Tras la demolición de un templo judío centenario, hubo disconformidad por el cuidado de algunas piezas sagradas
La semana pasada fue demolido un templo judío centenario ubicado en la calle Oncativo de la ciudad de Córdoba. Esta acción forma parte de la obra para ensanchar la Avenida Maipú. Algunas piezas sagradas quedaron bajo los escombros para ser trasladadas a otra sede en los próximos días. Dejar estos objetos de gran importancia a la intemperie causó indignación para algunos judíos.
Sin embargo, desde este domingo al mediodía se instaló control policial en la zona para resguardar el patrimonio histórico.
“Hubo una pequeña desinteligencia entre la empresa que hizo la destrucción, pero ya está todo solucionado. El lugar cuenta con custodia policial. Se pusieron a trabajar tanto la provincia, la municipalidad y la institución y se logró salvar todos los objetos sagrados. Está todo resguardado y ya se están planificando los traslados de los objetos”, explicó Adrián Ganzburg, presidente de Daia, es decir el representante político de la comunidad judía.
La Municipalidad de Córdoba había expropiado el templo hace año y medio atrás. El lugar ya no se usaba con fines religiosos desde hace 10 años. Las piezas sagradas serán trasladadas y custodiadas en otra sede judía de la calle Sarmiento de la ciudad.
“Cuando se demolió esas piezas estaban ocultas, por así decirlo, al fondo de los escombros. Estaban protegidas naturalmente porque tienen un peso y justamente por eso no se han podido trasladar en forma inmediata. Los especialistas calculan que hacen falta aproximadamente 12 personas más una mulita para poder estos objetos”, comentó Gustavo Guelbert, vicepresidente de la unión israelita sefaradí.
Las piezas corresponden a un candelabro de siete brazos y las tablas de Moisés, es decir los 10 mandamientos. Esta simbología tiene un sentimiento profundo y una gran importancia para los judíos.
Según las autoridades del templo, la demolición se realizó a últimas horas del sábado y la custodia se colocó este domingo al mediodía. Sin embargo, algunos miembros de la comunidad judía creen que haber dejado estos elementos históricos a la intemperie fue peligroso.
“Dejar nuestros símbolos en contra de una pared al lado de los escombros es una falta de respeto. Para los católicos es como si dejaran una cruz y una virgen tiradas en el piso tapada de tierra. Por respeto por la historia de sus ciudades los alcaldes no demolerían jamás una iglesia, una sinagoga o una mezquita de cientos de años para ensanchar una calle. Esta es la única historia viva que nos queda para mostrarles a nuestros hijos”, criticó el dirigente del gremio de los empleados del peaje (Uecara), Gustavo Rossi, también judío de origen sefaradí.
Ensanche de la Avenida Maipú
El proyecto contempla la ampliación de la traza desde la calle Sarmiento hasta Oncativo. Son las últimas cuadras restantes para dar por finalizado el proceso que conectará Ciudad Universitaria con el río y el Parque Las Heras-Elisa, que actualmente se encuentra en proceso de revitalización.
Al concluir el despeje del sector, iniciará una nueva etapa de ensanchamiento que sumará carriles y se prevé la bulevarización que dará continuidad al proyecto ejecutado desde el bulevar Illia hasta avenida Emilio Olmos.
Las avenidas Chacabuco y Maipú formarán un pasaje más amigable para el transporte particular, de pasajeros, ciclistas y peatones desde Ciudad Universitaria hasta el río Suquía y el Parque Las Heras-Elisa.
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