La Voz del Interior @lavozcomar: Santi Celli, a otro ritmo: Tuve la necesidad de hacer un disco que se pueda bailar más

Santi Celli, a otro ritmo: Tuve la necesidad de hacer un disco que se pueda bailar más

Es viernes, todo indica que en las próximas horas el frío se apoderará de la ciudad y, mientras tanto, Santiago Celli se acomoda junto a su guitarra para tocar unas canciones en la redacción de La Voz.

Atento, meticuloso, el músico persigue un estándar de calidad en casi cada movimiento que hace. Prueba, busca, graba, escucha. Intenta encontrar su mejor voz, el mejor sonido posible. La paciencia y la constancia podrían ser dos de sus características definitivas, más allá de esa capacidad que, desde hace al menos una década, ha sabido moldear en oficio cancionero.

El cordobés –hace tiempo radicado en Buenos Aires y amigo cercano de Ale Sergi y Juliana Gattas– pasó por el lugar que lo vio nacer para actuar en la previa del reciente concierto de Miranda!. Y también para dejar claro que el disco que estrenará en septiembre tiene sabor a bisagra en su trayectoria: un camino que, desde la separación de Salvapantallas, en 2019, lo ha visto convertirse en uno de los compositores pop más prestigiosos de su generación.

Por amor al arte: referentes convertidos en colegas

“Por momentos es muy muy natural, porque no dejamos de ser personas que nos dedicamos a lo mismo y todo lo demás; y después, cuando tomo conciencia, está buenísimo”, dice Celli sobre un presente que lo ve cerca de varios referentes de la composición y la producción como el mismo Sergi, Cachorro López o Didi Gutman, una de las mentes detrás de su cercano tercer disco solista.

“Es tan natural que no me di cuenta de cuándo ni de cómo pasó, pero lo valoro como un premio o una especie de recompensa de todo el trabajo que vengo haciendo hace rato”, reflexiona el cantautor, quien a su vez se encuentra presentando un adelanto por mes del álbum que lanzará con la llegada de la primavera.

“El disco fue una experiencia increíble”, asegura en medio de una previa que incluye prensa, producción de videoclips y todo “lo que no se ve” detrás de un lanzamiento con respaldo industrial.

Es la etapa final de un proceso que inició hace aproximadamente un año. Junto a Nahuel Barbero y a Diego Mema, también cordobeses, Celli emprendió una aventura musical que contempló a Gutman como socio del otro lado del Atlántico. Por eso, el tercer opus del exintegrante de Salvapantallas tiene tanto de Buenos Aires como de Madrid y de las sierras de Córdoba, los tres lugares en los que fue gestado.

El músico cordobés Santiago Celli junto a sus colegas Diego Mema y Nahuel Barbero. Junto a ellos, el productor Didi Gutman. (Gentileza Julián Lona)

La dirección: viajar para crecer

A mediados de 2022, después de todo el ruido que generó El juego del amor, su tema con la “China” Suárez, el cantautor se encontró saturado y necesitado de aire. Viajó por primera vez a España y se terminó quedando cuatro meses. Volvió con la idea clara del disco pop que quería hacer y que cocinó a fuego lento, casi en oposición al método con el que concretó sus dos primeros LP individuales (Reset y Atte. Celli, publicados entre 2020 y 2021).

“Allá di con Didi Gutman, que ahora trabaja con Nathy Peluso, pero yo lo conozco de la época de Brazilian Girls. Tuvimos una sesión muy linda con él y con Cachorro (López), que como una sorpresa se fue especialmente de Barcelona para eso, así que fue divertido. Ese tema está dentro del álbum, va a ser uno de los próximos adelantos y fue el puntapié para hacer un disco completo con Didi”, rememora Celli.

Luego de viajar a España nuevamente en diciembre con Barbero y Mema, el trío de cordobeses (siempre con la guía virtual de Gutman) redondeó la última parte del proyecto durante una semana en una casa “en la montaña”.

Celli cuenta esa experiencia fue de “muchísimo trabajo, concentración y disfrute”. Y asegura que ese proceso atravesado por la amistad y la convivencia tuvo “mucha mística”.

“Me siento un privilegiado de poder dedicarle todo mi tiempo y energía a esto”, dice al momento de repasar los anticipos que salieron luego de Ya ni mis amigos me contestan (lanzado en octubre de 2022): Incomprendida, junto a Chano, y el más reciente Me lo buscaba.

Lo que viene por delante son más adelantos entre julio y agosto, el estreno del disco en septiembre y sus correspondientes presentaciones en vivo (por ahora, con un teatro Vorterix confirmado y más fechas por anunciar). “No veo las horas de armar el show en vivo de este disco”, se ilusiona el cordobés, quien se muestra tan sereno y confiado como cuando se lo escucha cantar.

–¿Sentís este proceso como una ruptura con tus discos anteriores?

–Siempre tengo ese problema de la dualidad entre la guitarra y las canciones más soft, y el pop. No es un problema, en verdad, son decisiones que voy tomando o tengo al alcance de la mano. Antes de empezarlo, decidí hacer un disco pop porque mi segundo disco, a la hora de llevarlo al vivo, me proponía un formato más acústico, una cosa más tranquila, y a mí me divierte tocar más grande también. Tuve la necesidad de hacer un disco que se pueda bailar más, que se pueda disfrutar más de parado. Tenía ese deseo y empecé a componer con ese norte, y efectivamente es un disco que quiebra todo lo que hice antes. Junta el mundito cancionero, pero con una producción que es la más detallista y completa que he abordado. Estuvimos en la elección de cada minidetallito, nunca me había sentido tan entusiasmado antes de un lanzamiento.

–Entre tu segundo disco y este, te tomaste un tiempo que antes no habías tenido. ¿Cómo influyó en el proceso creativo?

–Me sirvió bastante porque pude madurar un montón de cosas. Saqué dos discos bastante rápido porque necesitaba repertorio para salir a tocar. Después salió el tema con la China, que encima fue un montón de exposición, y de una manera distinta a la que yo estaba acostumbrado, y quedé un poquito saturado de eso. Ahí me di cuenta de que quería parar la pelota, pensar bien qué quería hacer, cuál iba a ser el próximo paso. Era una necesidad artística. Y viajar fue una bocanada de aire fresco. Por eso también traté de replicar eso en la realización del disco: salir de la rutina. Salir de los lugares comunes siento que sacó cosas muy positivas del equipo.

Santi Celli cantante músico. (José Gabriel Hernández / La Voz)

–¿Cómo te das cuenta de que una canción puede ser especial o que vale la pena profundizar su idea inicial?

–Creo que las canciones son como una casa a la que podés entrar por muchas puertas distintas. A veces, una minipartecita de la melodía me mata y es suficiente para construir a partir de eso. A veces hay una idea conceptual: en el caso de Incomprendida, el disparador fue escribir sobre el desarraigo que encontré de los argentinos que se van a vivir afuera. Para mí, las canciones tienen muchas maneras de ser geniales. A veces es un ritmo, como en Sincero, que empezó desde una base medio Charly García y en paralelo yo tenía algo medio latinoamericano, cubano, en la guitarra. Y dije: “A ver qué pasa si junto estos dos mundos”. Cuando uno hace canciones que implican un desarrollo melódico, armónico y de letra, la cosa es ir al río a tirar la caña. A veces pescás y otras no. Pero va un poco por ahí: está bueno ir a pescar.

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