La Voz del Interior @lavozcomar: La historia del sacerdote irlandés que se enamoró de una cordobesa

La historia del sacerdote irlandés que se enamoró de una cordobesa

Corría 1967 y el joven sacerdote John Healy, a sus 27 años, estaba armando sus valijas en Irlanda para partir en misión humanitaria a Nigeria, en África, cuando una guerra desatada en Biafra modificó su raid y puso a Argentina en su horizonte.

Cancelado el viaje a África, le ofrecieron como alternativa un país de América del que nada conocía. Y aceptó, mientras buscaba en el mapa su nuevo destino.

Sin hablar ni una palabra de español, aterrizó en Cochabamba, Bolivia, donde tomó clases del idioma en un instituto, durante cuatro meses. Ya con algunas herramientas para facilitar su comunicación, llegó a Rosario, su primer destino en Argentina durante cinco años. De ahí pasó a la cordobesa capilla Alto Mieres, en Cosquín, por varios años más, hasta que su camino lo llevó a la ciudad de Córdoba, en 1979. De eso hace ya 44 años.

Vivió durante dos años en el Arzobispado, con el propósito de recorrer parroquias y colegios y luego, inició una fundación en barrio Villa Rivera Indarte, con una casa de misioneros de la Sociedad de Misiones Africanas. En esa época, se cruzó por primera vez con María del Carmen Sanguinetti, docente e hija del reconocido ingeniero Félix Sanguinetti, uno de los creadores del mítico Rastrojero.

“¿Ese es el famoso padre John?”, lanzó María a una de sus amigas la primera vez que lo vio.

El irlandés ya era un sacerdote reconocido en el ambiente. “Con un carácter muy especial, siempre llegaba corriendo a todos lados, por todo lo que hacía y con unas carpetas bajo el brazo”, recuerda hoy María del Carmen.

Café de por medio, reconstruyen una historia de amor que lleva más de tres décadas.

Sus más de 50 años en tierras argentinas no lograron borrarle a John el particular acento en su voz.

Se conocieron de forma circunstancial, ya que María formaba parte de un grupo de laicos que colaboraban con la causa. La idea –recuerda ella– era preparar gente, sobre todo médicos, para que viajaran a África en misiones humanitarias. “Era el año del sínodo en Córdoba y ahí lo conozco, nuestra relación era de trabajo y muy circunstancial”, señala.

En 1986, el sacerdote regresó a su país natal a vivir un año sabático y en su despedida, sucedió algo que modificaría el vínculo. “Estábamos bajando una escalera y yo yéndome a mi auto, y él aparece y le dice al grupo: ‘No se olviden de mí, escríbanme alguna carta’”.

John, el irlandés. María del Carmen, la cordobesa. Una historia de amor. (Gentileza)

María del Carmen decidió, casi por compromiso, escribir una carta y luego mandar una tarjeta de cumpleaños. Él respondió y a partir de ahí se estableció un intercambio epistolar fluido que disparó un vínculo de amistad que fue creciendo. “Uno va descubriendo a la persona a través del escrito”, asegura. “Si lo hubiéramos querido armar, no lo hubiéramos logrado”, desliza.

Tiempo después se enteró de que nadie, ni sus amigos más cercanos, le habían enviado ninguna carta. Al año, el religioso regresó a Córdoba.

Cambio de hábito

Con una formación que inició a los 18 años, John se percató de que algo, por primera vez, estaba cambiando. “Cuando me di cuenta empezó todo mi lio interno”, reconoce. Al cumplir 25 años como sacerdote volvió a Irlanda para celebrarlo con sus compañeros, pero con un sentimiento que no podía parar.

Luego de reflexionar, decidió afrontar lo que sucedía y pegó el “volantazo” de su vida. María y John se casaron y se radicaron en Pilar, en la provincia de Buenos Aires, para evitar “momentos incómodos” con el círculo de personas que los conocía.

María, viuda y con dos hijos, encontró apoyo en su entorno en esa decisión. Para la familia muy tradicional de John, del otro lado del océano, fue un fuerte cimbronazo.

A los 51 años, debía comenzar una nueva vida, ya fuera de la zona de confort del sistema eclesiástico que lo había contenido desde casi adolescente. Con necesidad de trabajar, y sin un currículum para presentar.

María del Carmen, que renunció al colegio católico en el que era vicedirectora, encontró rápidamente trabajo en otra institución escolar. John comenzó a dar clases de inglés.

Luego de dos décadas, regresaron a la ciudad de Córdoba.

John, el irlandés. María del Carmen, la cordobesa. Una historia de amor. (La Voz)

Mirada crítica

“La iglesia es una de las pocas organizaciones humanas que se puede dar el lujo de formar personas tantos años y después deshacerse de ellos”, señala John, sobre una de las cuestiones que la Iglesia debería revisar.

Los que dejan el sacerdocio, no pueden seguir ejerciendo el ministerio desde ningún rol, pese a la formación de años. Él debió saltar al mundo laboral por primera vez. Y corrige que no es correcta la expresión exsacerdote: “El sacerdocio es un sacramento como el bautismo, es por toda tu vida. Yo pedí dispensa para poder casarnos”, aclara.

En su formación tan estructurada estaba prohibido sentir, hasta que, sin buscarlo salió de esa burbuja.

Y acá están, John de 82 y María de 76, intercambiando miradas cómplices.

Presentación del libro “Soy el mismo”

Soy el mismo, es una autobiografía que escribió John Healy, editada por El Emporio Ediciones, en la que cuenta su historia desde su infancia en Irlanda, su educación y el giro que dio su vida en Córdoba.

La presentación se realizará el miércoles 23 de agosto, a las 18, en la Biblioteca Córdoba, de calle 27 de Abril 375. El libro tiene una versión en inglés que ya salió a la luz.

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