Los dilemas sobre el tablero de ajedrez electoral
el país.
Estamos en vísperas de una campaña proselitista relativamente corta, en la cual tanto el oficialismo como los distintos armados del arco opositor deberán armonizar el lenguaje discursivo ante un electorado bonaerense que no está con el oído muy receptivo a la discusión política o afirmaciones mentirosas.
La población está esperando propuestas razonables antes de las PASO del domingo 13 de agosto, ante una realidad económica y social que parece no cambiar nunca.
En paralelo, y en medio de cualquier disputa coyuntural como siempre, la agenda política se pasea con una una urna en la cabeza. En rigor, son debates lógicos que se dan antes de cada elección. Incluso ahora, cuando los espacios se preparan para discernir sus diferencias en internas.
En las diagonales, el gobernador Axel Kicillof aporta sensaciones ambiguas. Por un lado le corre el cuerpo a la rosca, pero después se suma a cónclaves con intendentes peronistas, organizadas con el propósito de “bajar línea discursiva” sobre sus territorios municipales, siempre enfocada en la “evaluación positiva de su gestión” en los últimos meses, a partir de la reactivación de obras de infraestructura que habían sido paralizadas durante la administración de Cambiemos en la Provincia, como contraste esencial.
La papeleta electoral de Kicillof en la Provincia “va a traccionar votos de abajo hacia arriba” para poder hacer una gran elección nacional y empujar la candidatura de Sergio Massa”, aseguran desde su desconfiado entorno ministerial, aún cuando parece apelar al marketing político como estrategia comunicacional por la reelección bonaerense.
Se sabe, apalancar a Kicillof en su intento reeleccionista en la PBA, parece ser la maniobra política central de la vicepresidenta Cristina Kirchner, más allá de la suerte del tigrense en la votación nacional.
Por si acaso, también el jefe de Gobierno porteño y postulante en la dura interna presidencial Horacio Rodríguez Larreta, mandó a resaltar en colorado el tramo de la boleta bonaerense que encabeza Diego Santilli, como táctica para apuntalar el nido de las palomas del PRO.
En definitiva, así como los peronistas K con su nuevo armado de Unión por la Patria procuran repatriar el voto de los “desencantados” con el Gobierno nacional, los amarillos del PRO buscan pescar votos dentro de la misma pecera doméstica frente a la también postulante a la Rosada, Patricia Bullrich junto a sus halcones y su precandidato a gobernador, Néstor Grindetti, quien hace unos meses se tomó licencia como alcalde de Lanús para ocupar la presidencia interina del club Independiente de Avellaneda.
La exministra de Seguridad de Mauricio Macri se diferencia de Rodríguez Larreta por su temperamental decisión de “ir al hueso”, prometiendo terminar “con la era de los piquetes” y con los intermediarios (políticos) en los planes sociales”.
Ahora Juntos por el Cambio, a partir de la pérdida de centralidad del PRO por sus disputas internas, se propone llevar adelante un gobierno de coalición y consenso. En esa tensión, lógicamente, surgen diferencias ideológicas. Habrá que ver cómo juegan estas diferencias en un futuro e hipotético gobierno nacional o bonaerense de JxC.
Por otra parte, en las frías escalinatas legislativas también hacen números pensando las bancas que ponen en juego en las elecciones generales de octubre, los diputados y senadores bonaerenses, tanto del oficialismo como de la oposición.
Esos datos serán clave para el futuro funcionamiento -hoy, a media máquina- de la Legislatura. Los dos primeros años de Kicillof transcurrieron con minoría en el Senado bonaerense, situación que recién pudo empardar después de las elecciones de medio tiempo en 2021.
Si UxP finalmente logra retener la gobernación, como muchos analistas sostienen, coincidiendo en que podría darse el caso de retener la Provincia pero perder la elección nacional , el control parlamentario sería vital.
Ser gobernador con un Presidente de otro color político y sin manija legislativa, sería la peor pesadilla de cualquier dirigente que aspire a ocupar el sillón principal de calle 6.
En el Senado – donde entre otras secciones electorales, se eligen representantes por la Sexta- los números parecen muy finos, y no habría grandes cambios, a menos que las elecciones arrojen algún resultado inesperado para uno u otro lado, sobre todo en las secciones del Conurbano, que por el sistema de reparto y la densidad del padrón pueden hacer alguna diferencia.
En nuestra región, por caso, renuevan tres senadores cada espacio, y la variación podría ser de un nombre como mucho. Hoy la paridad es de 3-3, y podría quedar igual o pasar a una relación 4-2, pero no más que eso. Un fino equilibrio de poder, luego de un armado complejo, que será fundamental para saber cómo le irá al próximo gobierno -con Kicillof o Santilli/Grindetti- según deslizan emisarios del palacio de las leyes.
En las diagonales, en tanto, la pulseada electoral en proyección puede darse entre “Julio contra Julio”. El actual alcalde platense Julio Garro -uno de los primeros dirigentes del PRO macrista – buscará su tercer mandato municipal, respaldado por el larretismo.
“Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, y ser profundamente humanista”, subrayó desde la vereda opuesta el ministro y candidato a intendente Julio Alak, en su primer acto de campaña.
https://www.lanueva.com/nota/2023-7-8-5-0-4-los-dilemas-sobre-el-tablero-de-ajedrez-electoral
Compartilo en Twitter
Compartilo en WhatsApp
Leer en https://www.lanueva.com/nota/2023-7-8-5-0-4-los-dilemas-sobre-el-tablero-de-ajedrez-electoral