Crimen de Joaquín en Laboulaye: qué dice la carta que escribieron profesores del Ipem Nº 278
Desde hace días, el crimen de Joaquín Sperani (14), el adolescente laboulayense, está en boca de todos. Este sábado, la manzana del “horror”, donde el domingo 2 de julio se halló el cadáver del chico en una casa abandonada está en silencio. Ayer culminaron las clases en el Ipem Nº 278 Malvinas Argentinas, donde el chico asistía y se levantó la consigna policial que resguardaba la escena del crimen desde hacía días en la “tapera” de Sarmiento al 470.
Mientras tanto, la investigación a cargo del juzgado de Control, Faltas, Niñez, Juventud, Penal Juvenil, Violencia Familiar y de Género a cargo del juez Sebastián Moro continúa avanzando bajo un hermetismo absoluto. Ayer se supo que en este caso no habrá feria judicial y se seguirá trabajando para llegar a la verdad.
La familia Sperani-Flores informó que los padres de Joaquín fueron “abocados a la causa” y que por ese motivo no se realizarán nuevas movilizaciones. Se presume que tampoco harán nuevas declaraciones públicas.
Las últimas declaraciones de Mariela Flores, la madre del adolescente asesinado, fueron de reproche tanto hacia el curso de la investigación como para las autoridades escolares y el municipio.
El viernes a última hora, profesores del Ipem Nº 278 escribieron una carta que hicieron llegar a La Voz.
“En el día de la fecha -7 de julio de 2023- nos reunimos docentes del Ipem Nº 278 Malvinas Argentinas para dejar constancia de nuestro apoyo a la familia del estudiante Joaquín Sperani por los hechos sucedidos que son de público conocimiento”, arranca la carta. Y prosiguen: “Nos solidarizamos y acompañamos a su familia desde el primer momento desde su búsqueda y que a pesar del profundo dolor que sentimos, debemos seguir trabajando por y con nuestros estudiantes en pos de resguardar a los mismos”.
El viernes, una profesora brindó una entrevista para un medio de comunicación porteño y aseguró que había visto a Joaquín el jueves 29 de junio en las inmediaciones del colegio antes del horario de ingreso en el turno tarde, entre las 13.20 y 13.30. Si bien ahora no era su profesora, lo había tenido en segundo año. Según su relato, aseguró que el chico era víctima de acoso escolar.
Sobre ese punto, los profesores que elaboraron el documento que difundieron se despegaron de esas declaraciones. “No somos partícipes de los comentarios ni de las opiniones vertidas en la prensa. El motivo de no realizar declaraciones públicas es para resguardar la integridad de nuestros menores y no entorpecer la investigación”, detallaron.
“Como personal docente estamos a disposición de la Justicia y el Juzgado que está a cargo de la investigación para todo lo que se requiera, que se prestó colaboración y se seguirá haciendo”, profundizaron.
Ni bien ocurrió el crimen de Joaquín, equipos interdisciplinarios del Ministerio de Educación viajaron a Laboulaye para trabajar de forma conjunta con los docentes y hacer el seguimiento del alumnado en las actividades que se retomaron el jueves con jornada reducida, según confirmó una alta fuente de la gestión educativa a La Voz.
No obstante, se aclaró que la secundaria es objeto de una investigación administrativa.
“En nuestra escuela, ante situaciones problemáticas que se dan en las aulas con nuestros estudiantes se trabaja de forma permanente y en jornadas especiales, tales como las Jornadas Interdisciplinarias de Integración de Saberes (JIIS) que son de público conocimiento en la comunidad educativa”, describieron en la carta.
Por último, se dirigieron a la comunidad de Laboulaye y expresaron que lo ocurrido con Joaquín “nos atraviesa no sólo como profesores, sino también como familia”.
“Queremos llevar tranquilidad a nuestros estudiantes y sus familias, haciéndoles saber que siempre los hemos acompañado en sus trayectorias y estamos comprometidos en escucharlos y contenerlos en esta difícil situación. Con profundo respeto abrazamos a la familia de Joaquín y rogamos para que se haga justicia”, concluye la carta, firmada “Equipo docente del Ipem Malvinas Argentinas”.
Qué pasa con L., el adolescente demorado en Complejo Esperanza
La familia de L., el amigo sospechado por el crimen de Joaquín, quien está demorado en el Centro de Admisión y Diagnóstico (CAD), en Complejo Esperanza, para resguardar su integridad, designó como abogado a Raúl Palacios. Vale aclarar que el mismo chico cuenta con la asistencia de una defensora pública en el proceso penal juvenil que ya mantuvo con él los primeros diálogos.
Palacios consignó a La Voz que asumió la defensa el jueves y que todavía “no había podido hablar con su defendido ni había tenido acceso al expediente”.
“Sólo hablé con los papás y con el juez Moro”, aportó. También destacó que los padres del adolescente, cuya condición ante la ley es de inimputabilidad dada su edad de 14 años, tampoco han podido ver a su hijo.
A la par, Palacios destacó que la familia de L. estuvo presente en la búsqueda de Joaquín en Laboulaye. Luego del hallazgo del cadáver las partes dejaron de mantener contacto.
Morir a los 14: cronología de un crimen que conmueve a un país
De acuerdo con lo que consta en la causa judicial, Joaquín desapareció el jueves 29 de junio cuando llegó a la escuela Ipem Nº 278 “Malvinas Argentinas”, dejó la bicicleta en el patio del colegio y se retiró sin ingresar a clases.
Ese jueves, después de las 16, se perdió todo rastro del muchacho. Las cámaras de seguridad de la zona analizadas muestran el momento en que el chico camina por la vereda, a metros de su escuela, acompañado por L., su amigo y compañero de colegio, que hoy está demorado y sospechado de ser el autor del crimen, luego de que el domingo dijo ante las autoridades policiales y judiciales, según trascendió, que él “lo había matado”.
Ese 29 de junio los padres de Joaquín se alarmaron al no tener noticias suyas después de clases y radicaron una denuncia en la Unidad Departamental de Laboulaye que dio origen a la búsqueda.
Finalmente, el domingo el cuerpo del adolescente fue hallado por vecinos en una vivienda abandonada ubicada a poco más de 100 metros del colegio, tras lo cual fue detenido el amigo de Joaquín, que no puede ser imputado por el crimen debido a que tiene 14 años y no es punible de acuerdo con las leyes vigentes en Argentina.
La autopsia determinó que el chico tenía múltiples golpes en la cabeza que le ocasionaron un traumatismo de cráneo y daño encefálico que derivó en su muerte.
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