Tras las elecciones, las patrullas andarán con las pistolas de gas pimienta
Mientras en Buenos Aires crece la polémica sobre el uso de pistolas Taser por parte de la Policía de aquella ciudad, en Córdoba se dio un paso concreto en el uso de las armas no letales. Nada de Taser, por el momento en la provincia
Dentro de 50 días, cuando ya se sepa quién será el próximo gobernador, la Policía de la Provincia comenzará a utilizar en las barriadas las pistolas que lanzan gas pimienta.
En una primera etapa se emplearán mil armas en la Capital.
La mayoría serán pistolas que estarán en poder de uniformados que recorren las calles. En menor cuantía habrá escopetas que lanzarán estos balines de pimienta y que estarán en manos del grupo Eter, de la Guardia de Infantería y de los bomberos que actúan en situaciones de crisis.
Las armas con postas de gas pimienta vienen a ser un paso previo al uso de armas de fuego.
No se usarán en hechos delictivos.
Está previsto que sean empleadas en situaciones de crisis: una persona armada con cuchillo que enfrenta a un policía, una pelea entre facciones, incidentes callejeros de una patota, una crisis psiquiátrica de una persona, un operativo en un barrio que se vuelve en contra de uniformados…
“Nos hacía falta tener un equipamiento no letal en la Policía, antes del arma de fuego. Esta herramienta viene a suplir esa necesidad. Es un elemento que será de utilidad para controlar y neutralizar situaciones de riesgo que se vienen dando”, le dijo a La Voz la jefa de Policía, Liliana Zárate Belletti. “Es superador de las Taser. En el mundo ya se están usando las armas con gas pimienta y reemplazan a las pistolas eléctricas”, añadió.
El principal motivo es el costo.
Una Taser vale 1.700 dólares, es compleja de usar y requiere cartuchos que también son onerosos.
Una Byrna es de venta libre y trepa a los 250 mil pesos (500 dólares).
Zárate se apura en señalar: “Es necesaria la capacitación. Y tendremos gente capacitada para usarla. No vamos a salir a tirar gas pimienta por todos lados. No. Será para situaciones críticas”, remarcó.
Desde Jefatura dicen, prometen, insisten en que se respetarán los derechos humanos y que no será un elemento represivo.
La idea de comprar este armamento surgió en 2022 y se concretó en marzo de 2023. En abril llegaron los primeros dispositivos y fueron presentados ayer en la Jefatura. El plan estaba guardado bajo siete llaves.
“Hay un uso racional y proporcional de la fuerza. Y este armamento no letal será de utilidad. Es una herramienta más en la lucha contra el delito”, señaló el ministro de Gobierno, Julián López, presente en el acto. “Es importante sumar estos implementos en tiempos complejos para el delito”, aseveró antes de marcharse sin responder preguntas.
“Ya tenemos armas no letales como el gas pimienta en spray y las balas de goma, pero esto es nuevo y será muy útil para las dotaciones sobre todo en situaciones críticas”, añadió el subjefe, Ariel Lecler.
Desde el arco opositor, el excomisario Luis Faría (quien acompaña a Luis Juez) ya opinó que es una herramienta útil. En Jefatura no tienen el mejor recuerdo de él. Sobre todo, porque este policía denunció la “mala capacitación para tirar”.
Está previsto que se compren varios miles de dispositivos más.
Disparos de gas
Con un sistema de aire comprimido, la pistola Byrna dispara una pequeña cápsula que, al impactar en el pecho de una persona, libera una nube de gas pimienta. Antes, provoca un fuerte dolor.
Esta nube, a su vez, tiene los efectos de un gas lacrimógeno. Quien recibe el impacto queda inmovilizado unos segundos y puede ser “reducido” por policías. Estos también serán afectados por la nube de gas.
Esto es un disparo “directo”.
En paralelo, está el disparo “indirecto”: se realiza contra el piso, una pared o el techo. La intención es generar una nube que afecta e inmoviliza a las personas a las que se intenta controlar o reducir.
Cada arma tiene un cargador con cinco balines. A su vez, cada policía puede llevar un cargador de refuerzo. Habrá una pistola por cada patrullero. En promedio, habrá 250 pistolas Byrna dando vueltas por los barrios.
Desde Jefatura explicaron que, quien tenga ese dispositivo naranja, también contará con la pistola reglamentaria que cuenta con 13 balas de plomo en el cargador.
“Todo depende de la situación. Del cuadro crítico con el que se encuentre el o la policía. Puede darse que primero haya que hacer un disparo al piso, o al techo y luego, si la persona no cede, se dispara al pecho. Nunca a la cabeza”, explicó el comisario Agustín Zárate, jefe de la Escuela de Tiro de la Policía.
A tenor de graves episodios provocados años atrás por la Policía con armas no letales (el último fue el caso de un joven que perdió un ojo por un disparo de un arma de paintball), en la Policía saben y entienden que la capacitación es clave.
¿Y si hay niños o personas que nada tienen que ver con la situación?
“El o la policía no andará tirando por tirar. Estará capacitado para discernir cómo hacerlo”, respondió la jefa de Policía.
Estas armas no letales serán usadas primero en barrios de Capital. En un futuro, su utilización se extenderá a otras ciudades como Villa María, San Francisco y Río Cuarto.
Elemento riesgoso
Se trata de, insisten los fabricantes y quienes la usan, de un armamento no letal. Sin embargo, su mal uso puede provocar serias lesiones.
Si una bala impacta de lleno en un ojo, la víctima puede perderlo.
Está previsto que, tras la capacitación al personal, estas armas de gas pimienta puedan ser usadas dentro de 50 días en la ciudad de Córdoba.
Esto será después de las elecciones a gobernador.
“La fecha de implementación no es por algo en particular. Es que para ese momento estará todo listo, las armas, la capacitación del personal, todo”, explicaron fuentes oficiales.
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