La desgarradora verdad de un mundo con Gobernabilidad ZERO
Tema musical para acompañar la lectura:
What a Wonderful World, de Louis Armstrong
Hagamos brevemente un poco de historia de los últimos 35 años, para dar contexto.
De adónde venimos en Sostenibilidad Global
En 1987, la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas publicó el Informe de «Nuestro Futuro Común», que acuñó el término de «desarrollo sostenible». Cinco años más tarde, en 1992, la Cumbre de la Tierra de Naciones Unidas en Río, destacó la importancia de la sostenibilidad e involucró a las empresas para que comuniquen sus acciones en línea con esta temática.
Empiezan los Reportes «voluntarios» de Sostenibilidad, pocos… pero empiezan.
En 1997 se soplan las brasas… con el Pacto Global de las Naciones Unidas, se alienta a las empresas a informar sus avances, y petroleras como BP y Shell, obligadas por inquietudes públicas, empiezan a publicar sus informes. Pero, hasta aquí, no había estándares que homogenizaran estos informes. En 1999 nace el estándar más usado hoy en día para los Reportes de Sostenibilidad, el Global Reporting Initiative o GRI, donde participa una Coalición con las Naciones Unidas incluida.
Hasta aquí, mencioné unas de las caras de la moneda, o mejor dicho, del cubo de participantes para reconstruir un mundo futuro mejor.
Vayamos al segundo participante: los países y sus líderes. Para ésto, debo nombrar las famosas reuniones anuales COP o Conferencia de Partes. Participan líderes, delegaciones gubernamentales, expertos en cambio climático, para discutir y negociar acciones para abordar el caos climático en el cual estamos. La primera fue en 1995 en Berlín y la futura será la número 28 en Dubai.
Es interesante ver su evolución en términos de representatividad. En la primeras, los gobiernos mandaban perfiles «técnicos», con escaso poder de liderazgo o asertividad en acciones de cambio que debían encararse en sus países. En la última COP número 27 en Egipto, el premier inglés intentó no acudir a las primeras reuniones, y la misma población empezó a usar las redes sociales para preguntar… «Dónde está nuestro premier, que no le interesa el cambio climático…». Esto no es bueno para las votos . Esto derivó en un viaje no planeado del líder británico al resto de la convención. Por cierto, recomiendo el primer capítulo de Black Mirror de la primera temporada. Encontrarán cierta analogía con esta historia…
Lo concreto es que la mayoría de los países prometieron ser carbono neutrales, o sea, si emiten X toneladas de dióxido de carbono, que es el principal gas de efecto invernadero y causa del calentamiento global, «prometen» compensar con bonos y proyectos que capturen ese X de toneladas de la atmósfera. Estas promesas convergerán en un período entre 2050 y 2060.
Muchas empresas grandes tomaron estas promesas e hicieron las suyas. Muchas dicen que serán Carbono Neutrales desde 2025 hasta 2050, en línea con los países, o siendo más exigentes aún.
Pero…. siempre hay un pero…
¿Quién certifica a los gobiernos? Hoy reportan varias variables a Europa sobre los objetivos de desarrollo sostenible (ODSs)
¿Quiénes certifican a las empresas en sus compromisos incluidos en sus Reportes de Sostenibilidad?
Si hablamos de países y gobiernos, NO hay leyes que obliguen a los países a cumplir sus compromisos de sostenibilidad. Sí hay objetivos nacionales, bastante usuales en países europeos nórdicos. También hay Acuerdos Internacionales, que son parte del Acuerdo de París, sin sanciones legales, con planes nacionales de reducción de emisiones (NDCs). Finalmente hay normativas locales en ciudades (CiudadesB, por ejemplo), que restringen ciertas prácticas o promueven, por ejemplo, energías renovables.
A nivel de empresas, si quieren cotizar en el Dow Jones, y adhieren el formato Dow Jones Index para su Reporte de Sostenibilidad, están obligados a presentarlo anualmente. Si tienen accionistas, sobre todo europeos, los mismos accionistas obligan a sus compañías a reportar. Y en algunos países, si las empresas pertenecen a alguna industria en particular, como la petrolera, se les pide que presente sus Reportes de Sostenibilidad
Si hablamos del subconjunto de la Economía Circular dentro la Sostenibilidad, puedo decir que se han implementado marcos legales o regulaciones específicas. La Unión Europea ha sido líder en esta temática. Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos, España son líderes mundiales además de ser europeos. Han emitido regulaciones relacionadas a los ecodiseños, gestión de residuos, uso de energías renovables y suelos contaminados. En Latinoamérica, Chile, Colombia, Brasil, Uruguay, Costa Rica y México ya tienen leyes y regulaciones en gestión de residuos. Más específicamente en Economía Circular, que es más amplio que la Gestión de Residuos, México implementó su Ley de Economía Circular en Marzo de 2023 y es uno de los líderes en la región, obligado por ser el de mayor PBI y el de mayor emisión de gases de efecto invernadero
Amor por el planeta o miedo por no cumplir
¿Qué pasaría si ciertos líderes de empresas NO «comulgaran» con la idea de migrar de un sistema lineal de producción (extraer minerales, producir, entregar, desechar) a un sistema circular donde el desecho, luego de ser reciclado y separado, vuelve a entrar en la cadena de producción? Esto es lo que se llama Economía Circular, antes mencionado…
¿Qué pasaría si el costo de cambiar del modelo lineal de economía a uno circular fuera mucho mayor a las multas? Sería perverso dañar el medio ambiente y pagar multas como son más baratas, ¿no? Técnicamente sería legal… Me duele pensarlo, imaginen lo que me duele decirlo…
Creo que la madre de todas las batallas está en que los Gobiernos, sobre todo de los países más desarrollados, repartan fondos de inversión para acelerar los cambios climáticos a los países menos desarrollados. Estos fondos vayan al Banco Mundial, el BID y Bancos Privados, con tasas 0 o muy bajas, para ser usados en proyectos «certificados» de reducción de emisión de dióxido de carbono (CO2), como los de reforestación, por ejemplo. Estos fondos terminan en empresas que financian su transición desde la Economía Lineal a la Circular (o sea más ecodiseños, cero desperdicios, y lo que sobre, vuelve a la producción, con poca o nula emisión de CO2)
No tenemos tiempo como «inquilinos» del Planeta Tierra para esperar que las leyes se diseñen, se promulguen, se reglamenten y luego se establezcan multas onerosas para que las empresas y los ciudadanos las cumplan y empecemos a «dañar menos» el Planeta que alquilamos.
Ya vivimos la falta de gobierno global con la pandemia, con economías y ciudadanos aislados, un virus que, sin planificación, fue imposible frenarlo y llegó hasta donde quiso llegar, vacunas mediante. No podemos darnos ese lujo con el calentamiento global, ¿no?
¿Cómo pueden ser más creíbles las acciones para el cambio climático?
Los Gobiernos deberían poner sus Planes de Descarbonización (Net Zero) a disposición de los ciudadanos en Internet, con indicadores en tiempo real, con trazabilidad basada en Blockchain para que sea inalterable y no en una presentación sólo bellamente diseñada. Adicionalmente, debería haber certificadores independientes e internacionales que certifiquen estos Planes, que de hecho, los hay, pero no lo están haciendo masivamente, sino en pocos casos.
Esto aplica al 100% a las empresas. En la mayoría de las compañías latinas que he tenido la oportunidad de dialogar en Latinoamérica, los Reportes anuales e Sostenibilidad están seriamente construidos (se demoran 3 o 4 meses en hacerlo) pero los Tableros de Control de estos Reportes tiene una cobertura de sus indicadores parcial y no total. He aquí la causa de lo engorroso de la elaboración de sus Reportes de Sostenibilidad. Tengo la convicción de que las compañías en su totalidad deberían tener sus Reportes de Sostenibilidad certificados por terceros independientes, y respaldados al 100% por tableros con indicadores, desde el primer día de cada año, mostrando qué se hizo durante los últimos 365 días, hasta el día anterior, y no en los meses de mayo/junio del siguiente año para mostrar que se hizo 16 meses atrás. No debe ser solo una declaración en un reporte, sino algo trazable, demostrable, es decir… creíble.
¿Qué pasará si NO cumplimos como países o empresas?
Todos los años vamos a tener noticias de récords de bajas/altas temperaturas, más sequías, menos alimentos. Aparecerán «refugiados climáticos» que migrarán de países (¡ayer hizo 66 grados de sensación térmica en una ciudad de Irán!!!). Los minerales escasearán, la energía no renovable será cada vez más cara, aumentará la inflación en el mundo, y con esto, más pobreza. Nadie quiere esto, pero lo estamos generando nosotros, por primera vez en la historia.
En fin… ¿empezamos ya? O mejor dicho ¿nos apuramos y aceleramos aún sin que nadie nos obligue? No olvidemos… somos sólo inquilinos de la Tierra, y nuestros hijos y nietos también lo serán… hagamos que nuestro propósito de vida sea el de dejar un mundo mejor, seamos gobernantes, empresarios o ciudadanos, hagamos lo que hagamos.
* El autor es Master en Economía Circular y Gestión Ambiental
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