Schiaretti: un golpe para su gobierno
Juan Schiaretti apostó a su electorado, sobre todo en Córdoba, pero también miraba al resto del escenario nacional. La derrota de Horacio Rodríguez Larreta a manos de Patricia Bullrich, en la interna de Juntos por el Cambio, fue un duro revés para la aspiración del gobernador y precandidato presidencial de participar en un futuro “gobierno de unidad nacional”.
Durante la campaña para las primarias, Schiaretti siguió abonando la posibilidad de un acuerdo opositor para después de las elecciones de octubre, pensando en una eventual segunda vuelta electoral.
Esperaba que un triunfo del jefe de Gobierno porteño lo mantuviera como protagonista en el escenario nacional.
En ese sentido, el gobernador se consideraba el arquitecto de esta propuesta de generar un próximo gobierno nacional amplio, con excepción del kirchnerismo.
Aunque no lo podía admitir en la campaña para las Paso, el ahora candidato presidencial cordobés tenía un acuerdo tácito con Larreta, que este domingo las urnas se encargaron de dejar dentro de los límites de las buenas intenciones.
En los primeros días de junio del año pasado, Larreta, Schiaretti, el radical Gerardo Morales y el liberal José Luis Espert admitieron que estaban dialogando para construir un “frente de frentes” opositor.
Esa propuesta había sido hecha pública por el propio mandatario provincial una semana antes, durante un encuentro con la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Fue evidente que Schiaretti blanqueó ante los empresarios un plan que ya tenía hablado con el jefe de Gobierno porteño.
Se sabe que un gran frente opositor se frustró por la férrea oposición interna de Patricia Bullrich, Luis Juez y, sobre todo, Mauricio Macri.
El triunfo de Bullrich en la pulseada interna de Juntos por el Cambio sepultó esa propuesta. Ahora, para Schiaretti, empieza otra historia.
“Voto útil”
En el acto de anoche, sin euforia, Schiaretti sostuvo que el triunfo de Javier Milei fue un “voto bronca” contra el Gobierno nacional.
El candidato presidencial también dijo que este lunes arrancará su campaña para las generales del 22 de octubre, con dos inauguraciones de su gestión provincial.
Desde su entorno admitieron que ahora inicia para Schiaretti “otra campaña” de cara a ese objetivo.
Los schiarettistas reconocen que lo que viene será una cuesta empinada. El gobernador deberá tener una estrategia para contrarrestar el “voto útil”.
“Los tres principales candidatos presidenciales (Milei, Bullrich y Sergio Massa) nos pueden restar votos. Nuestra apuesta seguirá siendo sumar dos nuevas bancas en la Cámara de Diputados”, describió uno de los peronistas que acompaña a Schiaretti en la campaña nacional.
El 27,5% que obtuvo Schiaretti en la provincia lo pone a las puertas de conseguir tres bancas en la Cámara Baja.
Pero los fríos números no lo dicen todo. Hasta los schiarettistas más optimistas reconocen que al mandatario provincial le será “casi imposible” retener los 563 mil votos que cosechó este domingo, al enfrentar a tres candidatos que tienen chances concretas de llegar a la Casa Rosada.
La ardua tarea de Schiaretti, de aquí al 22 de octubre, será pelear contra el “voto útil”, más que contra los otros candidatos presidenciales.
El gobernador no dejó dudas de que competirá en octubre. No hay ninguna posibilidad de un acuerdo político con los otros postulantes que quedaron en la carrera por la sucesión de Alberto Fernández.
Como está dicho, Schiaretti sólo dialogó con Rodríguez Larreta en los últimos tiempos. En su discurso, y luego en sus declaraciones, anoche ratificó que se ve lejos de Milei, a quien felicitó, pero lo identificó como el voto bronca contra el kirchnerismo y Juntos por el Cambio. Tampoco hay chances de diálogo con Massa, el candidato del kirchnerismo.
Con Patricia Bullrich, el gobernador cordobés nunca tuvo afinidad. Siempre la tildó como protagonista de la grieta.
Detrás de la ahora candidata presidencial de Juntos por el Cambio, está Macri. En los últimos tiempos, a Schiaretti y al expresidente los separa una grieta, utilizando el lenguaje del mandatario cordobés.
El acercamiento de Schiaretti a Rodríguez Larreta, tomaba en cuenta que este, además de buscar quedarse con la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio, también intentaba “jubilar” a Macri.
El distanciamiento entre Schiaretti y Macri es concreto, pero no habría que apostar a que sea definitivo. Falta el resultado de octubre para saber quiénes llegarán a un eventual balotaje.
En ese escenario, si Bullrich es una de las protagonistas, tal vez aparezca una posibilidad de negociación con Schiaretti, y también con Martín Llaryora, su sucesor confirmado.
Claro que Bullrich y Macri ya marcaron los límites de un posible acuerdo con otros espacios: será en el Congreso nacional, sin resignar lugares en un eventual nuevo Gobierno nacional. Macri y Bullrich no creen en un gobierno de unidad, el proyecto político que alimentó Schiaretti en los últimos meses y que este domingo sufrió un duro revés en las urnas. La gente votó masivamente a un candidato que pregona la antipolítica.
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