Talleres, mi buen amigo: el Matador y un triunfazo épico ante River por Copa Argentina
Fue una de esas noches en las que se hace un pacto entre tu club y vos. Sobre todos los hinchas “nuevos”, los más pequeños, los que recién arrancan a conocer lo que es Talleres.
Y tenía que ser justo en el día del amigo. Como para que ese grito “Talleres, mi buen amigo”, se sienta aún más especial, para toda la vida.
Es que el Matador jugó uno de esos partidos que sellan a fuego la relación con su gente. Que la hacen invencible.
Sí, porque agarró al River que venía de ser campeón del fútbol local dando recitales. Y lo bailó.
Fue en Mendoza, por los 16avos de la Copa Argentina, en un triunfazo maravilloso y mágico.
Porque no fue colgado del travesaño. Fue jugando el fútbol que le gusta a Talleres, que le gusta a su gente.
El “Millo” sufrió un duro revés y se quedó afuera de una competencia donde la “T” ahora espera rival entre Colón de Santa Fe y Lanús.
Pero, sobre todo, fue la confirmación del enorme momento de Talleres como club todo. Como institución.
Nada es casualidad. Ni el segundo puesto en la Liga Profesional 2023. Ni estos triunfos épicos.
Anoche se cruzaron los dos mejores equipos del país. Y el mejor fue Talleres.
Seguramente si Amadeo Nuccetelli, el legendario presidente de los años dorados de la “T”, volviera a la vida por algunos minutos, se hubiera parado en la platea del estadio Malvinas Argentinas para aplaudir con los ojos llorosos.
Porque todos aquellos que soñaron un Talleres grande, enorme, protagonista, jugando cara a cara contra los mejores, sintieron una enorme emoción en esos primeros 40 y pico de minutos en Mendoza.
Todas esas cosas y más fue un Talleres fenomenal, que bailó al campeón del fútbol argentino. River, todavía en “modo resaca”, tras los festejos del título, estuvo prácticamente de rodillas por largos pasajes de ese primer tiempo que es para grabarlo y que lo vean una y otra vez los pibes de la pensión de la “T”.
El equipo de Gandolfi salió a jugar de igual a igual de verdad ante el Millonario. Y lo pasó por encima en actitud, en juego y en fuego. Porque no solamente corrió y luchó. Sino que fue un equipo súper agresivo con la pelota en los pies.
El gol recién llegó a los 42 minutos, en la zurda de Rodrigo Garro.
Pero el talentoso zurdo ya había tenido una clarísima al palo 10 minutos antes y el paraguayo Sosa se había perdido un mano a mano que tapó Armani.
El Millonario no lograba encontrarse en el campo de juego, lucía perdido, y pudo irse abajo por más goles al vestuario.
Por suerte para el Albiazul, Gandolfi decidió romper la planificación y Herrera estuvo en el arco. Porque Guido sacó una pelota “a lo Guido” sobre el cierre de esos primeros 45 minutos (un cabezazo de Aliendro debajo del arco) que pudo dejar todo injustamente 1-1.
El Matador dejó un manual de cómo se puede maniatar a este River que parece invencible. Le cortó todos los circuitos, no lo dejó agarrar la pelota y lo hizo sentir vulnerable.
Para el segundo tiempo, se aguardaba la reacción del equipo de Demichelis.
Talleres intentaba no retroceder y sostener el juego de esa gran primera etapa. Meterse atrás sería muy peligroso y Gandolfi lo sabía.
River tuvo un cabezazo de Rojas que tapó Herrera antes de los cinco y fue un primer aviso. Antes de los 10, Guido volvió a aparecer ante un remate cruzado de “Nacho” Fernández y el panorama parecía ser ese hasta el final.
Pero Talleres soportó los ataques del campeón hasta el final, con el alma. Y terminó celebrando una victoria hermosa y para recordar.
Para que su gente se vaya cantando “Talleres, mi buen amigo” por las callecitas de Mendoza. Por esta noche, para toda la vida.
El resumen de TV del 1-0 de Talleres sobre River
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