Evitar más cierres de empresas
En los tiempos del Covid-19 era habitual observar el impacto que la pandemia tenía en la actividad económica en general. A los reportes diarios sobre la devastación humanitaria, se sumaban aquellos que daban cuenta de un sostenido quiebre de comercios y de pequeñas y medianas industrias en las regiones de mayor volumen productivo de la Argentina, entre ellas la provincia de Córdoba.
Las secuelas de aquel derrumbe hoy se miden en cifras desalentadoras que llevará tiempo revertir. Entre la pandemia y la incompetencia del Gobierno nacional en la función de manejar la crisis, lo cierto es que 12.200 firmas debieron bajar sus persianas.
Un antecedente que no alcanza para agitar victorias radica en que la recuperación de la economía que se verificó a partir de 2021 apenas permitió recomponer el 45 por ciento de las compañías cerradas.
Como dato adicional, vale apuntar que cuando Alberto Fernández asumió la presidencia del país, en diciembre de 2019, operaban 533 mil compañías de los más variados rubros. Sólo un año después, ya habían caducado 22.500. Un claro ejemplo de una debacle que golpeó fuerte a los sectores de micro y pequeños emprendedores.
Días atrás publicamos un artículo sobre un informe elaborado por Marcos Cohen Arazi, economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de la Fundación Mediterránea, que en trazos generales describe el zigzagueante rumbo de una crisis cuasi inmanejable, que se ha expandido a los sectores más vulnerables.
Entre cifras y porcentajes de diverso orden, el informe detalla que al impacto de la pandemia y lo que vino luego se sumó la recesión de los dos últimos años de gobierno de Mauricio Macri.
En relación con la provincia de Córdoba, se perdieron alrededor de 500 compañías, un volumen a tono con lo que ocurrió a escala nacional, aunque siempre con idénticos resultados: miles de trabajadores que pasaron a engrosar los amargos índices de desocupación y, por añadidura, de la pobreza.
En el fragor de un año electoral, las propuestas de quienes se postulan a cargos ejecutivos y legislativos deben enfocarse en proveer a la recuperación de las miles de pequeñas empresas que cedieron ante un sistema económico sin rumbo y carente de un plan que encarrile la situación en el mediano plazo.
Como señala el economista del Ieral, creció de manera significativa el universo de autónomos, lo cual explica en parte la escasa creación de empleos formales registrados. Es decir, se reducen las posibilidades ocupacionales como asalariados.
Es pertinente insistir en que los cierres de pequeñas empresas dejaron un sistema laboral arrasado por la referida pandemia y por la impericia de los gobiernos de fomentar el empleo de modo de generar trabajos genuinos con ingresos dignos para los millones de argentinos que quedaron a la deriva.
Las estadísticas son de utilidad para conocer dónde estamos parados. Pero si el poder público no genera políticas de auxilio ni se potencia la cultura del trabajo en vez de la dádiva, difícilmente se vaya a sortear la crisis que agobia a millones de argentinos.
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