La Voz del Interior @lavozcomar: Rafa Caivano y Lisandro Sona, Frikstailers que se regeneran en Klik & Frik

Rafa Caivano y Lisandro Sona, Frikstailers que se regeneran en Klik & Frik

Rafa Caivano y Lisandro Sona fueron Frikstailers, las dos mitades de un delirante proyecto de cumbia digital que surgió en pistas y en clubes de nuestra ciudad hace 15 años y que se volvió trasnacional.

Tal fue el impacto que generó el dúo a escala global, que obligó al pampeano y al jujeño a autoexiliarse en Ciudad de México primero y a otras ciudades del mundo después.

Frikstailers también los obligó a refundarse, a medida que la cumbia digital fue absorbida por el mainstream. Pero el cambio de frente que llevaron adelante radicaliza el fulgor vanguardista y delirante.

Es que Caivano y Sona se reconvirtieron en Klik & Frik, un nuevo dúo de ambient latinoamericano cuya música se inspira en los hongos y que ya tiene álbum debut: Regenerar.

“De los viajes intergalácticos al universo microscópico, Klik & Frik publica Regenerar, electrónica latinoamericana inspirada en el reino micológico”, dice una promoción oficial.

“El nombre del álbum hace alusión a su función regenerativa, mediante la cual son capaces de recuperar suelos dañados a través de la degradación de compuestos tóxicos, mejorando así su estructura y permeabilidad”, sigue.

Posteriormente, la fundamentación destaca que los poderes de regeneración llegan a lugares aún más insospechados: “Ciertos hongos pueden incluso absorber radiación nuclear y descontaminar parcialmente áreas afectadas por accidentes nucleares”.

“A través de 11 temas que incluyen una colaboración inédita con el productor gallego Baiuca, y una canción junto a los nórdicos – sudamericanos Minuk, el dúo argentino propone un recorrido por sus paisajes musicales inspirados en los fascinantes fenómenos del reino micológico”, concluye el respaldo de un trabajo desarrollado entre 2022 y 2023 y que fue de interés para el sello estadounidense Nacional Records, que desagregó el material en tres EP’s: Esporada, Mycelium y Simbiosis.

Por lo expuesto, Klik & Frik parece reivindicar el poder descontaminante de los hongos y no el alucinógeno, que hubiera sido el camino más corto.

Para respaldar o refutar esta mirada, Rafa Caivano se contacta con VOS vía Zoom y desde Madrid. “Hablamos del poder regenerativo. Y eso abarca muchas cosas; entre ellas, la lógica del mundo fúngico de estar entre la muerte y la vida. De descomponer la materia orgánica muerta y convertirla en algo que pueda ser útil para la tierra o para absorber radiación en un lugar con un problema nuclear, generar energía limpia a partir de eso”, explica en primer término.

“También está presente la parte humana psicológica; porque los hongos tienen la capacidad de hacerte reconectar, de que tus neuronas se cableen de otra manera. Es muy poderosa esa parte también. En realidad, tomamos el camino regenerativo porque no queríamos caer en lo obvio, ni condicionar a la audiencia de entrada. Si vas directamente a lo alucinógeno, sólo captás al público psychefriendly”, añade.

Para Caivano, arrancar por un camino más abierto les servía para concretar “una oferta mayor, que despierte menos sospecha y prejuicio”.

Klik & Frik llega a Regenerar casi en simultáneo a la llegada de Björk a Fossora, al que la islandesa ha llamado su “álbum – hongo”.

“En Islandia tienen muy en claro que los hongos purifican todo el tiempo. Björk es una genia de los conceptos y de cómo aunar cosas del mundo natural al mundo musical. Lo viene haciendo desde hace mucho. De hecho, un disco suyo se titula Biophilia. La tiene súper clara en esta cuestión y nos pone bien estar en sintonía con ella”, despacha Caivano.

“Creo que es un momento del mundo en el que el terreno micológico tiene una cabida muy particular, que no sé si tenía tan claramente hace unos diez años”, destaca.

-¿Por qué creés que es así?

-Por la apertura alrededor de los estudios médicos, que usan los hongos para el tratamiento de la presión o del trastorno obsesivo compulsivo. O de adicciones. Hay un montón de estudios clínicos que le están dando otro lugar al asunto.

-¿Poder curativo por sobre el alucinógeno?

-A ver, los hongos son parientes de LSD, molecularmente. Pero el LSD, por su propio historial, se lo prohibió mundialmente. Fue así por haberse vinculado a una época que en la cual se luchaba mucho contra cualquier cosa que simbolizara socialismo y comunismo en Estados Unidos. Es que el LSD generaba un alto nivel de empatía y alcanzó popularidad por ciertas figuras, por lo que fue prohibido y no pudo ser desarrollado a nivel clínico. Los hongos quedaron en un lugar más escondido y eso, curiosamente, benefició a todos.

Para Caivano, al no estar los hongos en una categoría prohibida, hubo más posibilidades de trabajar e investigar: “Porque todas las investigaciones que se hicieron con el LSD a nivel clínico en los ‘70, se cortaron de tajo. Ahora empezaron a surgir estudios clínicos alrededor de la psilocibina, que no está tan estigmatizada a nivel legal”.

“Y otra cosa que aprendí el otro día, que me resultó alucinante, es que la molécula de la psilocibina es extremadamente parecida a la de la serotonina, que es este químico que tenemos en el cerebro que regula nuestro estado de ánimo. No es extraño, entonces, que se trate problemas de presión con eso”, completa.

El mainstream, ese monstruo grande que pisa fuerte

En la continuidad de la entrevista, se lo invita a Caivano a ir más allá de los hongos por un momento. Y se le recuerda que Frikstailers ayudó a la a la institución de la cumbia digital. Y que en algún punto aportó para que este tipo de música alucinante y bailable resuene actual en aquel momento de los dosmiles, y natural en esta nueva década, dados los consumos culturales y los modos de producción musical que se imponen.

-¿Se sienten profetas?

-Sería muy arrogante considerarnos profetas. Y nos daña más de lo que nos beneficia. Si el entorno no te declara profeta, no lo hagas vos. Sí ocurrió que el mainstream absorbió un montón de lenguajes que, en ese momento, sentíamos que nos pertenecían. Y al haber cambiado el contexto, y al haberse normalizado un montón de técnicas de producción que teníamos, abandonamos un tipo de expresión porque sentimos que ya no tiene nada de desafiante. Ni para nosotros ni para la gente. Por eso nos resulta natural trabajar en Klik & Frik que, en sus progresiones, tiene otro manejo narrativo – sonoro. El mainstream es como el capitalismo, siempre va a mutar para poder seguir existiendo y sobreviviendo, ¿no? Es un monstruo imbatible, no lo podés vencer. Solo te podés adaptarte para ver cómo modificas tu lenguaje y seguir teniendo un lugar de propuesta marginal y novedosa.

-¿Cómo definieron los alteregos tras la mutación de Frikstailers? Porque vos sos Klik y Lisandro Frik, ¿no?

-No tenemos una asignación. La gente piensa que se trata de dos personas, pero lo tenemos pensado como si fueran verbos: klikear y frikear. Es una confusión linda de generar.

-¿Qué onda con Frikstailers? ¿Lo tienen en gateras todo el tiempo y lo liberan cuando lo creen necesario?

-Quedó en estado de suspenso. Lo dejamos para cuestiones muy puntuales que nos parezcan que vamos a disfrutar y que tengan sentido para el contexto actual. El año pasado nos invitaron a tocar en el festival berlinés Fusion y nos tiraron la idea de hacer dos shows: uno como Klik & Frik y otro como Frikstailers, en el mismo escenario. Fue alucinante porque tocamos para un público extremadamente melómano, muy entendido, que sabía cada detalle de nuestros respectivos lenguajes. Fue mágico. También creemos que las cosas son cíclicas, y es por eso que nos negamos a declarar la muerte definitiva de un proyecto para el que todavía hay contextos potables. No obstante, sentimos que debe estar tal como está, en stand by.

-No me quiero poner chauvinista, pero va: ¿qué sería de ustedes sin Córdoba?

-Para nosotros, Córdoba fue central, humana y musicalmente. No habría Frikstailers ni Klik & Frik, sin Córdoba. Fue nuestro punto de partida. En la ciudad nos conocimos con Lisandro y nos dejamos influenciar por Andrés Oddone. También recibimos el estímulo del Hurón de Casa Babylon y de la gente del CCEC. Hubo mucha influencia, desde salir a bailar a ver cosas en vivo que nos abrieran la cabeza. En Córdoba se nos despertó la curiosidad artística; no teníamos ese chip cuando llegamos de Jujuy y de La Pampa. Los dee jays y productores que vimos en vivo y con los que nos interrelacionamos en los nueve años que vivimos en la ciudad nos permitieron ser lo que somos. Sin dudas.

-En una época los dos vivieron en Ciudad de México y en otra, en dos ciudades distintas. ¿Cómo es ahora?

-Yo me vine para Madrid hace un par de años, ando entre acá y Porto (Portugal). Lisandro se mudó hace un año a Tandil. Le pintó le pintó la vida tranquila, supongo que se cansó un poco del caos mexicano, ¿no?

-¿Y cómo es la lógica de laburo?

-Lo sorprendente es que, por más de que vivimos es en la misma casa hace varios años, no hacíamos música juntos. Cada vez que queríamos hacerlo, no estábamos en sintonía. Cuando uno estaba obsesionado con encontrar un sonido, el otro deambulaba por la casa en calzoncillos como si nada. Entonces, decidimos trabajar en diferido. Además, en nuestros procesos hay que buscar, buscar, buscar, buscar, buscar hasta encontrar algo que te guste o impresione. Y a eso, es mejor hacerlo por separado. No es como agarrar un instrumento, coincidir en el tiempo y en el espacio y darle para adelante. Esto lleva muchísimo de estar clavado hasta encontrar ese ritmo o sonido que enciende una chispa.

Más información

Andrés Oddone: Cazador de sonidos

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