La inflación vuelve a dispararse
Los precios volvieron a acelerarse el mes pasado y en los primeros días de agosto, a partir de la suba del dólar, la incertidumbre preelectoral y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas principales medidas se desconocen.
En julio, la inflación en Córdoba fue de 6,8%, una aceleración en relación con junio, cuando los bienes y servicios habían aumentado 5,3%.
En siete meses, la suba acumulada en la provincia es de 58,4%, y la de los últimos 12 meses supera el 108%.
A nivel nacional, los datos se conocerán recién luego de las elecciones primarias del próximo domingo.
En la misma sintonía, el Banco Central postergó la difusión de los datos del relevamiento de expectativas de mercado (REM).
El hecho de posponer la publicación revela que los números de la encuesta entre consultoras y bancos no son favorables para el Gobierno nacional.
El ministro-candidato Sergio Massa ya tuvo al menos tres enfrentamientos con periodistas que lo consultaron por la fuerte alza de los precios en las últimas semanas.
El Gobierno prefiere no hablar de la inflación, pese a que las encuestas revelan que el 90% de la población considera a este problema como el más urgente por resolver.
Bien podría aplicarse aquí el dicho “dime de qué no hablas y te diré cuál es la inflación real”, que la administración de Alberto Fernández intenta ocultar ante el test en las urnas.
Más allá de los anuncios formulados por Massa en campaña, sobre los que están vedados por las normas electorales, el otorgamiento de una suma fija para los salarios más bajos, entre otros, ya está consumido por las subas de los últimos días.
La disparada está en relación con la incertidumbre sobre el resultado electoral, que puede afectar la capacidad de conducción del ministro de Economía, y también por la suba de los distintos tipos de dólar.
Esta corrida no pudo ser frenada por las amenazas de las autoridades y el uso de todos los organismos de vigilancia del Estado para desalentar a empresas y a particulares que pretenden proteger sus ahorros.
La seguidilla de aumentos, que había sido fuertemente cuestionada por Fernández y Massa durante la gestión de Mauricio Macri, en las semanas previas a las elecciones de 2019, mereció hasta ahora sólo tibias respuestas.
La promesa del retorno de Precios Justos desde el próximo martes 15 no entusiasma a las empresas, cuyos costos se han desbordado, ni a los consumidores, sabedores de que esos artículos son prácticamente inhallables en las góndolas.
Los mandatos de Néstor y de Cristina Kirchner y ahora el de Alberto Fernández han eludido hablar sistemáticamente de la inflación, al tiempo que proponen guerras y batallas que sólo pueden formar parte de un aburrido juego en las computadoras.
La emisión para sostener un gasto sin freno e ineficiente es la principal causa de esta debacle, que afecta la calidad de vida de millones de argentinos.
Es de esperar que las próximas autoridades asuman con palabras y medidas creíbles para una tarea que la sociedad coloca entre sus prioridades.
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