Su abuelo trajo al país la vacuna contra la polio y él quiere construir un unicornio de la salud
Si bien Valentina es la única de los 11 primos que decidió dedicarse a la medicina, hay otra excepción. Mathias, el menor de los tres hijos de Carlos «Calilo» Sielecki, se crio adentro de un laboratorio. «Siempre supe que iba a estar en la industria de la salud. Supongo que por genética, herencia o no puedo explicar bien por qué», destaca.
Cuando era chico caminaba por la planta de Phoenix sobre la calle Humahuaca, en Almagro, y corría al cuarto piso donde estaba la oficina de su papá, con el que comparte también su pasión por los autos, especialmente los modelos clásicos. «Me llamaba la atención que la gente tomara los medicamentos y no les diera la importancia que tenían. Yo veía el otro lado, el monstruo que era poder hacer esa pastilla», comenta.
Desde hace más de un año Sielecki, de 29 años, vive en Ciudad de México. Ahí se mudó junto a su pareja para analizar el ecosistema de salud y preparar el lanzamiento de Wiri Salud, el emprendimiento que refundó en 2019. Antes ya se había expandido a Ecuador, en 2020, aunque lo desplegó de manera remota. «En América latina el 90 por ciento de la población depende de la seguridad social y la salud pública, que son un desastre. Nosotros venimos a solucionar eso», remarca.
A los 10 años Mathias creó su primer «emprendimiento», un e-commerce en el que vendía videojuegos truchos. Durante el colegio y la facultad, recuerda, siempre fue «el alumno con potencial pero que no se esfuerza». «Ese típico que en el boletín le ponen: ‘Puede hacer más'», señala.
El primer proyecto
La parte teórica no le interesaba, en cambio, armar planes de negocios era algo que lo entusiasmaba. Y su primera startup de verdad surgió al armar su tesis para recibirse de licenciado en Administración de Empresas en la Universidad de San Andrés.
Así nació DrApp en 2016, una plataforma que digitalizaba historias clínicas y permitía solicitar turnos médicos online, con una inversión inicial de u$s 75.000. La compañía llegó a procesar 250.000 turnos por mes, sin embargo también hubo obstáculos. «Palos, equivocarse y cicatrices», resume. Y ejemplifica: «Al principio contratamos perfiles part time que eran más baratos y aprendimos que eso nos costó 100 veces más que si hubiéramos puesto a una persona semi senior».
Incursionar en el negocio de la salud siendo un Sielecki no fue sencillo. «Mi apellido fue mi peor maldición en algunos casos. Intentábamos cerrar deals con otros laboratorios y no querían. Me decían: ‘Vos sos tu familia’. Y no lo soy, tengo otros socios e inversores», resalta.
Antes de emprender, mientras estudiaba, trabajó part time como analista de Estrategia de Negocio en el laboratorio Elea (N.d.R: En 2017 Elea compró Phoenix. Los Sielecki se la habían vendido a la británica GSK en 2010). «No era lo mismo yo que el de al lado me trataban más entre algodones», comenta sobre la empresa de la cual su padre es accionista.
Por un lado, se le abrieron muchas puertas, pero, por el otro, hubo varias contras. «Te quitan mérito y eso duele, pesa y jode. Es muy difícil salir de la sombra y es una lucha diaria», afirma. Por eso, comenta, expandir su emprendimiento a México y Ecuador fue una bocanada de aire fresco. «Acá eso no existe y nadie conoce a mi familia. Fue armar todo de cero».
Nuevo modelo de negocios
En 2019 DrApp se transformó en Wiri Salud con un nuevo modelo de negocios para poder escalar. «Ni yo ni mi socio estábamos ahí para tener un negocio que gane un poquito de plata, teníamos el sueño del unicornio y expandirlo en América latina», asevera. Ahora la healthtech cuenta con una pata B2C en la Argentina y en Ecuador y una B2B para el mercado mexicano y el ecuatoriano.
El modelo utilizado en el país comprende dos propuestas: un marketplace pay-per-use en el que los usuarios reservan turnos médicos con un costo promedio de $ 1500, de los cuales Wiri se lleva un 20 por ciento, y hoy mueve 80.000 consultas por mes; y un sistema de suscripción mensual que presentaron recientemente.
En tanto, en Ecuador y México apostaron por las empresas como clientes. «A cada empleado le asignamos un médico de cabecera que le hace un chequeo y en función de eso le armamos un plan que incluye salud mental, nutricional, ejercicio y wellness. Las empresas tienen sanos a sus empleados y así se tiene a un empleado más productivo, con menos ausencias y más fidelizado», resume el CEO de Wiri.
Para fin de año esperan llegar a los 40 clientes corporativos y facturar u$s 1 millón, el mismo monto que hasta ahora recibieron de inversión, entre los tres mercados.
Para Mathias, la IA será clave en el desarrollo del negocio. «Va a ayudar a no necesitar al médico día a día. Se va a migrar hacia algo más influenciado por la data, que va a ser más en casa que en el hospital. El médico va a ser una barrera mucho más futura en el proceso del paciente», analiza. A fin de año cree que su rol en México podría ser «redundante». Pero todavía no tomó la decisión de regresar al país. Todo depende de la estrategia: si se enfocan en los tres mercados que ya tienen prefiere quedarse allá, sino su próximo destino podría estar en Colombia o Brasil.
La versión original de esta nota se publicó en el número 354 de revista Apertura.
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