina roja y amarilla, en Canadá, Londres, Israel e incluso Japón, que se convirtió en una de sus principales fuentes de ingresos.
En los 90 Solomon llegó a operar más de 270 tiendas con ventas que superaban los u$s 1000 millones. La revista Forbes lo ubicó en el puesto 335° entre los 400 estadounidenses más ricos. Pero todavía la marca no había desembarcado en América del sur y para eso eligieron a la Argentina como su plataforma.
Tower Records en la Argentina
Tower Records abrió su primera tienda en la región en 1997 en avenida Santa Fe entre Callao y Riobamba. Era un local de 1700m2 con dos plantas repletas de discos, revistas, libros y CD Roms. La estrategia de la compañía no era abrir pequeñas disquerías, sino enfocarse en grandes sucursales con títulos importados.
Aquel lanzamiento se dio a través de un joint venture entre la casa matriz, el empresario inmobiliario Eduardo Costantini (45%) y el músico Pablo Zetoné (5%). El propio Solomon vino al país para la inauguración. La empresa incluso ya tenía en mente su próxima apertura: un big store en Belgrano.
El boom inicial de ventas se fue desinflando con el correr de los meses. A su vez, la competencia con Musimundo y Yenny era dura. A mediados de 1998, Costantini le vendió su parte a la casa matriz por u$s 5 millones. Bajo el mando de MTS Inc, la cadena abrió una tienda sobre la peatonal Florida y luego llegó el debut de la torre de Belgrano, la disquería más grande de América del Sur.
Para mediados de 2001, el holding planeaba emprender la retirada, pero apareció el fondo Condor Ventures, que se quedó con la franquicia. Unos años después la filial local entró en concurso de acreedores y en mayo de 2003 pasó a manos de un grupo de inversores compuesto por The Mouse Company, de Sergio Szpolski; Marcelo Fígoli, de la productora Fénix; Martín Ferraro, titular de la cadena de electrodomésticos Malvinas; y Fernando Sokolowicz.
Tower Records se replegó. Cerró algunas de sus sucursales en el país y apostó por locales de dimensiones menos ambiciosas. La firma tenía una deuda de casi $ 4 millones con sus acreedores en la Argentina y buena parte era con las discográficas. La licencia local fue adquirida por un grupo que prefirió mantenerse en el anonimato y en 2006 se despidió definitivamente del mercado argentino.
Quiebra y relanzamiento online
La salida de Tower Records de la Argentina no se debió solo a los problemas financieros locales y la caída del consumo del mercado doméstico. A nivel internacional, la empresa venía experimentando un crecimiento más lento, principalmente por el auge de las descargas de internet. A esto se le sumó la competencia por parte de jugadores retail, como Walmart, que empezaron a ofrecer discos a menor precio.
En febrero de 2004 MTS Inc pidió protección de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos para reestructurar su deuda bajo supervisión judicial. En total debía alrededor de u$s 110 millones. Michael Solomon, hijo del fundador, era el encargado de llevar adelante el negocio desde 1998.
La compañía se declaró en bancarrota a fines de 2004 y dos años después cerró sus puertas. Russell Solomon intentó volver al ruedo con una disquería en la misma farmacia donde había empezado su aventura. Sin embargo, su proyecto duró solo tres años. En 2018 murió a los 92 años de un ataque al corazón mientras tomaba whisky y miraba la entrega de premios Oscar.
El neerlandés Roald Smeets, cuya familia se dedica al negocio de los servicios financieros, adquirió la marca en una subasta en 2007. Trece años después, reabrió Tower Records como una tienda online. El año pasado inauguró un local en Brooklyn bajo el nombre Tower Labs. Su idea es que se convierta en un espacio para presentación de discos, conciertos íntimos y pop-ups.
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