El pedido del campo, la presión del FMI y el mensaje de la sequía en un país sin dólares
Mientras en Washington se intensifican las negociaciones para destrabar el acuerdo con el FMI, tanto el ministro Sergio Massa como el resto de los principales aspirantes a la Presidencia, se encontrarán estos días con la posibilidad de presentar sus propuestas para fortalecer al sector en el que, con o sin deuda, históricamente se juega la suerte de un país con economía primarizada: el campo.
La Exposición Rural en el predio de Palermo será desde hoy un lugar por el que no solo desfilarán los mejores ejemplares de la ganadería argentina sino, sobre todo, una gran cantidad de candidatos que a tres semanas de las elecciones primarias buscarán captar la atención de los representantes del sector agropecuario y las economías regionales.
Por allí pasarán Massa, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Javier Milei y Juan Schiaretti, entre otros. Y los dirigentes rurales les plantearán sus preocupaciones por las retenciones, el tipo de cambio y la previsibilidad que requieren para proyectar su actividad, con la certeza de que entendieron la importancia que tiene el campo en la economía argentina, luego de observar las graves consecuencias que dejó la sequía. Entre ellas, no contar con los fondos suficientes para afrontar los pagos de deuda y equilibrar las cuentas.
Dos décadas han pasado ya desde el tiempo en que la Argentina lucía superávits gemelos, particularmente gracias al aporte de la agroindustria. Hoy, con déficit fiscal, comercial y reservas en rojo; es importante que a la urgencia por alcanzar un acuerdo que supere el crítico escenario de vencimientos con el Fondo le acompañe la necesidad de atender la problemática de un sector cuya debacle, en sí misma, fue una de las razones de peso para que la Argentina se encuentre en esa delicada posición.
Como reflejan los datos dados a conocer por el Indec, la sequía provocó un derrumbe de casi el 44% interanual en la actividad del sector agropecuario en mayo, lo que marcó no solo la dura caída del 5,5% en la economía. También esa fuerte baja fue el factor que alimentó el creciente déficit de una balanza comercial, en la que las exportaciones perdieron casi u$s 11.000 millones solo en el primer semestre del 2023 frente al mismo período del año pasado.
Un número que se agravará si se cumple la previsión de una caída de u$s 20.000 millones solo en las ventas al exterior del sector para todo el año, porque de allí provienen dos de cada tres dólares que ingresan las exportaciones al país. Sin esa fuente de divisas, las cuentas no cierran.
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